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¿Cómo funcionan las exportaciones de armas alemanas?

Nina Werkhäuser
5 de diciembre de 2018

Existen rígidas reglas para la exportación de armas desde Alemania. Sin embargo, hay empresas alemanas que también las exportan a regímenes autoritarios.

Deutschland Lürssen Werft Küstenschutzboot für Saudi-Arabien
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer

¿Es el dictador chileno Augusto Pinochet un comprador aceptable para armas alemanas? Esa pregunta provocó una amarga disputa en Alemania en 1980. El canciller socialdemócrata Helmut Schmidt quiso detener la exportación de dos submarinos destinados a la brutal junta militar chilena. 1.000 trabajadores del astillero "Howaldtswerke”, en la ciudad de Kiel, fueron a huelga. Temían por sus puestos de trabajo y exigían que se terminasen de construir los barcos y se exportasen a Chile.

Una confrontación que muestra muy bien la difícil relación de los alemanes con las exportaciones de armas. Después de la Segunda Guerra Mundial parecía impensable que las empresas alemanas volvieran a producir armas, y menos aún a exportarlas. Pero esto cambió con el rearme durante la Guerra Fría. Después de la creación del Ejército alemán, en 1955, creció la industria armamentística que construyó tanques, submarinos y armas de fuego para las Fuerzas Armadas.  En cuanto esas armas fueron probadas, entraron en acción los interesados en el extranjero.

La empresa alemana Heckler & Koch fue acusada de haber vendido miles de fusiles del tipo G36 a México.Imagen: picture-alliance/dpa/A. Burgi

Rígidas leyes por obligación histórica

Debido al trasfondo histórico de Alemania, el manejo de equipo militar fue estrictamente regulado desde un principio. La ley alemana establece que "las armas destinadas a la guerra solo pueden producirse, transportarse y comercializarse con la aprobación del Gobierno Federal”. La producción de armamento y las exportaciones de armas, por lo tanto, tienen un estatus constitucional en la República Federal de Alemania.

Lo que esto significa en la práctica, se encuentra en la llamada Ley de Control de Armas de Guerra de 1961: Quien quiera exportar armas, necesita en cada caso individual la aprobación del Gobierno Federal. La ley dice que "no hay derecho a exigir que se conceda una licencia", y que la licencia puede ser "revocada en cualquier momento". La producción de armas nucleares, biológicas y químicas está prohibida en Alemania, al igual que la producción de minas antipersona y bombas racimo.

Exportación de armas, bajo la lupa

Para las compañías de armamento alemanas, es o significa que primero tienen que dirigirse al Gobierno alemán, antes de poder exportar tanques de batalla o rifles. El comité responsable de la decisión se reúne en secreto. Bajo la dirección de la canciller, un comité del gabinete, el llamado Consejo Federal de Seguridad, examina las solicitudes.

Deciden acerca de las exportaciones de armas: la canciller alemana, Angela Merkel, el ministro de Exteriores, Heiko Maas, y la ministra de defensa, Ursula von der Leyen.Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka

En el año 2000, el entonces Gobierno Federal, bajo el canciller Gerhard Schröder, escribió claramente los criterios para autorizar o prohibir exportaciones de armas: ¿Existe un conflicto armado en el país receptor o está involucrado en una guerra? ¿Existe el peligro de que las armas se utilicen para reprimir a una minoría? ¿Se violan los derechos humanos? Si una de estas preguntas se responde con un "sí", las posibilidades de obtener un permiso de exportación son escasas. En comparación con otros grandes exportadores de armas, Alemania tiene las reglas más restrictivas, destaca Pieter Wezeman, un experto en armas del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

Las excepciones son posibles

Pero incluso las reglas alemanas comparativamente estrictas permiten excepciones: si existen "intereses especiales de política exterior o de seguridad" de Alemania, el Gobierno Federal puede aprobar una exportación a pesar de tener reparos. En el caso de Arabia Saudí, Alemania usó esta excepción en varias ocasiones e ignoró las violaciones a los derechos humanos y la intervención militar saudí en Yemen.

Como "ancla de estabilidad" en la región e "importante socio estratégico de Alemania", Arabia Saudí consiguió barcos de patrullaje y radares de producción alemana, así como el Eurofighter. Ese avión de combate europeo, en cuya construcción Alemania está involucrada, fue adquirido por los saudíes en grandes cantidades. Solo después del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul, el Gobierno alemán suspendió las exportaciones. Según informes de medios, esta suspensión de exportación no debería durar más de dos meses.

