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Antártida: sin acuerdo para la protección

Victoria Dannemann2 de noviembre de 2013

Intereses pesqueros estarían primando por sobre la protección del ecosistema, indican organizaciones ambientalistas. Una vez más, no hubo acuerdo sobre la protección de los mares australes.

Vida submarina en el Antártico, Bahía Fildes, Isla Rey Jorge.
Vida submarina en el Antártico, Bahía Fildes, Isla Rey Jorge.Imagen: Dirk Schories

El escenario estaba dado para un acuerdo histórico, pero tras una semana de sesiones en Hobart, Australia, la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por su sigla en inglés) cerró su reunión anual con un nuevo fracaso.

Se repite lo ocurrido en la reunión anual de 2012 y en la extraordinaria realizada en Bremerhaven, Alemania, hace tres meses. Esta vez, Rusia, Ucrania y China se opusieron a la propuesta de crear dos áreas protegidas para el mar de Ross y el Océano Oriental. “Sin lugar a dudas esto tiene que ver con intereses pesqueros de estos países… actividades pesqueras que se realizan ahora o que potencialmente podrían encararse en unos años”, indica a DW el argentino Rodolfo Werner de Pew Charitable Trusts.

Junto a representantes de otras organizaciones ambientalistas y como parte de la Alianza del Océano Antártico (AOA), una coalición de grupos ecologistas, Werner está en Hobart desde hace una semana. Desde la reunión en Bremerhaven se conocían los reparos de Rusia y Ucrania, pero había esperanza de que una o ambas propuestas fueran aprobadas. Estas contaban con el apoyo de la mayoría de los 25 miembros -24 países más la Unión Europea-, entre ellos, cuatro latinoamericanos: Argentina, Chile, Uruguay y Brasil. Sin embargo, los acuerdos deben tomarse por consenso general de todos los integrantes.

Mar Antártico.Imagen: picture alliance/dpa/Okapia

“Este fracaso es muy frustrante –agrega Werner-. Los países que las propusieron trabajaron durante la reunión para atender las preocupaciones de otros países, proponiendo modificaciones de forma tal de acomodar los requisitos de estos países. No obstante esto y que la mayoría apoyó las propuestas de manera bien clara, Rusia, Ucrania y China no permitieron que se avanzara”.

Prioridad para la agenda pública

Al tiempo que los delegados comienzan a regresar a sus países, se visualiza un año complejo de aquí a la próxima reunión. Una forma de abonar el camino a un futuro éxito es instalar el tema de la protección de los mares antárticos en la agenda pública y de los jefes de estado, concuerdan organizaciones ambientalistas.

ONGs presentes en Hobart han anunciado que seguirán trabajando y creando conciencia sobre la importancia de crear grandes reservas marinas en la Antártida. “Sin áreas marinas protegidas no se puede salvar a la Antártida de las consecuencias del cambio climático”, alerta Thilo Maack, de Greenpeace Alemania.

“Este es nuevamente un año para la diplomacia. La decisión sobre la creación de áreas protegidas debiera estar tomada con anticipación a la próxima reunión”, agrega. De esta manera, se podrían concretar entonces las formas de establecer estas áreas. Pero mientas algunos países mantengan una postura rígida, el escenario es incierto.

El futuro en juego

Rodolfo Werner, de Pew Charitable Trusts.Imagen: AOA/Rob Blakers

“Es difícil poder vaticinar que pasará de aquí a un año, dado que la posición de estos países responde a intereses que no necesariamente son los de conservación, que es el objetivo principal de esta convención”, indica Rodolfo Werner.

La propuesta de áreas marinas protegidas, de una extensión de unos tres millones de kilómetros cuadrados, había sido reducida con respecto a la anterior proposición rechazada en Alemania, con la esperanza de alcanzar un acuerdo.

Esta es una zona rica en recursos pesqueros, principalmente la merluza negra o bacalao de profundidad. Esta área es también conocida como “el último océano” por ser uno de los más grandes hábitats marinos todavía relativamente intactos y el hogar de una increíble variedad de especies como pingüinos, ballenas, aves marinas y el calamar gigante.

“Las consecuencias del cambio climático, además de la pesca ilegal y el creciente interés de uso de esta zona, están afectando a más de 10.000 especies de animales y plantas –advierte Thilo Maack-. Cada año sin protección es un año perdido”.

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