Acusaciones mutuas de incumplir la tregua en Nagorno Karabaj
11 de octubre de 2020
"Ayer lo constatamos, no hubo alto el fuego. Parece que desde esta mañana está más calmada, pero eso puede cambiar muy rápidamente", dice el líder separatista armenio. Azerbaiyán denuncia siete víctimas civiles.
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Siete personas murieron en los bombardeos contra la ciudad de Ganyá, en Azerbaiyán, indicó el domingo (11.10.2020) la diplomacia azerbaiyana, que acusó a las fuerzas armenias, pese a la tregua humanitaria que debía mantenerse en Nagorno Karabaj. "Nuevo ataque de misiles de las fuerzas armenias en una zona residencial de Ganyá, la segunda ciudad de Azerbaiyán, siete muertos y 33 heridos", afirmó el ministerio de Relaciones Exteriores a través de un asesor en Twitter, junto a imágenes de destrucciones.
El asesor de la presidencia azerbaiyana, Hikmet Hajiyev, destacó que el ataque tuvo lugar en medio de la noche. "Armenia aprovecha el cese el fuego humanitario para atacar a los civiles azerbaiyanos", comentó. Por su parte, el ministerio de Defensa de la región separatista de Nagorno Karabaj desmintió luego haber bombardeado Ganyá y acusa a Azerbaiyán de "desinformar".
"Es una mentira absoluta", dijo, y aseguró "respetar el acuerdo de alto el fuego humanitario" y acusó al bando azerbaiyano de haber atacado "Stepanakert, Hadrut, Martuni y otras zonas pobladas". Ereván denunció la muerte de civiles, entre ellos mujeres y un menor discapacitado, a manos de soldados azerbaiyanos en la ciudad de Hadrut, lo que fue negado por Bakú.
Cruce de acusaciones y desmentidos
Después de una jornada tranquila el sábado, la capital karabají, Stepanakert, fue de nuevo objeto en las últimas horas de ataques enemigos, al igual que las localidades de Martuní y Shushá. En la capital se produjeron al menos de tres a cuatro salvas de bombardeos, seguidas de una decena de explosiones, según periodistas de AFP presentes en el lugar.
El dirigente armenio del territorio separatista de Nagorno Karabaj afirma temer que la situación empeore. "Ayer lo constatamos, no hubo alto el fuego. Parece que desde esta mañana [la situación] está más calmada, pero eso puede cambiar muy rápidamente", declaró Araik Arutiunian, el presidente separatista, durante una rueda de prensa en la que, sin embargo, informó de "algunos intercambios de disparos y de [tiros de] mortero".
"Nunca fue un conflicto religioso", asegura a Efe el arzobispo de Nagorno Karabaj, Parguev Martirosián. Con todo, el bombardeo de la principal catedral de Shushá, donde también existe una mezquita, ha despertado los odios más atávicos entre armenios y azerbaiyanos. "Nosotros no combatimos con las mezquitas. No tenemos ningún problema con gente de otras confesiones y nunca los hemos tenido", afirma el prelado, una figura de gran autoridad moral en el enclave separatista.
Un alto el fuego en el que casi nadie cree
Una tregua humanitaria para permitir el intercambio de prisioneros de guerra y de los cuerpos de víctimas entró en vigor el sábado al mediodía. Stepanakert ya había sido bombardeada el mismo sábado por la mañana; pero, después, la situación permaneció tranquila, salvo por algunas explosiones a lo lejos. Ambos países se acusaron de romper la tregua desde un inicio.
Además, pocos en ambos bandos creían en el éxito de la tregua. "Ya conocemos a los azerbaiyanos, no se puede confiar en ellos. Pueden cambiar de opinión en cualquier momento", explicó a AFP Livon, chófer de taxi que se atrevió a volver a circular. "He vivido casi 20 años en Azerbaiyán, esa gente nos odia. No creemos en un alto el fuego, solo quieren ganar tiempo", insistió Vladimir Barseghian, de 64 años, jubilado y voluntario en un taller de uniformes.
Muchos azerbaiyanos, también, se declaran contrarios a esta tregua. En Bakú, una estudiante azerbaiyana de veinte años, Sitara Mamedova, se manifestó "decepcionada" por la tregua. "¡No al alto el fuego! El enemigo debe abandonar nuestras tierras o ser exterminado en nuestras tierras", dijo. En Barda, a 40 kilómetros del frente, Murat Asadov está de acuerdo: "Debemos continuar la guerra y recuperar nuestras tierras".
lgc (efe/afp)
El conflicto de Nagorno Karabaj: una vieja disputa entre Azerbaiyán y Armenia
Los combates iniciados en septiembre de 2020 no son sino una pieza más de un largo rompecabezas de enfrentamientos, que hunden sus pies en la historia y que han dejado miles de muertos.
