Gonçalo Amaral dirigió la investigación sobre Madeleine McCann, la niña británica que desapareció durante unas vacaciones en el sur de Portugal en 2007.

El polémico libro del agente, entretanto jubilado, expone la tesis de que la niña lleva tiempo muerta y los padres tendrían algo que ver con ello.

En el proceso que arrancó hoy en la capital portuguesa se trata de dirimir si se confirma de forma indefinida la prohibición temporal del libro. A su llegada a Lisboa, los padres de "Maddie", Kate y Gerry McCann, indicaron: "Nadie puede afirmar que nuestra hija ya no puede ser encontrada mientras no haya base para ello".

Ambos participan en el proceso como espectadores. El ex policía se aferra sin embargo a la libertad de expresión. "En este proceso se trata de libertad y democracia", subrayó.

Con casi cuatro años, Madeleine despareció en mayo de 2007 sin ejar rastro, cuando se encontraba en el apartamento en el que pasaba las vacaciones, en la costa del Algarve.

La policía creyó en un primer momento que se trataba de un secuestro de la pequeña, pero después sus hipótesis derivaron a que Maddie murió todavía en la vivienda y los padres hicieron desaparecer el cadáver.

La policía sin embargo no pudo probar esta teoría, así que la Justicia archivó el caso en 2008 y detuvo las infructuosas investigaciones.

Los McCann consiguieron en septiembre de 2009 una prohibición temporal del libro de Amaral. Un tribunal civil ordenó la retirada del libro de todas las tiendas y almacenes.

En otro proceso, los McCann piden además 1,2 millones de euros de indemnización por difamación injuriosa y calumnia. El matrimonio explicó que con sus denuncias contra Amaral persiguen un único objetivo: seguir impulsando la búsqueda de Madeleine. "Si hay gente que impide nuestra búsqueda, no nos podemos quedar de brazos cruzados", comentó Kate McCann.

El ex policía intentará convencer a los magistrados que él no está solo defendiendo su punto de vista. Su abogado quiere citar a declarar a destacados cargos de la policía y la fiscalía, que también defendieron el mismo punto de vista que Amaral.

El proceso tenía que haber comenzado en diciembre, pero finalmente se aplazó porque una secretaria del abogado de Amaral enfermó de gripe A y el letrado estuvo en cuarentena.

dpa

Editor: Pablo Kummetz