Andersson Rafael Ordóñez Valdéz es el nombre completo de uno de los refuerzos que llegaron durante este invierno a Alemania. Junto con Max Besuschkow y Aymen Barkok se integrará a la plantilla del Eintracht Frankfurt. La escuadra dirigida por el croata Niko Kovac tuvo una primera parte de campeonato sólida y los resultados se les han dado hasta el momento.

Después de haberse salvado del descenso en la última fecha del torneo pasado, las "águilas" de Hessen se han consolidado como una escuadra que vuela alto, peleando por los primeros puestos de la clasificación general. La llegada de refuerzos se antoja, más que como una medida correctiva, como un movimiento con miras a fortalecer su desempeño para el cierre de la presente campaña, donde las fuerzas comienzan a flaquear y, probablemente, hasta como una prematura preparación, en caso de colarse a competencias europeas.

La radiografía

Andersson, nacido en Guayaquil el 29 de enero de 1994, con 1 metro 86 de altura, de perfil zurdo, semblante serio y un tono de voz más bien suave, debutó en su país en 2013 vistiendo la camiseta del Barcelona S.C. en un partido de la liga disputado ante el Club Deportivo Nacional de Quito, a las órdenes del director técnico Gustavo Adolfo Costas Makeira.

Su hábitat natural es el área grande, delante de su arquero, a quien siempre busca proteger a toda costa. Su posición: defensor central. Ordóñez está por encima del promedio de estatura para su posición en el fútbol europeo, que es de 182,9 centímetros, según el portal alemán Statista. Pero además de su porte, el ecuatoriano cuenta con un extra que lo ayuda a cubrir con solvencia sus responsabilidades, pues es capaz de dar sendos saltos en busca de cortar los embates aéreos del rival.

Su formación juvenil la completó en su totalidad con en el club de su ciudad natal, misma que abandonó en 2015 para ir a préstamo justamente con la formación contra quien disputaría su primer encuentro en primera división.   

Una campaña más tarde regresó de nacional para coronarse campeón junto al equipo de sus amores, bajo la dirección técnica de Jefersson Mena, imponiendo el récord como equipo menos goleado en una justa local, permitiendo solo 35 dianas en contra.  

La apuesta

Los albi-negros le endosaron al Barcelona de Guayaquil 1 millón de euros para contar con sus servicios, ofreciéndole un contrato con vigencia hasta 2020 y el número 29 en la espalda de su camiseta.

La pregunta que en este caso se abre es si en el Meno necesitaban refuerzos, considerando que la plantilla actual funciona como una máquina aceitada y programada para sumar puntos. O más precisamente, si hacían falta piezas de repuesto en un departamento en el que los jugadores se han desempeñado cabalmente, puesto que con 15 goles en contra se cuentan como uno de los cuatro conjuntos que menos anotaciones han permitido.

Todo apunta a que en el cuartel general del Fráncfort prevén que, en el próximo ciclo, el español Jesús Vallejo, que pertenece al Real Madrid, será difícil de retener. Por lo que la temprana llegada de Ordóñez se antoja como una estrategia pensada a mediano y largo plazo, en aras de sumar un sustituto bien aclimatado a estas latitudes para cuando comience el torneo entrante.

Pero además, las buenas actuaciones de Andersson lo han llevado a ser convocado para representar a su país en las divisiones inferiores y podría estar a un paso de ser convocado por la selección mayor.

En ese caso, los 250 mil euros extra que pagaron para que se uniera al plantel se antojarían como una suma insignificante, pues todo apunta a que su valor estaría a punto de dispararse. Ya en 2016 su ficha había pasado de costar 350 mil a los 750 mil euros en los que estaba valorada antes de que hiciera sus maletas para venir a Alemania.