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Mano dura

11 de agosto de 2011

No es una protesta política, sino robo. Así de claro se ha pronunciado el primer ministro británico, David Cameron, frente a los que buscan en sus recortes sociales razones para los disturbios vividos en Inglaterra.

epa02863043 Prime Minister David Cameron makes a statement to the House of Commons on the recent disturbances around England in central London, Britain, 11 August 2011. After four days of violent riots, over 1,300 people across England have been arrested in connection with violence, disorder and looting. EPA/PRESS ASSOCIATION UK AND IRELAND OUT NO COMMERCIAL SALES NO SALES +++(c) dpa - Bildfunk+++
El primer ministro británico, David Cameron, habló ante el Parlamento del país.Imagen: picture alliance / dpa
Las aguas parecen volver a su cauce. Al menos la pasada noche, Londres ya no ardía –ni Manchester ni Liverpool-, a lo que contribuyó la lluvia. No se calma, sin embargo, el debate acerca de las causas que han llevado a los extremos de los últimos días, y tampoco aquel sobre las posibles soluciones a la tensión social.
Unos proponen más inversión en educación y más perspectivas. Otros, mano dura. Los primeros ven tras los sucesos pobreza y desencanto. Los segundos “una cultura que glorifica la violencia, que no le tiene ningún respeto por las instituciones y que sólo conoce derechos pero no deberes”, como dijo el premier, David Cameron, en una sesión extraordinaria del Parlamento británico.
Mano dura
De Londres, la violencia se extendió a otras ciudades, como Birmingham.Imagen: picture alliance/empics
“Os vamos a perseguir, os vamos a encontrar, os vamos a llevar ante un tribunal y os vamos a castigar”, le lanzó Cameron desde la Cámara británica a los participantes en los recientes desórdenes: bandas callejeras de corte criminal, una “minoría sin ley”, según el jefe de Gobierno, que no merece recibir protección de “falsas consideraciones relacionadas con los derechos humanos”.
Las imágenes de las cámaras de seguridad se podrán utilizar para identificar a los autores de delitos y a la policía se le permitirá quitarles las máscaras a los que lleven el rostro tapado. También se pondrán porras y pelotas de goma al servicio de los agentes, había anunciado ya Cameron, y carros lanza agua estarían listos para entrar en acción si la situación así lo requiere.
Para lo acontecido en las grandes ciudades inglesas no se estaba preparado, reconoció el primer ministro, pero Downing Street ha hecho a contrarreloj los deberes: los 16.000 policías desplegados en Londres permanecerán en la capital hasta nuevo aviso y la posibilidad de que en lo sucesivo el ejército acuda en apoyo de las fuerzas del orden se baraja, así como la de dejar en suspenso servicios como Twitter, Facebook, Messenger o cualquier red social que se use para planificar “la violencia, el caos o el crimen”.
El mandatario, que también aseguró indemnizaciones para los afectados por los desórdenes, recibió apoyo incondicional de la oposición. “El Parlamento se presenta hoy aquí codo con codo, unido contra el vandalismo y la violencia que hemos visto en nuestras calles”, declaró el líder del Partido Laborista, Ed Miliband.
Más educación, más ética
Quienes se tapen el rostro podrán ser en lo sucesivo desenmascarados por la policía.Imagen: dapd
Mientras tanto, en procesos rápidos se dictaban las primeras sentencias. Entre 1.200 y 1.500 personas han sido detenidas en relación con estos actos desde el fin de semana, entre ellas algunos menores, como dos chicos de 14 años y una niña de 11, muchos jóvenes de barrios marginales, pero también la hija de un millonario, de 19 años. Los abogados defensores hablaron de escenas caóticas en los tribunales, y las penas que se emitieron no superaron los seis meses de cárcel.
Más allá de la represión que Cameron dibuja en el horizonte de quienes no acaten las normas, en lo que a medidas más profundas para combatir las raíces del problema se refiere, el premier reconoció carecer de “la respuesta apropiada”. El desempleo juvenil en Gran Bretaña se sitúa en torno al 20% y desde hace tiempo se viene advirtiendo de una brecha social que se abre cada día más, de un aumento de la pobreza infantil y de los efectos secundarios de unos recortes en el presupuesto público que corren principalmente a cargo de los que menos tienen.
“Está claro que lo que ha sucedido estos días es criminalidad”, dijo el arzobispo y máximo representante de la Iglesia anglicana, Rowan Williams, quien habló en la Cámara de los Lores, pero el Gobierno carga con parte de responsabilidad en lo acontecido y tiene que actuar lo antes posible para mejorar la educación y reducir las diferencias entre pobres y ricos, criticó –y no por primera vez- el religioso. “No es en más disciplina en las escuelas de nuestro país en lo que deberíamos pensar”, indicó Williams, “sino sobre el contenido y la ética de nuestras instituciones formativas”.
Autor: Luna Bolívar/ dpa/ epd/ rtrd
Editor: Pablo Kummetz
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