La inflación es un flagelo en toda América Latina. La de Argentina es la segunda más alta. Los asalariados sufren por la inflación desde hace décadas. DW trae testimonios y explicaciones de expertos.
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Cuando aumenta la inflación, en muchos países de Latinoamérica lo primero que muchos asalariados se preguntan es: "¿Cómo haré para llegar a fin de mes?" De hecho, los jubilados y quienes viven de un sueldo son los más afectados por la inflación. Una forma de medirla es mediante la tasa o porcentaje de variación del índice de precios en el tiempo, o Índice de Precios al Consumidor (IPC). Ese índice se calcula sobre la base de los precios de determinados bienes de consumo y servicios que son adquiridos por las personas con un ingreso promedio en determinado país.
Hay varias causas de inflación. Una de las explicaciones tiene que ver con la política monetaria, es decir, con las medidas que toma el Banco Central de cada país. Si este incrementa la emisión de dinero por encima de su demanda real, el valor del dinero disminuye, y los precios se incrementan.
Otra es la relacionada con el consumo, motivada por la ley de la oferta y la demanda. Si la demanda de bienes supera a la capacidad de producirlos o importarlos, los precios aumentan.
Cuando aumenta el precio de las materias primas también puede producirse inflación, ya que los fabricantes incrementan los precios de sus productos. Y la inflación puede ser también autogenerada, cuando se prevé que los precios aumentarán en el futuro, y se comienzan a ajustar antes, de modo que el aumento sea gradual.
En Argentina, que registra una de las tasas más altas de inflación en América Latina, después de Venezuela, la inflación se presenta en un escenario económico complejo.
Argentina y su economía inflacionaria
Argentina ya registraba un alto índice inflacionario en 1975 y 2014. En 2018 fue del 47,6%. En 2019, Argentina tuvo una tasa de inflación histórica del 53,8%, el índice más alto desde 1991. Y en 2020 llega, en términos interanuales en octubre de 2020, a un 37,2%. Los precios que más aumentaron son los de los alimentos, vestimenta y calzado, esparcimiento, equipamiento del hogar, educación, salud y vivienda.
Los argentinos han vivido con altas tasas de inflación durante varias décadas. Entre 1989 y 1990, la inflación incluso superó el 3.000%. En abril de 1991 se implementó la Ley de Convertibilidad del Austral, la moneda en ese momento, con la cual se pudo reducir la inflación de manera drástica.
En el año pandémico de 2020, la economía sigue siendo inflacionaria. ¿Cómo influye ahora en la vida de los argentinos? "La inflación nos afecta muchísimo en nuestra vida cotidiana”, dice Paola, licenciada en Administración de Empresas, empleada y ama de casa, a DW desde Buenos Aires. "Si bien no nos encontramos en una etapa hiperinflacionaria, como ya la hemos vivido en años anteriores, no por eso es menos importante”, añade. "Como ciudadana, profesional y trabajadora, es muy duro vivir en este contexto”. La inflación afecta también el comportamiento de los ciudadanos en cuanto a sus hábitos de ahorro, en cómo invierten, en sus compras y consumo. Eso, a su vez, incide en el desarrollo de la economía.
La brecha entre el peso argentino y el dólar
La brecha entre el peso argentino y el dólar es un factor clave en la economía del país. "Argentina es un país, en cierto sentido, bimonetario, ya que los precios están fuertemente relacionados con el dólar”, explica el economista Alberto Muller, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, en entrevista con DW.
El aumento tipo de cambio del dólar estadounidense con respecto al peso argentino llegó a superar el 100% en 2020. Cuando eso sucede, provoca faltantes de insumos en la industria y afecta los precios que están ligados al valor del dólar. "En realidad, la explicación monetarista de la inflación solo funciona si se supone que el nivel de actividad económica es independiente de ella. Pero no es así. Ni la explicación monetarista ni la de la oferta y la demanda se manifiestan de manera tan simples en la realidad, tampoco en la de Argentina”, dice.
