Argentina activa emergencia social tras los datos de pobreza
10 de marzo de 2017
El Gobierno admite que se notó el efecto de "transición" desde el kirchnerismo y que la pobreza estructural es difícil de revertir "en el corto plazo". Pero afirma que el problema subyacía antes de la asunción de Macri.
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El Gobierno argentino reglamentó este viernes (10.03.2017) la ley que prorroga la emergencia social hasta fines de 2019, después de que un informe privado advirtiera sobre el aumento de la pobreza y la indigencia durante 2016. La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, afirmó que el índice de pobreza "es un número que duele; duele la realidad". La emergencia social supone una inversión de unos 30.000 millones de pesos (unos 1,9 millones de dólares) para paliar la pobreza. Pese a la oficialización del decreto, las organizaciones sociales mantienen una reunión prevista hoy para trabajar sobre el tema y la jornada de protesta convocada para el miércoles que viene.
Por su parte, el jefe de ministros, Marcos Peña, dijo ayer al canal Todo Noticias que, si bien en 2016 se notaron los efectos del proceso de "transición" desde el kirchnerismo y del "sinceramiento" de las estadísticas económicas y sociales, el problema subyacía antes de la asunción de Mauricio Macri.
La ministra de Desarrollo Social reconoció que "la pobreza estructural en la que está inmersa parte de la Argentina es difícil de revertir en el corto plazo". "Hay que mirar la pobreza en todas sus dimensiones. Estamos trabajando en el fondo de la cuestión, en generar una verdadera salida de la pobreza. En el primer año el Gobierno tuvo que tomar medidas para orientar el rumbo económico, hacerlo más estable, por eso se tomaron muchas medidas sociales para resguardar el ingreso de las personas con menor capacidad adquisitiva", sostuvo Stanley en una entrevista que publicó hoy el diario "La Nación".
"A diferencia de lo que ocurría en el pasado, este Gobierno tomó la decisión de dejar los parches. Pero lo importante es que se va a profundizar la generación de empleo y las mejoras en la economía van a ayudar en este proceso. La inflación está a la baja y llegan las inversiones, todo eso genera empleo. Si mirás todo eso junto, te das cuenta de que empezamos a transitar el camino para dejar atrás de forma definitiva la pobreza", confió.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) divulgó el jueves un estudio que afirma que la pobreza medida por ingresos aumentó de un 29% en 2015 a un 32,9% en el tercer trimestre de 2016 en Argentina, lo que significa que en ese lapso creció en 1,5 millones, hasta los 13 millones, la cantidad de pobres. En tanto, la indigencia pasó del 5,4% a un 6,9% y afecta a 2,7 millones de personas, 600.000 más que a fines de 2015, según el estudio "Pobreza y desigualdad por ingresos en la Argentina urbana 2010-2016" de la UCA, una entidad de estrecho vínculo con el papa Francisco.
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El decreto que extiende la emergencia social hasta 2019, publicado hoy en el Boletín Oficial, detalla las funciones y los objetivos del Consejo de la Economía Popular y los parámetros para la asignación del salario social complementario, que funcionarán dentro de la órbita del Ministerio de Desarrollo Social. La norma, fruto de negociaciones entre el Gobierno y distintas organizaciones sociales ante las elevadas cifras de pobreza registradas en el país, define a la Economía Popular como "toda actividad creadora y productiva asociada a mejorar los medios de vida de actores de alta vulnerabilidad social, con el objeto de generar y/o comercializar bienes y servicios que sustenten su propio desarrollo o el familiar". La ley fue votada a fines de 2016, luego de intensos reclamos de diferentes organizaciones sociales.
LGC (dpa/EFE/LaNación)
Diez problemas urbanos de Buenos Aires
La falta de drenaje en algunas zonas, el uso del vehículo en lugar del sistema de transporte público y el desaprovechamiento del potencial que ofrece el Río de la Plata son algunos de los contratiempos de Buenos Aires.
