El informe, publicado un día antes del primer aniversario del comienzo de las protestas, documenta 31 métodos de tortura u otros maltratos de las fuerzas de seguridad, el Ejército y las pandillas pro-gubernamentales Shabiha, según describieron testigos o las propias víctimas a investigadores de AI en Jordania en febrero.

"Los testimonios de sobrevivientes a la tortura presentan más evidencia aún de los crímenes contra la humanidad en Siria", aseguró Amnistía, que consideró que deben ser llevados ante el fiscal de la CPI.

Ante el veto de Rusia y China de toda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra el gobierno sirio, AI indicó que quiere que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas extienda el mandato de la comisión de investigación de la ONU sobre Siria y reforzar su capacidad para documentar y juzgar a los responsables de estos crímenes.

Amnistía señaló que "el grado de tortura y otros maltratos en Siria ha aumentado a un nivel que no se veía en años y recuerda la época oscura de los años 70 y 80" bajo Hafez al Assad, el padre del actual presidente.

"Los testimonios que escuchamos nos mostraron elementos preocupantes sobre un sistema de detención e interrogatorio que, a un año del comienzo de las protestas, parece destinado básicamente a degradar, humillar y aterrorizar a sus víctimas" para que se mantengan en silencio, añadió la organización.

Según indicó en su informe, muchas víctimas relataron haber sido sometidas a choques eléctricos y haber sufrido golpizas con una serie de elementos. dpa (chp)