Según la página web del Consejo, 3.243 personas han resultado heridas, mientras que la cifra de los desplazados ha llegado a 913.760 personas.

Por otra parte cifras de Naciones Unidas indican que al menos 117 niños han muerto en el Líbano por los ataques israelíes, y la población infantil constituye una tercera parte de los 3.000 heridos ocasionados por los enfrentamientos,

"Los disparos con armas deben detenerse", señaló en un comunicado Radhika Coomaraswamy, la representante especial de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados, quien condenó duramente los ataques contra civiles, especialmente los niños, desde que el conflicto en el Líbano estalló el 12 de julio pasado.

Respetar resolución 1612 y 1539

Coomaraswamy recordó a las partes enfrentadas deben cumplir con la resolución 1612, adoptada por el Consejo de Seguridad en 2005, que insta a proteger a los niños durante los conflictos y a cumplir con el derecho internacional humanitario.

Cifras del Fondo para la Infancia (UNICEF) muestran también que una tercera parte de los 3.000 heridos en el conflicto del Líbano son niños, y que también representan el 45 por ciento de las 800.000 personas desplazados desde que empezaron las hostilidades.

La representante de la ONU instó al cumplimiento de la resolución 1539, que pide evitar atacar escuelas y hospitales, así como proveer acceso a la ayuda humanitaria a los niños.

¿Cuál es el objetivo de Israel?

Una misión de Amnistía Internacional (AI) que ha viajado por algunas de las poblaciones más castigadas por los bombardeos israelíes, denunció que parece haber un plan israelí para vaciar el sur del Líbano de población civil.

Donatella Rovera, que encabeza la misión de AI, indicó que la destrucción de plantas potabilizadoras, centrales eléctricas y hasta supermercados, unida al bombardeo de puentes de comunicación vital, hacen pensar en planes sistemáticos de echar a la población civil de la zona.

Rovera explicó que "el bombardeo sistemático de supermercados, un pueblo tras otro", significa que se interrumpen las formas de subsistencia para la población que hasta ese momento no ha podido o no ha querido abandonar sus hogares.

"Hemos tratado de ver si había razones militares legítimas para destruir supermercados, pero no hemos encontrado ninguna prueba de que fueran depósitos de almacenamiento de armas", añadió.

El ejército israelí ha lanzado en numerosas ocasiones octavillas en los pueblos que iba a bombardear conminando a sus habitantes a abandonarlos, práctica que AI también considera condenable.

En cuanto a las acusaciones de Israel de que Hezbolá se sirve de lo población civil como "escudos humanos", Rovera dijo que no han encontrado ninguna prueba de que esto sea así, sino todo lo contrario.