Arte robado por nazis: tortuosas y demoradas restituciones
Sarah Judith Hofmann
18 de septiembre de 2023
Desde hace 20 años, una comisión asesora busca esclarecer los casos de arte saqueado por los nazis. En Alemania falta una ley de restitución que tenga en cuenta a los afectados.
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Un cuadro de Pablo Picasso se ha convertido en sinónimo de la difícil gestión alemana por recuperar el arte saqueado por los nazis. Se trata de "Madame Soler", de 1903, del período azul del artista, que puede contemplarse en la Pinacoteca de Arte Moderno de Múnich.
Según las Colecciones Estatales de Pintura de Baviera, el "cuadro no hace parte del arte robado”. El historiador Julius H. Schoeps rechaza la versión oficial de la institución bávara. El cuadro perteneció claramente a su tío abuelo, el banquero judío-alemán y coleccionista de arte Paul von Mendelssohn-Bartholdy, afirma Schoeps, profesor emérito de Historia Moderna en la Universidad de Potsdam. Él mismo ha pasado años investigando el caso en archivos de todo el mundo , e incluso escribió un libro sobre el caso: "¿A quién le pertenece 'Madame Soler' de Picasso?".
Para él está claro: el hecho de que el cuadro se pusiera a la venta en 1935 fue el resultado de la privación de derechos y la persecución de los judíos desde la llegada de Hitler al poder, en 1933. "El hecho de que Baviera afirme que no hubo persecución alguna hasta 1935 es completamente ahistórico", afirma, indignado, en entrevista con DW.
El Estado Libre de Baviera se niega
Este es un caso para la Comisión Asesora sobre los Bienes Saqueados por los Nazis, que se creó hace veinte años para hacer recomendaciones en casos complicados de disputas sobre restituciones. El problema: la comisión sólo comienza a gestionar cuando ambas partes se han puesto de acuerdo. "En el caso de 'Madame Soler', las familias llevan casi diez años luchando para que la Comisión se haga cargo del caso", dice el presidente de dicha Comisión, Hans-Jürgen Papier, y agrega que "como el Estado Libre de Baviera se niega categóricamente, no podemos hacer nada".
Por eso Papier pide ahora, con motivo del vigésimo aniversario de la comisión, una reforma fundamental: las obras robadas por los nazis también deben poder ser reclamadas unilateralmente, es decir, por las víctimas de la persecución nazi en forma directa, sin que los museos tengan que dar su consentimiento.
Alemania firmó los llamados "Principios de Washington" en 1998. En ellos, 43 Estados se comprometían a identificar "las obras de arte incautadas como consecuencia de la persecución nazi" y a encontrar "soluciones justas y equitativas" con los propietarios o sus herederos. Un compromiso que Alemania no cumple, advierte Julius H. Schoeps.
"Alemania es el país de los perpetradores. Y es precisamente en este país donde los herederos suelen desesperarse por el trato que se les da". El historiador señala que los herederos de Paul Mendelssohn-Bartholdy han llegado a varios acuerdos con museos de fuera de Alemania, entre ellos, con el Museo de Arte Moderno (MoMA) y el Guggenheim, ambos de Nueva York.
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Petición de una ley de restitución
Claudia Roth, secretaria de Estado alemana para Cultura y Medios, que acudió al Museo Judío de Berlín para la ceremonia de la Comisión, promete que habrá reformas integrales en el tema. Dice que habrá consultas con los estados federados -cuyo consentimiento es necesario en este caso en el sistema federal alemán- antes de finales de octubre. También se hará posible un recurso unilateral ante la comisión.
Sin embargo, el presidente de la comisión, Hans-Jürgen Papier, no cree mucho en las reformas, por lo que pide una ley de restitución. No hay otra manera, dice Papier, expresidente del Tribunal Constitucional Federal, de resolver el dilema de la Comisión Asesora sobre los Bienes Saqueados por los Nazis. En sus 20 años de existencia, la comisión ha formulado 23 recomendaciones. "Demasiado poco", lamenta Papier, aunque los casos en los que intervino sentaron precedente.
(jov/cp)
Caso Gurlitt: una historia de suspenso
El caso Gurlitt tiene los ingredientes de una novela policial. En noviembre de 2013 se escuchó hablar por primera vez de un tal Cornelius Gurlitt y un tesoro de obras de arte encontrado en Múnich. Esta es la historia.
Imagen: alexskopje/Fotolia.com
Un anciano y su tesoro
En septiembre de 2010, funcionarios aduaneros controlaron a un anciano en el tren de Zúrich a Múnich. Su nombre: Cornelius Gurlitt. Llevaba mucho dinero. Eso no está prohibido, pero llama la atención. Los funcionarios hicieron llegar sus datos a la oficina tributaria. Más adelante se emitió una orden para registrar su vivienda muniquesa. Los investigadores hicieron un hallazgo espectacular.