La devaluación del peso frente al dólar genera de por sí una presión inflacionaria, independientemente de cuán alta sea la producción en el país "Estos fenómenos producen algo así como una memoria inflacionaria, un hábito que funciona solo, una especie de profecía autocumplida, y algo de eso está pasando ahora en Argentina”, señala el experto. Para detener la inflación "debería existir un mecanismo institucional que regule los acuerdos entre precios y salarios”, plantea Muller. "Si el Estado tiene una posición fuerte y capacidad de regulación, los otros factores se acomodan solos. Creer que el Estado ausente es lo mejor es un de las grandes falacias del liberalismo”.
Falta de ahorro, falta de inversiones
Uno de los problemas fundamentales es que "el país carece de ahorro privado”, explica a DW, por su parte, Federico Foders, profesor emérito del Instituto de Economía Mundial, de Kiel. "El argentino gana en pesos, y si hay una tasa de inflación del 50%, eso significa que a fin de año solo tendrá la mitad de lo que ganó. Entonces la gente compra dólares para no perder dinero, eso, a pesar de los incentivos del gobierno para que no los compre”. Con un moneda que se devalúa, la gente tiende a comprar bienes para proteger el patrimonio personal, y dólares que se guardan o colocan en cuentas en el extranjero. Eso, a su vez, tiene un efecto sobre la demanda. "Ese es el gran problema de Argentina y de los argentinos. Como el gobierno no cuenta con ahorros, debe emitir moneda para pagar sus cuentas. Es la única alternativa, no puede hacer otra cosa”, aclara el economista. Además, al no haber ahorros nacionales, para invertir se depende demasiado de las inversiones extranjeras para el crecimiento económico. Si estas no llegan, la economía se resiente aún más.
Según él, lo que podría sacar a Argentina de la espiral inflacionaria es un reforma monetaria, es decir, introducir una nueva moneda y emitir solo lo necesario; eso, sumado a una tasa de interés más alta que la tasa de inflación. "Los argentinos no tienen confianza en su propia moneda. Argentina debería tener una moneda más estable. Eso es labor de la política. Para que las nuevas generaciones no se vayan del país, es necesario ofrecerles un futuro estable, con un panorama de empleo para todos”, subraya Federico Foders. Para Alberto Muller, economista del proyecto Plan Fénix, "la inflación no es una cuestión prioritaria o única, hay que pensarla como una de las tantas cuestiones a encarar. La negociación de la deuda para salir del default fue muy importante. Para Argentina, lo esencial es lograr un patrón de crecimiento sostenible. Ya un 3% anual de crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) per cápita daría cierto alivio”.
Pero, por hora, la inflación sigue golpeando a los argentinos. El índice de pobreza alcanza este año al 40,9% de la población, y un 56,3% de los niños y jóvenes hasta los 14 años son pobres. La clase media trata por todos los medios de salir a flote, pero el agua les llega al cuello. "Claramente, podemos comprar mucho menos en cuanto a cantidad y calidad, y debemos restringirnos, pues la situación laboral está en crisis, la presión tributaria es grande y el salario cayó respecto del incremento de los precios. Debemos ajustar nuestros cinturones. Lamentablemente, en Argentina estamos acostumbrados”, dice Paola.
(ers)
Argentina: cronología de la deuda
Aunque muchos argentinos le atribuyen sus penurias al mandato de Cristina Fernández de Kirchner, su sucesor no pudo sacar al país del atolladero en que se encontraba. Ahora Fernández logró un acuerdo de último minuto.
"Fondos buitre" y reinserción financiera
La deuda externa mantiene en vilo a Argentina desde 2001, cuando el Gobierno se declaró en cesación de pagos. Luego de una reestructura de la deuda en los años siguientes, queda ahora un resto de deuda con los "fondos buitre", que dificulta la reinserción financiera internacional del país. Ahora, el Gobierno de Mauricio Macri quiere negociar con esos fondos. Una cronología de los hechos.
Cese de pagos
2001 - En medio de una grave crisis financiera, económica y política, el entonces presidente interino Adolfo Rodríguez Saá declara el 23 diciembre el cese del pago de la deuda externa, que asciende en ese momento a unos 145.000 millones de dólares.
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Solo intereses
2002 - El presidente interino Eduardo Duhalde anuncia el 12 de diciembre que solo pagará intereses de la deuda externa.
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Quita del 75%
2003 - En septiembre, el ministro de Economía Roberto Lavagna propone una reestructuración de la deuda con una quita del 75%. Los acreedores la rechazan.