 Exportaciones a lugares de conflicto

Pero no solo las exportaciones a Arabia Saudí son criticadas. Otros países con conflictos internos también han comprado armas de producción alemana en los últimos años, como Argelia, Egipto, Colombia y Nigeria. Incluso Turquía recibió armas alemanas después de la intervención militar en la ciudad siria de Afrín, en enero de 2018. Alemania solo tiene reglas de exportación restrictivas, "si se adaptan a Alemania", se quejó el renombrado autor Andrew Feinstein en conversación con Deutsche Welle. Por otro lado, si parece políticamente oportuno, el Gobierno "cierra los ojos a exportaciones de armas que no debería aprobar en absoluto".

A pesar de esa "puerta trasera", el proceso de aprobación ha sido durante mucho tiempo una pesadilla para los productores de armas alemanes. Buscan otras soluciones, como fundar compañías con leyes de exportaciones más laxas, o creando empresas conjuntas cuyas oficinas centrales no se encuentran en Alemania. Por ejemplo, Rheinmetall AG tiene fábricas de municiones en Italia y Sudáfrica, a través de las cuales suministra a clientes "críticos" como Arabia Saudí.

¿Es Alemania la armería del mundo?

La demanda de armas alemanas es alta a nivel mundial.  Particularmente solicitados son los tanques de guerra, como el Leopard 2, vehículos blindados, rifles de Heckler & Koch, submarinos y barcos. En 2017, el Gobierno Federal emitió licencias de exportación por más de 6.240 millones de euros. En el ranking del SIPRI de los mayores exportadores de armas del mundo de 2013 a 2017, Alemania ocupa el cuarto lugar. El politólogo Joachim Krause, sin embargo, considera que Alemania solo ocupa el puesto 6, debido a que China no publica cifras sobre sus exportaciones de armas.

Krause no está de acuerdo con el argumento de los opositores a las exportaciones, que dicen que Alemania está inundando el mundo con armas: "Para las armas pequeñas y ligeras, la participación alemana en el comercio mundial es probablemente mínima. Para los sistemas de armas grandes y componentes de armas centrales, estaría entre un dos y un cuatro por ciento", asegura, según los resultados de sus investigaciones. De hecho, entre las 100 compañías de defensa más grandes del mundo, según el portal estadounidense "Defense News", en 2018 solo hay dos alemanas. La mayor compañía alemana, Rheinmetall AG, ocupa el puesto 27 en este ranking.     

El avión de combate F22 Raptor de Lockheed Martin. La empresa estadounidense se ubica en el primer lugar de compañías de defensa más grandes del mundo, según el portal "Defense News".Imagen: AFP/Getty Images/E. Jones

Las compañías de armamento venden la mayoría de sus productos al Ejército alemán y a países aliados. Esto resulta, debido a que las exportaciones a la Unión Europea y a la OTAN no están restringidas. Además, los productores de armamento alemanes siempre están buscando mercados de venta en los llamados "terceros países" Arabia Saudí o Qatar. Si el Gobierno alemán rechaza tales exportaciones, rápidamente se enfrenta a la acusación de "destrucción de empleos". Por ejemplo, en el astillero Peene, en Wolgast, que está construyendo barcos de patrullaje para Arabia Saudí, se inició un sistema de trabajos de corta duración después de la suspensión de exportaciones. El astillero es el empleador más importante en esa pequeña ciudad del noreste de Alemania. 

Factor trabajo

En total, alrededor de 135.000 personas trabajan en la industria armamentística en Alemania, según una encuesta de 201 4 de la Asociación Alemana de Reciclaje de Acero y Compañías Gestionadoras de Desechos (BDSV, por sus siglas en alemán). La referencia a los empleos es "un argumento mortal por lo irrebatible", sostienen críticos de las exportaciones como Thomas Küchenmeister, de la ONG "Facing Finance". Después de todo, una empresa como el astillero Peene también podría construir barcos civiles o encontrar otros compradores en vez de las dictaduras. "No debemos sacrificar los derechos humanos por las exportaciones de armas", subraya.

Para los trabajadores de los astilleros en Kiel, las protestas a comienzos de los años 80 no tuvieron los resultados deseados a largo plazo. A pesar de que los dos submarinos finalmente fueron construidos y entregados a Chile, poco tiempo después miles de trabajadores perdieron  sus empleos porque el astillero estaba en serios problemas económicos.

(bag/cp)

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