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Asesino del cineasta Theo van Gogh ante la justicia

Susana Helfgot11 de julio de 2005

Bajo grandes medidas de seguridad en el palacio de justicia de Amsterdam, comenzó el proceso a Mohammed Bouyeri quien se presentó con el Corán bajo el brazo.

El presidente de la corte, Baron Bentinck, inicia la primera audiencia en Amsterdam.Imagen: AP

En la mañana del 2 de noviembre de 2004, Mohammed Bouyeri, nacido en Holanda de padres marroquíes, le pegó varios tiros a van Gogh desde su bicicleta, pudiendo huir a la vereda de enfrente, donde cayó herido. Mientras pedía clemencia, Mohammed volvió a disparar a quemarropa y luego, sacó un gran cuchillo, lo degolló y se lo clavó en el abdomen. Por último, levantó un puñal pequeño y se lo clavó en el cuerpo con una amenaza dirigida a todos los críticos del Islam. Después de un tiroteo, la policía logró capturarlo.

La pesquisa supone que Mohammed Bouyeri pertenece a una grand red terrorista llamada "Hofstadgroep".

El cineasta Theo van Gogh

El director de cine van Gogh no era un simple crítico del Islam. Juntamente con la parlamentaria feminista Ayaan Hirsi Ali, antiislamista y también amenazada por Mohammed Bouyeri, había hecho un cortometraje crítico titulado "Submission" sobre la represión de la mujer en el Islam, que mostraba inscripciones del Corán en cuerpos desnudos de mujer y a mujeres haciendo declaraciones sobre el mal trato y la represión. Hirsi Ali debió esconderse y pudo reanudar su trabajo bajo custodia recién en enero.

Van Gogh tenía espíritu provocativo: había dado nombres ofensivos a los musulmanes y hecho ciertas observaciones de mal gusto sobre los judíos que le merecieron ser tildado de antisemita.

El cineasta Theo van GoghImagen: AP

Mohammed Bouyeri no quería presentarse al proceso. Tampoco se defenderá activamente, dijo su abogado Peter Plasman, ni quiere un informe del defensor. El fiscal dispuso la comparecencia por coerción del acusado. El informe psiquiátrico lo declara apto para una acusación. El proceso durará dos o tres días. Para el pronunciamiento de la sentencia todavía no hay fecha.

Consecuencias sociales del atentado

Este asesinato despiadado dificulta la convivencia entre los holandeses y la gran minoría musulmana residente que ya desde hace tiempo muestra tensiones. Tras el crimen, los musulmanes fueron frecuentemente insultados por las calles y en los autobuses, a las mujeres les tironeaban del burca. Surgió una ola de atentados racistas en todo el país. Solamente en el mes de noviembre, hubo 174 atentados a instalaciones musulmanas, sobre todo a escuelas musulmanas y a mezquitas. Se endurecieron las leyes y los críticos temen la pérdida de libertades cívicas. Los políticos hablan de un estado de guerra y una amenaza nacional por el Islam. El parlamento decretó que, a partir de 2008, no entrarán más imames del extranjero.

Üzeyir Kapaktepe, representante de la comunidad turca, exhorta a los políticos a la moderación: "Si el Islam se presenta como una cultura retrógrada y amenazante, se nos está excluyendo".

Los políticos holandeses quieren terminar con la política liberal de inmigración. La ministra de integración, Rita Verdonk, liberal de derecha, dice que quien quiere vivir en los Países Bajos debe adaptarse. Las leyes de integración se han vuelto más estrictas, las mezquitas y los imames son controlados severamente. Verdonk expatrió a cuatro religiosos musulmanes porque supuestamente eran fundamentalistas.

El Embajador Especial de la Tolerancia, de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSZE), Ömür Orhun, observa preocupado el desarrollo de los hechos en Holanda. "Los musulmanes fueron estigmatizados y se restringieron sus derechos fundamentales" -dijo. Y concluyó: "Los políticos y los medios dan la impresión de que el terrorismo y el Islam son la misma cosa".

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