La comunidad científica lleva años advirtiendo que el hielo se derrite con peligrosa rapidez alrededor del Polo Norte. Ahora, un estudio revela que el cambio climático afecta a la Antártida mucho más de lo que se creía.
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Inusualmente veloz, el proceso de deshielo registrado en el círculo polar ártico ha sido presentado como una de las pruebas irrebatibles del actual cambio climático que atraviesa el planeta Tierra. En ese sentido, el antártico no ha sido un foco de preocupación importante; hasta ahora, se suponía que sus capas de hielo mostraban un patrón de derretimiento más lento y menos regular que las del Polo Norte.
Pero un estudio de la Universidad de Leeds, con sede en Gran Bretaña, acaba de sonar la alarma: la extensión de los glaciares antárticos también ha venido reduciéndose sólo que fuera de la vista de los expertos. El fenómeno, que se ha medido predominantemente observando las masas de hielo que sobresalen del agua, también tiene lugar debajo del mar. Ese es un hallazgo inquietante, considerando los pronósticos vigentes.
Mapas submarinos
Según reportes científicos recientes, el Polo Norte puede terminar deshelándose por completo de aquí al año 2040. Y los investigadores de Leeds sostienen que el deshielo de la Antártida podría superar al de Groenlandia como la causa principal del aumento del nivel del mar y como la mayor amenaza para el destino de los países insulares y las ciudades costeras. El calentamiento de los océanos causa más estragos de lo que se creía.
En la universidad británica se creó un mapa submarino de la Antártida basado en siete años de observaciones satelitales y con el conocimiento que su equipo tiene de la geometría de las capas de hielo. Hannes Konrad, autor principal del estudio aludido, y sus colegas comprobaron que una enorme masa de hielo sumergida se ha reducido significativamente en el último lustro y puede desprenderse al desplazarse hacia el océano.
Preocupación por desprendimiento de iceberg
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El ascenso de lo mares
Los científicos de Leeds también se percataron de que casi un cuarto de los glaciares del Antártico Occidental se está reduciendo más rápidamente que la corriente de hielo promedio al final de la última glaciación, hace 20.000 años, cuando el nivel del mar estaba 120 metros por debajo de su marca actual. Konrad enfatiza el riesgo que esto implica para habitantes de las costas. La Antártida es la más grande reserva de agua fresca.
El glaciar Thwaites, uno de los más importantes del Polo Sur, se ha ido retirando de la superficie que ocupaba a un ritmo aproximado de 400 metros por año en las últimas décadas. "Hemos constatado que esa medición sigue estando vigente", arguye Konrad, agregando que esa masa de hielo podría colapsar entre los próximos quinientos y mil años. "Cuando eso ocurra, el nivel del mar subirá unos dos metros", acota el experto.
Otros estudios, los mismos augurios
"El problema radica en que, aún si detenemos el calentamiento de los océanos o logramos enfriarlos en este instante, ya no hay manera de estabilizar a los glaciares. Eso significa que algunas islas dejarán de existir", explica Konrad. "Esto no ocurrirá de inmediato, así que todavía tenemos tiempo para adaptarnos. Pero debemos prepararnos para ese escenario y tomar medidas", añade el especialista.
Anders Levermann, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), secunda a Konrad. Levermann publicó un estudio similar al del equipo de Leeds en 2017 en el que analizaba la reducción de las capas de hielo en la Antártida. A su juicio, ese proceso puede influir sobre los flujos de hielo, acelerar el derretimiento del hielo en puntos alejados de las costas antárticas y contribuir al ascenso del nivel del mar.
Anne-Sophie Brändlin (ERC/VT)
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¿Cómo afecta el cambio climático a Latinoamérica?
