Argentina lucha por crédito
30 de noviembre de 2012 Supuestamente Argentina tiene reservas de divisas por 40 mil millones de dólares. “Eso dicen las cifras oficiales, al menos”, dice Federico Foders. Pero el experto sobre Latinoamérica del Instituto de la Economía Mundial de Kiel abriga serias dudas sobre los datos entregados en Buenos Aires. “Entonces podrían pagar fácilmente deuda de 5 mil millones de dólares”.
Esa suma, 5 mil millones de dólares, es la que debería pagar Argentina el 15 de diciembre. El país esperaba saldar 3,5 mil millones, pero el 21 de noviembre un juez de Nueva York dictaminó que también debía pagar 1,3 mil millones de dólares a sus acreedores de fondos buitre. El miércoles (28.11.2012) un tribunal de apelaciones accedió a la solicitud del gobierno argentino de suspender esa sentencia. Pero a fines de febrero nuevamente se enfrentará al mismo problema.
Deudas antiguas
El origen de las dificultades financieras de Argentina se remonta a unos diez años: a fines de los 90 hubo una profunda crisis económica, que llevó al país a la bancarrota en 2001. La moneda se devaluó, los ahorristas no pudieron sacar su dinero de los bancos y se desató el llamado “corralito financiero”. El país no tenía quién invirtiera en él, pidió préstamos a tasas altas y acumuló una deuda por unos 100 mil millones de dólares.
Las negociaciones para el reembolso se extendieron hasta 2005. Al final la gran mayoría de los acreedores debió ceder en sus demandas, se extendieron los vencimientos y se redujeron las tasas de interés. Algunos de estos “prestamistas” reclamaron por la pérdida de valor de sus bonos, y lo siguen haciendo hasta hoy. Es el caso del millonario estadounidense Paul Singer, quien compró deuda a bajo precio con la esperanza de poder cobrarla completa algún día.
Acreedores persistentes
Como parte de esa lucha por cobrar esa deuda, en octubre el fondo NML Capital pidió a la justicia de Ghana, en África, retener el buque escuela Libertad de la Armada Argentina. Con ello, los acreedores buscaban presionar al gobierno de Cristina Fernández. Antes, el barco había evitado puertos fuera de América Latina precisamente para que no sucediera lo que ocurrió en Ghana. Incluso una vez Néstor Kirchner, fallecido esposo de la actual mandataria y ex presidente de Argentina, canceló una visita de Estado a Alemania por temor a que sus aviones fueran confiscados.
Si todos los acreedores se pusieran de acuerdo y demandaran al estado Argentino, la deuda total ascendería a casi 12 mil millones de dólares, dijo la agencia Moody's, que entregó a Argentina una calificación B3, pasando de “estable” a “negativa”. Standard&Poor's rebajó su calificación a comienzos de noviembre de B a B- (que corresponde aproximadamente a la B3 de Moody's), también con malas perspectivas.
Entre otras razones, estas rebajas responden a una visión crítica de la política económica del gobierno de Cristina Fernández: reglas de importación complicadas, aranceles elevados, nacionalización de empresas extranjeras. Estas condiciones dan lugar a dudas sobre si el crecimiento del país será suficiente para pagar la deuda externa.
Y el futuro de Argentina podría volverse más sombrío. “El gobierno ha limitado a los ciudadanos y a las empresas el acceso a las divisas. Esto por sí solo podría ser una señal de que las reservas en el país son escasas”, dice el economista Federico Fovers. En febrero, cuando debe realizarse el pago postergado de diciembre, se sabrá qué tan solvente es Argentina.
Autor: Jan David Walter / Diego Zúñiga
Editor: José Ospina-Valencia