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Mejor oferta
2004 - Argentina mejora su oferta a los acreedores. Ofrece tres modelos de canje: un bono par, con un interés inicial del 1,33% que sube hasta 5,25% a los 25 años y vencimiento en 2038; un bono cuasi par, con una quita del 30,1%, intereses de 3,31% más un valor ligado a la inflación y vencimiento en 2034, y un bono descuento, con una quita del 66,3%, intereses de 8,28% y vencimiento en el 2033.
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El primer canje
2005 –El Gobierno lanza el canje de la deuda en default. Finaliza en abril. Argentina renegocia 82.000 millones de dólares. Un 76% se adhiere. La quita promedio alcanza al 65,4 %. El resto, con bonos por unos 20.000 millones de dólares, mantiene sus reclamos. El Parlamento aprueba la “ley cerrojo”: los acreedores que no acepten la oferta de reestructuración no podrán acceder al canje en el futuro.
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Argentina paga al FMI
2006 – En enero, Argentina paga toda su deuda con el Fondo Monetario Internacional, de 9.500 millones de dólares. con reservas del Banco Central.
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Argentina acuerda pagos con España
2007 - En enero, Argentina y España acuerdan la reestructuración de la deuda derivada de un préstamo que España realizó en marzo de 2001. La deuda ascendía a unos 1.000 millones de dólares y serán pagados a 6 años.
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Club de Paris: un acuerdo frustrado
2008 - En septiembre, Argentina resuelve cancelar la deuda de 6.706 millones de dólares con el Club de París (acreedores oficiales, deuda interestatal sin bonos). El pago es frustrado por el estallido de la crisis financiera mundial y la caída de Lehman Brothers.
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Nueva posibilidad de canje
2009 – En octubre, Argentina, a pesar de la “ley cerrojo”, ofrece a los fondos hedge que no aceptaron las condiciones de 2005 una nueva posibilidad de canje de los 20.000 millones de dólares pendientes.
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92,4 por ciento de adhesión
2010 - En abril, el Gobierno lanza un nuevo canje de deuda, con una quita promedio del 66,3% para inversores institucionales y del 50% para los privados. El 66% de los tenedores de bonos en cesación de pagos acepta. Junto con el canje de 2005, Argentina logra un nivel de adhesión del 92,4 por ciento con una rebaja del 65 por ciento en promedio.
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El fallo de Thomas Griesa
2012 – En diciembre, el juez federal estadounidense Thomas Griesa falla que los bonistas que no participaron en los canjes ofrecidos por Argentina deben recibir el 100 % de la deuda. Además critica declaraciones del Gobierno argentino de que “no pagaría un dólar a los fondos buitre” y las interpreta como “un desafío inadmisible”.
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Acuerdo de pago con el Club de París
2014 – En febrero, Argentina apela el fallo de Griesa ante la Corte Suprema de EE. UU. En mayo acuerda el pago de la deuda con el Club de París, aceptando abonar unos 9.000 millones de dólares en un plazo de 5 años.
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Dineros embargados
2014 - En junio, la Corte Suprema de EE. UU. rechaza la apelación y el caso vuelve a Griesa. Este amenaza con embargar fondos destinados a los bonistas que aceptaron el canje si Argentina no paga a los fondos hedge unos 1.300 millones de dólares. Argentina debe pagar a los bonistas que entraron en el canje hasta el 30.06.2014, con un mes de gracia. Es decir, que el plazo vence el 30.07.2014.
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¿Nueva cesación de pagos?
2014 - En caso de pagarle a los fondos hedge, se teme que los bonistas que entraron en el canje reclamen también el cien por el cien de la deuda. En ese caso, Argentina debería pagar unos 120.000 millones de dólares, lo que supondría una nueva cesación de pagos, ya que no está en condiciones de hacerlo. La deuda externa bruta total del país se estima en unos 140.000 millones de dólares.
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Macri quiere negociar
Febrero de 2015 – Mauricio Macri, el nuevo presidente argentino, quiere negociar con los fondos hedge. La propuesta se mantiene en secreto, pero se estima que ofrecerá pagar con una quita del 15%. Negociar es "una prioridad" para Buenos Aires. De una deuda inicial de unos 3.000 millones de dólares, con los intereses acumulados, se llega a unos 10.000 millones. A estos se agregan los “me too”.
