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Argentina y la salida de emergencia de los "precios justos"

Tobias Käufer
14 de febrero de 2023

Argentina intenta controlar la inflación con un tope de precios. Aunque la medida es aprobada en los barrios pobres, crecen las críticas de los sectores empresariales.

"Precios justos" en un supermercado de Buenos Aires.
"Precios justos" en un supermercado de Buenos Aires.Imagen: Tobias Käufer/DW

 

"Precios justos" se lee en las estanterías del supermercado de la Avenida Córdoba, en la Ciudad de Buenos Aires. Esa leyenda en carteles de color celeste y blanco aseguran que el precio de determinado producto es "justo" y forma parte de una estrategia de precios máximos con la que el Gobierno del presidente Alberto Fernández  intenta controlar la inflación y, por tanto, el constante aumento de los precios.

Entre el 1 de febrero y el 30 de junio, los precios de determinados productos de uso diario solo podrán aumentar un máximo del 3,2 por ciento al mes. Sin embargo, solo en diciembre de 2022, la tasa de inflación en Argentina fue de casi el 95 por ciento, en comparación con el mismo mes del año anterior. Esto tiene consecuencias dramáticas para la población: el costo de vida aumenta mucho más rápido que los sueldos y salarios.

Ya sea en el taxi, en la televisión o en la radio: el Gobierno promueve su medida en anuncios como solución a la crisis económica. Para supervisarlo todo, se apoya en ayudantes de sus propias filas políticas, a fin de vigilar y controlar los precios en los supermercados. "Es un programa que tiene como objetivo reducir la expectativa inflacionaria y tender a la estabilidad de los precios en el corto plazo, para recuperar el poder de compra de los ingresos de la población", reza la definición del Gobierno. Este se encuentra bajo presión porque a finales de este año se celebrarán elecciones presidenciales en Argentina. La tasa de pobreza ha aumentado bajo el mandato de Fernández, y los índices de popularidad del jefe de Gobierno van más bien en baja.

"Efecto de distorsión del mercado"

"Los controles de precios suelen ser un problema por su efecto distorsionante del mercado. En Argentina, el Gobierno quiere contrarrestar la inflación. Pero es como intentar contener un río embravecido con unos pocos guijarros", afirma Lars-André Richter, director de Proyectos para Argentina y Paraguay de la Fundación Friedrich Naumann, cercana al Partido Demócrata Liberal alemán, desde su sede de Buenos Aires.

"Oficialmente, la culpa de la elevada tasa de inflación se achaca a los productores y a su supuesto afán especulador. Eso es una clara distorsión de los hechos", asegura Richter en  entrevista con DW. "Las máquinas de imprimir dinero, que funcionan prácticamente las veinticuatro horas del día, son las responsables. El nombre del programa también es engañoso: ´Precios justos´. Es la exageración moral de una política económica equivocada".

El padre Paco exige sobre todo un pago justo para los trabajadores por encima del nivel de inflación.Imagen: Tobias Käufer/DW

Exigencia de salarios justos

Un poco más lejos, en los barrios pobres de la provincia de Buenos Aires, donde a menudo ni siquiera hay agua potable corriente en algunas viviendas, los brutales aumentos de precios de los alimentos básicos y de los bienes de uso cotidiano se hacen sentir aún más que en la capital. Por eso, el programa Precios Justos se queda corto, según el sacerdote Paco Oliveira. "Es bueno, pero no es suficiente", afirma en entrevista con DW. Oliveira trabaja, junto con otros sacerdotes, para ayudar a cubrir las necesidades básicas de la población local.

"Un precio justo es un acuerdo con las empresas para que no aumenten los precios de determinados productos por sobre lo acordado. Pero eso no basta. La gente debe recibir salarios por su trabajo que estén por encima de la inflación", exige el padre Paco.

Agustín Etchebarne, economista liberal, se muestra crítico con la estrategia de los "precios justos".Imagen: Tobias Käufer/DW

"Esta estrategia fracasará"

Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso, un think tank de orientación liberal con base en Buenos Aires, se muestra crítico con la medida en entrevista con DW: "Los controles de precios no pueden funcionar, porque si ponés un precio por debajo del precio libre de mercado, estás distorsionando las señales y le indicás a los productores que produzcan menos, y a los consumidores, que consuman más. Por eso empieza la escasez y se vacían las góndolas en los supermercados. Y cuando liberás los precios, resulta que los que más aumentan son, naturalmente, los que fueron controlados".

Por ello, Etchebarne no cree que se logre un control de los precios: "La estrategia de precio justo por supuesto que va a fracasar, como todas las demás veces que se implementaron controles de precios en todo el mundo".

(gg/cp)

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