La artista chilena Sandra Vásquez de la Horra ha sido galardonada con un prestigioso premio de trayectoria otorgado por la Academia de las Artes en Alemania, el premio Käthe Kollwitz, un reconocimiento clave para su carrera. Su participación en la Bienal de Venecia marcó un punto de inflexión, permitiéndole mostrar su obra a un público más amplio. Se identifica con la Pachamama, enfatizando su conexión con la tierra y su herencia cultural, y utiliza el sincretismo como tema central en su trabajo.

Como primera latinoamericana en recibir este premio, Sandra considera un gran honor su nominación, que la sorprendió, ya que no suele postularse a premios. Su obra, que examina lo precario a través de múltiples miradas, ha despertado un creciente interés en el arte contemporáneo, especialmente tras su presencia en la Bienal. Ha expuesto en el Centro Pompidou, donde sus pequeñas obras inspiradas en la tradición católica han resonado con el público europeo, a pesar de su complejidad.

Sandra resalta su conexión con las "dormidas", cuestas emblemáticas de Chile que evocan su infancia, y describe su proceso creativo como lúdico y flexible. Dedica su premio a escritoras ninguneadas, enfatizando la relevancia de las voces femeninas en la historia del arte. También aborda la situación de los artistas latinoamericanos en Alemania, señalando la importancia de la disciplina y la excelencia para prosperar en un entorno competitivo.