Inundaciones y sequías son los efectos más visibles del calentamiento global. Junto a Henry Briceño, científico de la Universidad de Florida, revisamos los efectos del cambio climático en América Latina y el Caribe.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Anspach
Las dos caras del cambio climático
En algunas regiones de América Latina, las lluvias, el desbordamiento de los ríos y los deslaves golpean a la población y causan su evacuación y desplazamiento. En otras, largos periodos de sequía deja a la gente sin alimentos y pone en peligro la economía de los países. Henry Briceño, investigador de la Unversidad de Florida, EE. UU., nos explica las causas de este fenómeno.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Risco-Rodriguez
El círculo vicioso del Amazonas
Henry Briceño explica que el Amazonas “es uno de los bosques que mas captura el CO2 de la atmósfera. Lo fija en la vegetación reduciendo su capacidad de absorción, llevando a que este pulmón verde ya no pueda capturar los excesos que ya existen de CO2 en la atmósfera, contribuyendo a que se caliente aún más la atmósfera. Es un círculo vicioso”, dice.
Imagen: picture alliance /dpa/Prisma
Los Andes y sus hielos ya no tan eternos
"Bolivia, Ecuador, Chile, Perú, Colombia, e incluso Venezuela son de los más afectados por el derretimiento glaciar en Los Andes. Esto porque el suministro de agua de esas poblaciones dependen de la nieve que se acumula en el invierno, y no habiendo esta acumulación no hay agua para abastecer el consumo interno, el riego, y para que las plantas hidroeléctricas funcionen”, señala Briceño.
Imagen: picture alliance/dpa/Prisma
Ni una gota de lluvia
La prolongación de periodos sin lluvia es ocasionado por el desequilibrio que provoca el calentamiento global. "Tenemos periodos secos extensos y en otras zonas lluvias intensas por periodos más largos. Eso lleva a sequías como las que ha sufrido Brasil desde el 2010 a 2015, en el norte, mientras que en la costa argentina se registran inundaciones por lluvias copiosas".
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Ochoa
Sequía en la selva amazónica
Para el académico de la Universidad de Florida, “en general en Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Guyana, Bolivia y Ecuador hay problemas de largos periodos de sequía en la Amazonía, algo que mata a los bosques tropicales. Como consecuencia también se produce la desaparición de especies”.
Imagen: picture alliance/dpa/Demotix
Inundaciones múltiples
Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador han sido víctimas de intensas lluvias durante este año. Cientos de personas han perdido sus hogares por el desborde de ríos y acumulación de agua. Las imágenes de zonas colapsadas por el agua se comienzan a repetir más de lo normal, debido a que con el calentamiento global "se alimentan los extremos de los procesos climáticos".
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo
La llegada de los huracanes "monstruo"
La potencia de los últimos huracanes es producto del calentamiento global. Irma y Harvey son una muestra de lo que ocurrirá en adelante. "Al calentarse la atmósfera, el mar también aumenta su temperatura, dándole más energía a las tormentas", explica el experto de la Universidad de Florida. En la foto se aprecian los efectos del paso de Irma por Cuba.
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo/J. Balan
Expansión de enfermedades tropicales
Hay diferentes vectores que hace que enfermendades como la malaria y el dengue se expandan. Los mosquitos que transmiten estas enfermedades tiene un área mucho más amplia donde reproducirse y sobrevivir gracias al calentamiento global. "Aparecen enfermedades tropicales donde antes no las había, igual que la aparición de hongos y animales como especies invasivas", indica Henry Briceño.
Uno de los afectados silenciosos son los corales, que están muriendo en todos los oceanos debido al calentamiento del agua. "Al morir los corales, se muere el sustento de comida de muchas especies de peces, que son parte de la dieta de quienes viven en esas zonas. Eso sin mencionar que el turismo disminuye porque dejan de ser sectores atractivos", afirma Henry Briceño.
Uno de los aspectos que hasta ahora parece ignorarse es la desaparición de ciudades completas producto del aumento del mar o de la destrucción de los huracanes. “Me pregunto qué vamos a hacer con los millones de personas que en 30 años van a ser refugiados porque sus ciudades costeras ya no existen”, reflexiona Briceño. En la foto, damnificados por el paso de Irma en República Dominicana.
Imagen: picture-alliance/dpa/AP/T. Fernandez
¿Está preparada Latinoamérica?
El experto de la Universidad de Florida Henry Briceño pone acento en las medidas que se deberían tomar en América Latina frente al problema. "Sin duda, algunos países van en la dirección correcta, pero hay otros, como Brasil, que se niegan a resoluciones fundamentales como evitar deforestar el Amazonas. Hay que esperar que el Acuerdo de París ayude a que trabajemos en una misma dirección".