Mantener a raya a los sectores de ultraderecha, que intentarán sacar partido de la atención concentrada en Alemania durante el Mundial, ha sido una de las grandes preocupaciones de las autoridades germanas. En vísperas del inicio del torneo, se anunció la prohibición de sendas marchas neonazis, convocadas en dos ciudades donde se jugarán partidos: Fancfort y Gelsenkirchen. Otro desfile fue prohibido en la localidad de Herne. La policía considera que no se puede garantizar la seguridad y el orden de las manifestaciones previstas, secundadas por el Partido Nacional Democrático (NPD), aglutinante de los neonazis alemanes.

La manifestación de Fráncfort, el día 17 de junio, iba a coincidir con el partido entre Irán y Portugal. Varias organizaciones neonazis y ultraderechistas habían llamado a participar ese día en actos en solidaridad con Irán, por la postura antisemita de su presidente, Mahmud Ahmadineyad.