Inundaciones en plena ciudad
La falta de un drenaje equilibrado en ciertas zonas de la ciudad de Buenos Aires genera inundaciones, especialmente en la época de lluvias intensas en los meses de febrero y marzo. Desde 2007 se ha buscado solucionar este problema con obras de un coste de 440 millones de dólares pero que no han sido suficientes para terminar terminado con este contratiempo.
Imagen: DW/M. Bláuab
Metrobús sin usuarios
Inaugurado en 2013 sobre la Avenida 9 de Julio, el Metrobús en Buenos Aires ha cumplido con sus objetivos acelerando el tiempo de viaje de cada línea y aliviando parte del tránsito. Sin embargo, esta mejora no ha atraído a un mayor número de usuarios que siguen utilizando el automóvil privado como medio de transporte
Imagen: DW/E. Zeballos
Paisaje urbano poco cohesionado
La ciudad de Buenos Aires aún tiene una deuda pendiente con el paisaje urbano y los ciudadanos: una ley que homologue puntos claves de los estilos arquitectónicos y edilicios de las construcciones estableciendo límites para la altura de los edificios.
Imagen: DW/M. Bláuab
Desaparición del pasado urbano
El Barrio de Palermo ha sufrido la mayor cuota de renovación en toda la ciudad de Buenos Aires. Distintas áreas han sido modificadas por completo a lo largo de las últimas décadas con una superposición de edificios modernos y elevados. A pesar de ello, aún sobreviven algunos pocos testimonios urbanos de comienzos del siglo XX.
Imagen: DW/M. Bláuab
Deuda con el arte
Según consigna el arquitecto y urbanista argentino, Javier Fernández Castro, una de las deudas de la ciudad es de una política de embellecimiento profunda. Floralis Genérica es uno de los pocos ejemplos de las últimas décadas. Con una estructura de acero inoxidable y armazón de aluminio y hormigón armado, el regalo del arquitecto argentino Eduardo Catalano, fue inaugurado el 13 de abril de 2002.
Imagen: DW/L. Scarponi
Falta de defensa de espacios históricos
A medida que la tendencia modernista avanza en la ciudad de Buenos Aires, todavía sobreviven pequeños espacios que remiten a épocas más remotas, como el Pasaje San Carlos, en el barrio de Almagro. Según los defensores del patrimonio porteño, la gran amenaza de esta tendencia es que no exista una política firme de defensa de espacios históricos e hitos urbanos.
Imagen: DW/P. Olivera da Silva
Menos espacios de encuentro
Las plazas de Buenos Aires van perdiendo, paulatinamente, su valor como ágora pública y espacios de encuentro para la ciudadanía. Desde comienzos del siglo XXI, los parques y plazas han sido enrejados restringiendo su uso a los habitantes en horarios determinados durante el día. Plaza Francia, es uno de los pocos casos en donde todavía se conserva el espacio abierto y de encuentro irrestricto.
Imagen: DW/L. Scarponi
Barrios marginales desintegrados
La Villa 31, ahora llamado Barrio 31, es una zona de contrastes con sectores populares trabajadores y delicuentes que se esconden y operan gracias a la ausencia prolongada del Estado durante varios años. La urbanización es la apuesta firme de la ciudad para integrar el barrio que ha permanecido marginado durante varios años.
Imagen: Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Sin articulación en el Retiro
La terminal de Retiro alberga al menos dos líneas ferroviarias, la estación de subterráneo C y la densamente poblada terminal de ómnibús. A pesar de que las estaciones se encuentran acotadas en una misma área común no existe todavía una articulación acorde entre ellas.
Desaprovechamiento del Río de la Plata
A pesar de que la ciudad de Buenos Aires fue fundada a la vera del río más ancho del mundo, el Río de la Plata, le da la espalda mirada puesta hacia adentro. La ciudad de Buenos Aires se caracteriza por no estar conectada con el río por falta de accesos con los edificios en general funcionando como una barrera artificial.