Asesino de periodista sueca admite autoría del crimen
9 de septiembre de 2020
El danés Peter Madsen, condenado a cadena perpetua por el asesinato de la periodista sueca Kim Wall en su submarino artesanal en 2017, reconoció por primera vez su culpabilidad en un documental.
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Madsen, de 49 años, interrogado por teléfono, respondió "sí" a la pregunta del periodista sobre si mató a la joven. "Sólo hay un culpable, soy yo", dijo Madsen, condenado en abril de 2018 por asesinato con premeditación, precedido de violencia sexual.
La tarde del 10 de agosto de 2017, la periodista, de 30 años, embarcó a bordo del Nautilus con Madsen, inventor y propietario del sumergible. Wall quería hacer un artículo sobre este ingeniero autodidacta obsesionado por la conquista de los mares y el espacio.
Cuerpo desmembrado fue encontrado en el mar
La periodista fue reportada como desaparecida en la noche por su compañero y su cuerpo fue luego encontrado en el mar, desmembrado.
"Aparte del 10 de agosto de 2017, nunca le hice nada a nadie", afirmó Madsen. Durante el proceso, confesó que descuartizó el cuerpo de la víctima, lo puso en bolsas de plástico y lo lanzó al mar Báltico, aunque siempre dijo que la muerte fue accidental.
Esta confesión no aclara aún las circunstancias exactas de la muerte de Wall.
La serie documental, titulada "Grabaciones secretas con Peter Madsen", de la que sólo se emitió el primer episodio, se basa en más de 20 horas de conversación telefónica entre un periodista y el asesino, grabadas sin su conocimiento. Posteriormente, autorizó su uso.
Madsen se casó en prisión con artista rusa
"Cohete" Madsen, como le llama la prensa danesa, se hizo muy conocido por sus diseños de submarinos y por fundar una firma con el objetivo de lanzar al espacio monoplazas tripulados y que ha hecho despegar con éxito cohetes experimentales sin personas a bordo.
Desde su entrada en prisión ha mantenido relaciones afectivas con varias supuestas admiradoras, y en enero pasado se casó con una artista y activista rusa.
VT (efe, afp)
Con hambre de matar: los asesinos seriales más temibles de Alemania
Muchos de los crímenes más terribles son cometidos por asesinos en serie, que también son violadores, abusadores de menores y caníbales. Echamos un vistazo a algunos de los más famosos de Alemania del siglo pasado.
Imagen: picture-alliance/dpa
El terror de Hannover
Se cree que entre 1918 y 1924 Fritz Haarmann atacó sexualmente, asesinó, mutiló y desmembró al menos a 24 niños y jóvenes. El alcance total de sus crímenes se reveló después de que 500 trozos de huesos humanos, algunos con marcas de cuchillo, fueran encontrados por los habitantes de Hannover preocupados por la desaparición de niños en la zona. Haarmann fue decapitado en 1925.
Entre 1903 y 1924, Karle Denke asesinó y canibalizó al menos a 42 personas, en su apartamento de Münsterberg en la entonces Prusia (en la foto). Se cree que incluso vendió la carne de sus víctimas en el mercado de Breslau (hoy Breslavia, Polonia) como carne de cerdo. Una víctima pudo escapar y más tarde la policía encontró carne humana en su casa. Denke se ahorcó en su celda días después.
Imagen: 171413picture-alliance/arkivi
El carnicero de Berlín
Karl Grossmann mataba a sus víctimas y vendía su carne en el mercado negro y en su puesto de perritos calientes. Después de que los vecinos oyeron gritos, la policía irrumpió en su casa para encontrar a una joven muerta en su cama. No está claro cuántas vidas se llevó Grossmann, pero se sospecha que desmembró a 23 mujeres y hasta 100 casos de desaparición en Berlín. Se ahorcó en 1922.
