Arte y más en el Ruhr
6 de septiembre de 2006Con su mezcla de diversas expresiones de arte y los espectaculares escenarios que ofrecen antiguos recintos industriales, convertidos ya en monumentos culturales, la trienal de la región del Ruhr es considerada un acontecimiento único en su tipo en Europa. Al mediar la segunda temporada de la 5 edición, decenas de miles de personas han acudido ya al llamado de la cultura. Y no es de extrañar, considerando que el programa incluye un atractivo abanico para todos los gustos. 29 piezas de teatro, música, danza y eventos literarios forman parte de esta especie de festival, en cuyo marco tienen lugar cerca de un centenar de actividades.
Política candente
Vanessa Redgrave, famosa no sólo por sus magistrales interpretaciones en el escenario y ante las cámaras, sino también por sus actividades en favor de los derechos humanos, es una de las estrellas que brilla por estos días en esta zona obrera de Alemania. Junto al actor germano Armin Müller Stahl, la gran actriz británica da lectura allí a textos de Pinter, Heine y Villon.
Y no se contenta con ello: Vanessa Redgrave también será la protagonista de una "matiné política" el domingo, en la que diversos actores darán lectura a actas de interrogatorios llevados a cabo en Guantánamo, para luego leer también la Declaración de Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas en 1948. Se trata de contraponer y también de incentivar la reflexión, para lo cual los asistentes podrán participar en un debate con especialistas, políticos y víctimas, sobre un tema especialmente candente ahora que se acerca el 5° aniversario de los atentados del 11 de septiembre: los derechos humanos en tiempos de la amenaza terrorista.
"Creaciones": un espacio para experimentar
La mirada a la realidad política es, sin embargo, sólo uno de los muchos ángulos de este caleidoscopio cultural de la Trienal del Ruhr. Una de sus especialidades son las obras con "formato libre", presentadas en el marco del espacio "creaciones", en el que se da amplia cabida a la experimentación. En este capítulo se inscribe, por ejemplo, la pieza titulada "Rubens y la mujer no euclideana", en que el director escenógrafo Philipp Stölz propone un encuentro con el pintor, que repasa su vida y conversa con personajes de su tiempo, a los que retrató. Sobre el escenario, los actores reproducen algunos de sus cuadros "en vivo", dentro de 15 marcos de distintos tamaños dispuestos en el escenario.
Los clásicos del teatro también están presentes en esta temporada de la Trienal, aunque siempre con una nueva aproximación. El capítulo de teatro fue inaugurado con un montaje de "La vida es sueño", de Pedro Calderón de la Barca, en que el director Johan Simons puso de manifiesto con vehemencia su credo personal: el poder corrompe. Y tampoco podía faltar el Fausto, si bien en una versión para niños que no se ajusta al tono de la obra maestra de Goethe pero, a cambio, ofrece una trama llena de humor y comprensible para el público infantil, que no fue el único en aplaudir.