Sinovac: anticuerpos desaparecerían después de 6 meses
27 de julio de 2021
Los investigadores señalaron también que una tercera inyección de la vacuna COVID-19 de Sinovac tuvo un fuerte efecto de refuerzo.
Publicidad
Los anticuerpos desencadenados por la vacuna COVID-19 de Sinovac Biotech disminuyeron por debajo de un umbral clave a partir de unos seis meses después de una segunda dosis para la mayoría de los receptores, aunque una tercera inyección tuvo un fuerte efecto de refuerzo, según un estudio de laboratorio publicado en medRxiv.
Los investigadores chinos comunicaron los resultados de un estudio sobre muestras de sangre de adultos sanos de entre 18 y 59 años en un artículo publicado este domingo (25.07.2021), que no ha sido revisado por expertos.
Entre los participantes que recibieron dos dosis, con dos o cuatro semanas de diferencia, solo el 16,9 % y el 35,2 %, respectivamente, seguían teniendo anticuerpos neutralizantes por encima de lo que los investigadores consideran un nivel umbral detectable seis meses después de la segunda inyección, según el documento.
Estas lecturas se basaron en los datos de dos grupos con más de 50 participantes cada una, mientras que el estudio administró terceras dosis de la vacuna o de placebo a un total de 540 participantes.
Los investigadores señalaron que no estaba claro cómo afectaría la disminución de anticuerpos a la eficacia de la vacuna, ya que los científicos aún no han averiguado con precisión el umbral de los niveles de anticuerpos para que una vacuna sea capaz de prevenir la enfermedad.
"A corto y medio plazo, la prioridad debe ser garantizar que más personas completen el actual esquema de dos dosis de CoronaVac", señala el documento.
Aumento de anticuerpos tras recibir una tercera dosis
El estudio también reveló que, aunque los niveles de anticuerpos neutralizantes disminuyeron seis meses después de dos inyecciones de Sinovac, un programa de vacunación de dos dosis genera una buena memoria inmunitaria.
Una tercera dosis, por su parte, administrada con un intervalo de seis a ocho meses después de la segunda dosis, provocó un fuerte aumento de la respuesta inmunitaria
Así, los participantes de algunos grupos que recibieron una tercera dosis de la vacuna Sinovac unos seis meses después de la segunda mostraron un aumento de entre 3 y 5 veces en los niveles de anticuerpos después de otros 28 días, en comparación con los niveles observados cuatro semanas después de la segunda inyección.
Los investigadores advirtieron que el estudio no probaba el efecto de los anticuerpos contra las variantes más transmisibles, y que se necesitaba más investigación para evaluar la duración de los anticuerpos después de una tercera inyección.
El estudio fue realizado por investigadores de las autoridades de control de enfermedades de la provincia de Jiangsu, Sinovac y otras instituciones chinas.
Publicidad
¿Tercera dosis?
Indonesia y Tailandia ya han acordado administrar una tercera dosis de Moderna y Pfizer, respectivamente, a algunas personas que están completamente vacunadas con la vacuna Sinovac, en medio de la preocupación por su eficacia contra la variante delta del coronavirus, más transmisible.
Turquía había empezado a ofrecer una tercera dosis de Sinovac o Pfizer a algunas personas que se habían vacunado con Sinovac.
Hasta finales de junio, Sinovac había suministrado más de 1.000 millones de dosis de la vacuna, una de las principales herramientas de vacunación en China, Brasil, Indonesia y Chile.
El secretario de Salud de Filipinas, Francisco Duque, dijo este martes (27.07.2021) que el grupo de expertos en vacunas del país aún no ha recomendado la administración de una vacuna de refuerzo, pero que los expertos están debatiendo la posibilidad.
FEW (Reuters, Global Times, medRxiv)
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.