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El factor Macri
Comenzando 2016, la depreciación de la moneda nacional –de 9,8 a 13,95 por dólar estadounidense– hace que la deuda de las provincias aumente en 40.000 millones de pesos argentinos.
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Una deuda paga otras
2016 – Factores como el ajuste del tipo de cambio, el desplome de la producción industrial y la caída del consumo hacen que el PIB se desinfle. Argentina adquiere deuda por emisión de bonos –se dice que es la más elevada de una economía emergente– para poder cancelar sus compromisos con los fondos buitres. En muchos casos se les da más dinero de lo ordenado por las cortes.
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Nueva ronda de endeudamiento
2017 – Entre diciembre de 2015 y junio de 2017, la deuda emitida por el Ejecutivo ronda los 100.000 millones de dólares. Este período inaugura lo que se conoce como el “tercer gran ciclo” de endeudamiento, que termina desarrollándose a una velocidad mucho mayor que la del ciclo previo. En diciembre de 2017 se llega al monto de 216.351 millones de dólares.
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FMI, al rescate
2018 – Tras dos crisis monetarias, Macri se ve forzado a pedirle un crédito de 50.000 millones de dólares al FMI y, a cambio, se compromete a recortar el gasto público. El dinero debe contribuir a la estabilización de la situación en Argentina hasta 2021; pero, si Macri pierde los comicios presidenciales de 2019, serán probablemente sus rivales políticos quienes cosechen los frutos de su esfuerzo.
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El bolsillo de los argentinos
2019 – Macri frena su programa de austeridad y anuncia medidas para deslastrar el bolsillo de sus compatriotas hasta fin de año: bono para los trabajadores, ajuste del impuesto a las ganancias, pagos extra para la Asignación Universal por Hijo, congelamiento del precio del combustible por tres meses. Se estudia un aumento del salario mínimo y reformas para aliviar a las pymes.
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Alberto Fernández negocia con acreedores privados
Argentina lleva dos años en recesión con una contracción del PIB de 2,2 % en 2019, y una deuda externa de 323.065 millones de U$S, el 89 % de su PIB. El presidente, Alberto Fernández, anuncia que no solicitará el desembolso del último tramo del préstamo del FMI, que queda así en 44.000 millones de U$S. El FMI pide a los acreedores privados una quita parcial de la deuda, para hacerla "sostenible".
Por segunda vez en este siglo, Argentina entra en un default, pero virtual, porque el gobierno sigue negociando con sus acreedores. El país está golpeado por la pandemia, en una profunda recesión y la pobreza aumenta. El 4 de agosto de 2020, los acreedores acceden a una quita de deuda de 55 centavos de U$S por cada dólar original, y se llega a un acuerdo.
Imagen: AFP/Argentina Residency/E. Collazo
Reestructuración exitosa de deuda
El ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, logró un acuerdo de renegociación de deuda de legislación extranjera con los bonistas, con el canje del 99% de su deuda externa. Argentina aún le debe casi 52 mil millones de US$ al FMI, que deberá pagar hasta 2024. Pero esta reestructuración le permitiría al país iniciar el camino de la recuperación económica. (1.09.2020).
Imagen: Getty Images/AFP
Alberto Fernández inicia gira por Europa
El presidente de Argentina viajó el 08.05.2021 rumbo a Europa, en una gira destinada a cosechar apoyos de Gobiernos a su plan de posponer pagos de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y el Club de París. Fernández mantuvo reuniones con jefes de Estado y de Gobierno de Portugal, España, Francia e Italia, en ese orden. En la foto, con el presidente español, Pedro Sánchez. (12.05.2021).
Imagen: Gabriel Bouys/AFP/Getty Images
Nuevo acuerdo con el FMI
Argentina llegó a un nuevo acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció el presidente Alberto Fernández este viernes, el mismo día en que debe pagar más de 700 millones de dólares por el primer vencimiento de este año de una deuda de 44.000 millones. Fernández aclaro que no habrá recortes en el gasto social ni "saltos devaluatorios". (28.01.2022).