Imagen: babiradpicture
Un tesoro con trágica historia
En la vivienda de Múnich, los investigadores encontraron un verdadero tesoro: pinturas, dibujos y grabados que se daban por desaparecidos desde el término de la II Guerra Mundial. La historia de estas valiosas obras de arte está ligada a muchos sufrimientos e injusticias.
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El escándalo del robo de arte
Las obras están bajo sospecha de haber sido robadas por los nazis. Se trata de pinturas de Pablo Picasso, Henri Matisse, Marc Chagall, Paul Klee, Max Liebermann (en la foto: "Dos jinetes en la playa") y otros maestros. Se supone que pueden haber sido catalogadas de "arte degenerado" y confiscadas, o robadas a coleccionistas judíos. El apellido Gurlitt no es desconocido en círculos ligados al arte.
Imagen: gemeinfrei
El padre de Gurlitt
El padre de Cornelius Gurlitt, Hildebrand Gurlitt, comerciaba con "arte degenerado" en tiempos de Hitler y compraba obras para el proyectado "museo del Führer", en Linz. Vendía fuera de Alemania las piezas confiscadas a museos o robadas a sus dueños judíos. Después de la guerra, afirmó que su colección privada y los registros de su negocio se habían quemado en el gran incendio de Dresde.
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Señales de alerta
En 2011, su hijo, Cornelius Gurlitt, vendió "El domador de leones" de Max Beckmann. En la parte posterior hay una etiqueta de la galeria Flechtheim, con la fecha de 1931. Una señal de alerta. Porque ese comerciante de arte judío huyó en 1933 de Alemania, dejando numerosas obras. ¿Debería haber despertado sospechas en el mundo del arte? El cuadro fue rematado por 864.000 euros.
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Compleja investigación
En noviembre de 2013, la opinión pública se enteró del hallazgo del tesoro. Pero ya desde 2011 se encargó a la historiadora del arte Meike Hoffmann (derecha) investigar la procedencia de las pinturas. ¿A quién pertenecen las obras? Es un asunto delicado desde el punto de vista jurídico, moral e histórico.
Imagen: Reuters
¿Quiénes son los dueños?
Expertos como Meike Hoffmann investigan la procedencia y la historia de un cuadro. Las etiquetas que hay a veces en la parte posterior de los lienzos pueden dar algunos indicios, al igual que los documentos de galerías y casas de remate. Cornelius Gurlitt heredó los cuadros de su padre. Pero descendientes de familias judías y sus abogados reclaman la devolución de las pinturas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Lex Gurlitt
De acuerdo con el derecho alemán, el caso es claro: después de 30 años expiraron los derechos de las víctimas a exigir la devolución de las obras y el robo nazi prescribió. El ministerio de Justicia bávaro ha presentado un proyecto de ley para anular esa prescripción cuando una persona posee arte robado a sabiendas de que lo es.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Quiero que me devuelvan mi herencia"
El neoyorkino David Toren, de 88 años, demanda a Alemania y a Baviera. Quiere que le devuelvan el cuadro "Dos jinetes en la playa". Perteneció otrora a su tío-abuelo David Friedmann, asesinado en 1942 por los nazis.
Imagen: DW/S. Czimmek
II parte
Esta vez la noticia llegó de Austria. En la casa de la familia Gurlitt en Salzburgo, que parecía abandonada, se encontraron obras de Monet, Manet, Corot, Courbet y Renoir. Un portavoz afirmó que se trata de propiedad privada. Pero también en este caso se plantea la sospecha de que se trata de arte robado por los nazis.
Imagen: picture-alliance/dpa
Devolución de obras
Tras meses de investigaciones, Cornelius Gurlitt llegó a un acuerdo con el gobierno alemán. Se declaró dispuesto a permitir que se examinara la procedencia de todos los cuadros bajo sospecha de haber sido robados por los nazis. A cambio, se le devolverían los cuadros confiscados en 2012. El 6 de mayo de 2014 murió Cornelius Gurlitt, a los 81 años, en Múnich. Pero la historia continúa.
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Museo de Berna
Sorpresivamente, Cornelius Gurlitt legó su tesoro al Museo de Arte de Berna. Su testamento dispone que la colección quede en Suiza. Alemania está conforme, pero parte de la familia Gurlitt no.
Imagen: Kunstmuseum Bern
¿Testamento inválido?
Poco antes de que el Museo de Arte de Berna decidiera aceptar el legado de Gurlitt, una prima del coleccionista encargó un peritaje. El dictamen de un especialista en tela de juicio la salud mental de Gurlitt al escribir su testamento.