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Argentina amplía toque de queda y cierra escuelas en capital

15 de abril de 2021

El presidente Alberto Fernández advirtió que hará cumplir estrictamente estas medidas, utilizando las fuerzas de la Policía.

Argentinien  I Hochhäuser am Dock Süd am Fluss Río de la Plata, Buenos Aires,
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/M. Moxter

El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este miércoles una extensión de la prohibición a la circulación nocturna, una restricción del horario comercial y el cierre de las escuelas en el área metropolitana de Buenos Aires, en un endurecimiento de las medidas para frenar el COVID-19.

A partir del viernes, el toque de queda regirá entre las 20H00 y las 06h00 locales y el horario comercial se limitará a diez horas entre las 09H00 y las 19H00. Los estudiantes capitalinos volverán el lunes a la modalidad virtual de clases por un periodo de dos semanas, anunció Fernández.

El país sudamericano registra casi cinco veces más casos diarios nuevos con respecto a hace un mes cuando el promedio era de 6.000, frente a 25.000 de este miércoles.

"Seamos estrictos, seamos cuidadosos (...) Todos los esfuerzos parecen insuficientes a la luz de los contagios", advirtió el mandatario, quien se reincorporará este jueves a las actividades presenciales tras dos semanas aislado por contraer COVID-19.

Los anuncios fueron rechazados con un cacerolazo en algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires, gobernada por la oposición y que el año pasado estuvo sometida a una estricta y prolongada cuarentena.

Las nuevas restricciones se aplicarán en Buenos Aires y su periferia, donde viven 15 millones de los 45 millones de argentinos y que concentra el aumento de contagios. Las provincias podrán adherirse.

Estas medidas "voy a hacerlas cumplir con las fuerzas federales (policía)", dijo el mandatario y afirmó que convocó a las fuerzas armadas para que "colaboren en la asistencia sanitaria" en la capital argentina, cuyas autoridades han sido reticentes a mayores restricciones.

El presidente insistió en la necesidad de "ganar tiempo" para avanzar en el proceso de vacunación y para no saturar el sistema de salud, al borde del colapso.

"Estamos haciendo un esfuerzo enorme para que el proceso de vacunación no se interrumpa en un mundo que no ofrece las vacunas que se necesitan", señaló el mandatario.

Unas 5,1 millones de personas ya han recibido alguna de las vacunas que se aplican en Argentina, de las cuales unas 767.000 tienen las dos dosis.

El domingo se espera la llegada de otras 840.000 dosis de Oxford-Aztrazeneca, en el marco del programa Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

gs (afp, efe)

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