Imagen: Gemeinfrei
El terror del lago Falkenhagen
Friedrich Schumann fue un cerrajero que violó, asesinó y robó entre 1918 y 1920. Tras un enfrentamiento con un guardabosques, Schumann fue arrestado y acusado del asesinato de seis personas y del intento de asesinato de otras 11. Fue sentenciado a muerte seis veces. La noche antes de su ejecución a los 28 años, admitió haber matado a 25 personas, incluyendo a su primera víctima, su primo.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
El asesino ferroviario
Paul Ogorzow fue condenado por 31 agresiones sexuales, el asesinato de ocho mujeres y el intento de asesinato de otras seis en la era nazi de Berlín entre 1940 y 1941. Ogorzow trabajaba para el sistema ferroviario alemán y amenazaba, apuñalaba o golpeaba a sus víctimas de violación antes de lanzarlas del tren en movimiento. Fue sentenciado a muerte y decapitado poco después.
Imagen: Gemeinfrei
Traficante de mujeres y asesino
En 1946 y 1947, Rudolf Pleil trabajó como guardia fronterizo en las montañas del Harz y traficó ilegalmente, sobre todo, con mujeres de Alemania Oriental a Alemania Occidental. Pleil fue declarado culpable de matar a un vendedor y a nueve mujeres, pero afirmó haber matado a 25 personas. Condenado a cadena perpetua en 1950, Pleil se suicidó ocho años después.
Imagen: picture-alliance/dpa
El caníbal de Duisburgo
Joachim Gero Kroll fue asesino en serie, violador, pederasta y caníbal. Entre 1955 y 1976 asesinó hasta 14 personas, principalmente mujeres y niñas. Cuando fue arrestado en 1976, se encontraron restos humanos en su refrigerador y los brazos y manos de una niña de cuatro años listos para ser cocinados. Encarcelado de por vida en 1982, Kroll murió de un ataque al corazón en 1991.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Sieländer
El estrangulador
Fritz Honka fue conocido por haber matado al menos a cuatro mujeres entre 1970 y 1975. Estranguló prostitutas y mutiló sus cadáveres. Tras un incendio, los bomberos encontraron partes de cuerpos escondidos en su apartamento. Honka fue sentenciado a 15 años en una institución psiquiátrica. Después de su liberación en 1993, vivió en una casa de retiro hasta su muerte cinco años más tarde.
Imagen: picture-alliance/dpa
El asesino de St. Pauli
Werner Pinzner fue un asesino a sueldo de proxenetas en el barrio rojo de Hamburgo. Se cree que mató entre siete y diez personas. Pinzner ganó fama nacional en 1986 cuando fue llevado al departamento de policía de Hamburgo para ser interrogado con su esposa y su abogado. De repente, sacó un arma y mató al fiscal de la investigación antes de dispararle a su esposa y a sí mismo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Muerte por envenenamiento
Marianne Nölle, enfermera de Colonia, mató a los pacientes que tenía a su cargo envenenándolos con un fármaco antipsicótico entre 1984 y 1992. La policía cree que en realidad mató a 17 personas e intentó otros 18 asesinatos, pero solo fue condenada por matar a siete pacientes. Nunca ha confesado ninguno de sus crímenes y desde 1993, Nölle cumple una sentencia de cadena perpetua.
Imagen: picture-alliance/dpa/DB
El asesino de las carreteras
Volker Eckert fue un camionero alemán que asesinó al menos a nueve mujeres, la mayoría de ellas entre 2001 y 2006. Según la policía, probablemente hubo otras cuatro. Su primera víctima fue un compañero de clase al que estranguló a los 15 años. La mayoría de sus víctimas eran prostitutas que recogió en toda Europa y guardó su pelo como trofeo. Eckert se ahorcó en su celda durante su juicio en 2007.
Imagen: Imago
Ángel de la muerte
Stephan Letter es un exenfermero responsable de la muerte de al menos 29 pacientes por inyección letal en un hospital bávaro entre 2003 y 2004. Arrestado por robo de drogas, confesó algunos de los asesinatos, insistiendo en que trataba de aliviar su sufrimiento. Cumple cadena perpetua y, hasta hace poco, sus actos fueron descritos como la peor matanza en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.
Imagen: picture alliance/AP/U. Lein
El enfermero asesino
Deseoso de impresionar a sus colegas con sus habilidades para salvar vidas, Niels Högel inyectaba a pacientes con medicamentos cardiovasculares para inducir insuficiencia cardíaca. Fue condenado por matar a dos personas y encarcelado de por vida en 2015. Después de una larga investigación, se cree que fue responsable de 100 muertes más, lo que lo convierte en el asesino más prolífico de Alemania.