Imagen: Defence Ministry of Armenia/Reuters
Más de un siglo de discrepancias
En 1918, Azerbaiyán y Armenia se declararon independientes del Imperio Ruso. En la repartición territorial ya había discrepancias sobre la región denominada Nagorno Karabaj, lo que derivó en una corta guerra. Todo esto quedó aplacado cuando la Unión Soviética asumió el control de la zona, Armenia y Azerbaiyán incluidas. Allí estableció la República Socialista Federativa Soviética Transcaucásica.
Imagen: AP
La Guerra del Alto Karabaj
La región se encuentra en territorio de Azerbaiyán, pero está habitada mayoritariamente por armenios. Las tensiones aumentaron a fines de los ochenta. Hubo enfrentamientos esporádicos que incluso gatillaron la intervención del Ejército soviético. Con el declive de la URSS y la retirada de sus fuerzas, las milicias armenias y de Azerbaiyán empezaron a chocar cada vez con más fuerza.
Imagen: Getty Images/B. Hoffman
Miles de muertos
El conflicto abierto básicamente se desarrolló entre 1992 y 1994. Las fuerzas apoyadas por Armenia se hicieron de numerosos triunfos militares, ante un Ejército azerí que cada vez lucía más disperso. Los progresos territoriales también iban del lado armenio, que finalmente ganó el conflicto. En 1994 se firmó un cese de las hostilidades. La guerra dejó más de 30.000 muertos.
Imagen: Getty Images/B. Hoffman
Conversaciones siempre infructuosas
La República de Artsaj, independiente de facto pero no reconocida por otros Estados, controla los territorios de Nagorno Karabaj. Vinculada estrechamente a Armenia, ha sobrevivido dentro del statu quo que quedó tras el fin del conflicto. Sin embargo, las tensiones no han cedido. En la foto, un encuentro entre los mandatarios armenio y azerí, con la mediación de Rusia, en 2014.
Imagen: REUTERS
Escaramuzas como parte de la rutina
En 2008, una veintena de soldados murieron en distintos enfrentamientos en la zona fronteriza. Gracias a su economía basada en el petróleo, Azerbaiyán ha reforzado su Ejército a un punto que Armenia no puede alcanzar. Eso parece haber girado el equilibrio regional en beneficio de Bakú. Ese mismo año, los choques armados pasaron de meros tiroteos a intercambios de fuego de artillería.
Imagen: Reuters/PAN Photo/V. Stepanyan
La "Guerra de los cuatro días"
La situación más tensa después de 1994 se vivió entre el 1 y el 5 de abril de 2016, cuando tuvo lugar la "Guerra de los cuatro días", que dejó un número indeterminado de fallecidos. Tampoco hay claridad sobre quién atacó primero. Las conversaciones de paz realizadas en Moscú fueron exitosas. Los ejércitos devolvieron los cuerpos de decenas de enemigos abatidos. Azerbaiyán se declaró vencedor.
Imagen: Defence Ministry of Armenia/Reuters
Protestas para exigir represalias
La imagen, de julio de 2020, muestra las masivas protestas que hubo en Azerbaiyán llamando a la movilización general para repeler ataques armenios. Azerbaiyán, confiando en su mejor situación económica, ha reforzado sus Fuerzas Armadas y está en condiciones de lanzar una operación de largo aliento. Cuenta, además, con el respaldo irrestricto de Turquía, viejo enemigo de Armenia.
Imagen: picture-alliance/AA/S. Serdarov
Nueva escalada
El 27 de septiembre de 2020 volvieron los enfrentamientos a gran escala en la línea fronteriza. Ambos países decretaron la ley marcial y movilizaron total o parcialmente a sus fuerzas. Asimismo, aseguran haber infligido numerosas bajas y cuantiosos daños a los ejércitos rivales. La ONU, la UE, Rusia y Estados Unidos han exigido el cese inmediato del fuego. En la foto, un blindado azerí en llamas.
Imagen: Armenian Defense Ministry/Reuters
Ofensiva para la "reintegración" a Azerbaiyán
El 19 de septiembre de 2023, Azerbaiyán lanzó una operación militar de envergadura para recuperar Nagorno Karabaj. Los separatistas armenios anunciaron al día siguiente que depondrían las armas, tras llegar a un acuerdo con mediación de las fuerzas rusas en la región, iniciando conversaciones sobre la "reintegración" del territorio a Azerbaiyán. más de 13.000 desplazados han llegado ya a Armenia.