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Asamblea francesa aprueba polémica ley de inmigración

20 de septiembre de 2007

La Asamblea Nacional francesa, la Cámara baja, adoptó una ley sobre inmigración que incluye medidas como pedir análisis de ADN a inmigrantes, desatando la oposición en el seno del Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy.

Sarkozy, que hizo de la identidad nacional uno de los principales asuntos de su campaña para las elecciones presidenciales de esta primavera, ha prometido acabar con la inmigración ilegal.

Pero varios miembros de su nuevo Gobierno han criticado la nueva ley, que también incluye pruebas de idiomas a los inmigrantes y análisis de ADN para verificar sus lazos con familiares que quieran llevar a Francia.

La oposición de izquierdas votó contra la ley, que ha pasado al Senado y la debatirá el próximo mes.

La enmienda que propone los análisis de ADN, que fue aprobada con facilidad, especifica que se llevarán a cabo durante un período de prueba de solo dos años.

"Es un texto justo y pragmático", declaró Eric Ciotti, diputado de la Unión para un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy. "Nos da las herramientas para luchar contra la inmigración ilegal".

Pero la secretaria de Estado ante el Ministerio de la Vivienda y de las Ciudades, Fadela Amara, de origen argelino, dijo que estos análisis le duelen "como hija de inmigrantes".

El ministro de Relaciones Exteriores, el socialista Bernard Kouchner, y Martin Hirsch, un activista de izquierdas en favor de los sin techo que entró en el Gobierno como Alto Comisario para la Solidaridad Activa contra la Pobreza, también han criticado la medida.

Sarkozy ha alabado a su gabinete, étnicamente variado, como "el Gobierno de la apertura", pero varios analistas han dicho que están emergiendo divisiones porque el presidente domina el equipo y deja a los ministros poco espacio de maniobra.

Ya se está especulando con que en enero habrá una remodelación de Gobierno.

Como ministro del Interior en el anterior Ejecutivo conservador, Sarkozy ya reforzó las leyes sobre inmigración después de la revuelta de jóvenes en los suburbios - muchos de ellos descendientes de inmigrantes - en el 2005.

Una encuesta publicada el martes mostró que el 74 por ciento de los votantes estaba a favor de permitir a los familiares de los inmigrantes ir a Francia sólo si hablan francés.