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Así ven latinoamericanos en Alemania la crisis en sus países

Loly Pérez Torres
2 de diciembre de 2019

Latinoamericanos en Alemania cuentan sus experiencias al tratar de entender las movilizaciones sociales de Chile, Bolivia, Colombia y Ecuador.

Erneute Proteste in Chile
Imagen: picture-alliance/AP/F. Esteban

La inestabilidad política y tensión social que atraviesan varios países no se siente solo en América Latina. En Alemania, inmigrantes de Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador miran atentos los acontecimientos a la distancia. Los relatos en primera persona, las redes sociales, los medios digitales y los pronunciamientos oficiales son las fuentes recurrentes de información. Pero interpretar los acontecimientos es a menudo un ejercicio de empatía.

La solidaridad y la hermandad entre países nace de forma espontánea en tiempos de crisis. Así como hace 46 años estudiantes en Hamburgo se organizaron para denunciar la realidad de los presos políticos tras el golpe militar en Chile, hoy también jóvenes latinoamericanos y alemanes se reúnen en Bonn para realizar acciones en solidaridad con las víctimas de la represión y la violación de derechos humanos en Sudamérica.
DW recogió el testimonio de estudiantes y profesionales chilenos, bolivianos, colombianos y ecuatorianos que viven en Bonn, Alemania. Su experiencia refleja diferentes facetas, pero también puntos en común, tales como la incertidumbre por el bienestar de sus familias, la necesidad de conectarse con sus países de origen y las ganas de ayudar activamente.

Duele más ver desde la lejanía

Juan José Muñoz.Imagen: Privat

Juan José Muñoz, Colombia: Cuando empezaron las protestas del 21 de noviembre, me quedé leyendo noticias y viendo videos hasta la madrugada. Antes de irme a dormir, supe que en Cali la situación se puso muy violenta. Cuando me desperté me invadió la zozobra. Tenía dos mensajes de mi hermana, en los que me decía que estaba muy asustada. Duele más ver lo que pasa desde la lejanía, a miles de kilómetros. Ninguna persona de mi generación ha vivido una movilización como esta, creo que va a marcar algo.

La primera impresión: “el mundo se está acabando”

Michelle García.Imagen: Privat

Michelle García, Ecuador: La primera noticia que recibes en el exterior es de los muertos y heridos. Tienes la perspectiva de que el mundo se está acabando, pero no entiendes por qué. Las razones de la crisis vienen después. Además, no todo es verdad. A los grupos de WhatsApp, por ejemplo, llega todo tipo de información, alertas, videos de gente llorando. Cosas muy negativas. Yo me sentía muy sensible por la situación. Mis papás no podían ir a trabajar porque las vías estaban cerradas. Decidieron ir a las protestas a ver lo que estaba pasando en Quito; si había represión policial o no. Yo sentí que lo estaba viviendo a través de sus mensajes y videos.  

La información vuela en paquetes pequeños

Adriana Mordente.Imagen: Privat

Adriana Mordente, Bolivia: Es muy difícil tener una visión objetiva. El camino más fácil es el de la desinformación. Elaborar un análisis más sofisticado requiere mucho tiempo y no es una tarea fácil. La información nos llega en paquetes reducidos. No hay artículos extensos y análisis complejos. Quienes producen este tipo de contenidos normalmente pertenecen a medios de comunicación internacionales. Si lo hacen los medios nacionales, no confío mucho porque entiendo que tienen una postura política fija. Aunque mis fuentes son variadas, prefiero los relatos en primera persona frente a medios que no reflejan todas las voces en el país. Por ejemplo, los alegatos que ciudadanos comunes dejan en Twitter a través de videos y fotos. 

Interpretar los hechos a la distancia es un ejercicio de empatía

Diego Griott Traub Imagen: Privat

Diego Griott Traub, Chile: Es un dolor de cabeza leer las noticias de Chile, pero es una frustración muy cómoda porque estoy lejos y no me afecta directamente. Aquí no tengo ningún problema en realidad. Hay leyes que se preocupan de que tenga acceso a salud y educación. Entonces, interpretar los hechos a la distancia se vuelve un ejercicio de empatía. Las imágenes que llegan desde Chile son estremecedoras. Hay que ponerse a reflexionar. Lo más grave es la represión y la violación a los derechos humanos. Eso no debería pasar en una democracia.

Grupos de solidaridad de ayer y hoy

Jóvenes apoyan a exiliados chilenos en Hamburgo, en 1974.Imagen: privat

Joaquín Molina, Chile: Durante un coloquio en la universidad, una estudiante nos invitó a una reunión del grupo de solidaridad con Chile. Asistí y me encontré con chilenos que viven en Colonia, Bonn y los alrededores, muchos alemanes que tienen vínculos con Chile, y algunos peruanos. Noté que entre los chilenos había una mezcla de desesperación, incertidumbre por la familia y muchas ganas de ayudar. La parte alemana también quería establecer canales de solidaridad, pero antes informarse. 

No por el hecho de ser chileno, uno tiene la verdad de lo que está pasando. Es necesario tener múltiples visiones. Esa es la riqueza de los grupos: tienen distintas opiniones.
Ahora quieren convertirse en un grupo de Latinoamérica. Ver las cosas comunes como un observatorio. Aunque todo es espontáneo, ya han habido acciones concretas, tales como un manifiesto, un lienzo gigante dedicado a las personas que han perdido sus ojos durante las protestas, movilizaciones en la ciudad, entre otras. 

Un punto de conexión a tierra

Israel Huayllas.Imagen: Privat

Israel Huayllas, Bolivia: Aquí en Alemania uno busca un poco de patria, de su gente y su cultura. Yo me encontré con un grupo de bolivianos que se reúne a bailar danzas tradicionales. Algunos de ellos se manifestaron en Colonia en contra del fraude electoral, hace unas semanas. También vi otro grupo de Múnich que salió a manifestarse a favor de Evo Morales. Si me pongo a pensar, esta es una pequeña Bolivia en el exterior porque justamente eso es lo que pasa allá: un porcentaje de la población dice que vuelva Evo Morales y otro que no. 

Pero así como cada persona tiene su punto de vista, también hay coincidencias. En el grupo te encuentras con personas que dejaron a sus familiares y comparten tus mismas preocupaciones. Quieren apoyar, estar al tanto de todo, expresarse y demostrar que aunque están en el exterior, siguen siendo bolivianos. 

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Loly Pérez Torres Periodista de DW.
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