En busca del "sueño americano", miles de migrantes pierden la vida en el continente americano. El Tapón del Darién y la frontera con Estados Unidos son los puntos más mortíferos.
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"Las dinámicas migratorias han cambiado, sobre todo frente al impacto económico de la pandemia de COVID-19", asegura Maureen Meyer, vicepresidenta para programas de la organización de derechos humanos WOLA, en entrevista con DW.
Aparte de la ruta clásica de México, Guatemala, Honduras y El Salvador rumbo a Estados Unidos, hay cada vez más migrantes sudamericanos y haitianos que estaban "viviendo en otros países de la región y que ahora están otra vez en movimiento por falta de empleo, aparte de la discriminación y el racismo que han experimentado. Además, hay un flujo muy grande de personas cubanas saliendo de la isla por la crisis humanitaria. Personas procedentes de África y Asia también usan la región como zona de tránsito", explica Meyer, experta en migración y seguridad fronteriza.
En entrevista con DW, William Spindler, portavoz de ACNUR para América Latina, explica que, si bien Estados Unidos con su "sueño americano" sigue siendo el destino preferido de muchos migrantes, otros países, como México, Colombia, Ecuador, Perú, Costa Rica, Chile, Canadá y Brasil, se han convertido en importantes destinos migratorios. "Últimamente, los desplazamientos entre países de América Latina y el Caribe crecieron más rápido que la migración hacia Estados Unidos", señala.
Dos rutas principales
Según el experto, actualmente, hay dos principales rutas en el continente: la primera, de América del Sur a través de Centroamérica hacia México, Estados Unidos y Canadá. La segunda, de Venezuela rumbo al sur a través de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
En el último reporte de ACNUR se destaca que, con 4,6 millones, Venezuela se ha convertido en el segundo país en el mundo con el mayor número de refugiados. Colombia, por su parte, es el segundo país en el mundo en acoger a la mayor cantidad de desplazados, unos 1,8 millones.
El cruce más mortífero
Desde Sudamérica, muchos migrantes cruzan a pie el Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, considerado el punto más mortífero del continente y una de las rutas más peligrosas del mundo. Al ambiente hostil de la selva se suma la presencia de grupos criminales, a manos de los cuales los migrantes sufren extorsiones, violencia sexual y robos.
Según las autoridades panameñas, los haitianos lideraron el paso por esta selva en 2021. En lo que va de este año, encabezan la lista venezolanos y cubanos. Por su parte, la ONG Refugees International señala que un total de 13.425 personas han cruzado el Darién en los tres primeros meses de 2022, más del doble de quienes lo hicieron en el mismo periodo hace un año. La ONG informa, además, de 50 muertos en lo que va de año y 288 casos de violaciones sexuales.
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Muertes por tierra y mar
Más de 6.000 migrantes han sido reportados como desaparecidos o muertos en América desde 2014, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El 60 por ciento de los decesos tuvieron lugar en la frontera entre México y Estados Unidos. Mientras que unas 1.750 personas murieron ahogadas, en el río Bravo, frontera natural entre México y Estados Unidos, la falta de agua, alimentos y de un sitio para quedarse costó la vida a 861 personas. Otros migrantes fueron víctimas de la violencia, de accidentes o murieron por viajar en condiciones infrahumanas.
Maureen Meyer cuenta que, en el año fiscal 2021 (de octubre de 2020 a septiembre de 2021), la patrulla fronteriza de Estados Unidos encontró los restos de 557 personas migrantes, "un número récord".
Asimismo, desde que el expresidente estadounidense Donald Trump mandara elevar varios tramos del muro fronterizo de 5,4 a 9,1 metros, ha aumentado el número de migrantes heridos y muertos. Según un estudio del doctor Jay Doucet, jefe de traumatología del Hospital de la Universidad de California, San Diego, y varios colegas, desde 2019 han sido internados 375 personas que intentaron saltar este muro, mientras que 16 han fallecido.
Finalmente, la experta de WOLA señala que también se han registrado cientos de muertos en el mar Caribe.
(ms)
El Tapón del Darién: la ruta migratoria más letal de las Américas
El Tapón del Darién es una selva indómita. Este istmo, que une a Suramérica con el resto del continente, es la última alternativa para los migrantes que arriesgan perder la vida, antes que perder la esperanza.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
La selva que ni los españoles ni los ingenieros lograron vencer
Durante siglos, pocos se atrevían a cruzar el Tapón del Darién, la selva que conecta a Suramérica con Centro y Norteamérica. Pero, desde 2004, tras la fundación de Frontex, la guardia que blinda la UE, migrantes asiáticos y africanos descubrieron el Darién para llegar a EE.UU. En 2021 la cruzaron 95.000, en su mayoría haitianos, cubanos y venezolanos. Hasta septiembre de 2022, ya eran 158.000.
Imagen: Lee Dalton/Avalon/NHPA/picture alliance
Mejor parques naturales que autopista Panamericana
La Panamericana recorre 25.750 kilómetros de Tierra del Fuego hasta Alaska, pero un tramo de 100 kilómetros impide la conexión. Ni Panamá ni Colombia han cedido a construir autopista o carrilera. Hoy la opción es ecológica. La región alberga dos parques naturales: Katíos en Colombia, y Darién, en Panamá, con 5790 km², Patrimonio de la Humanidad y mayor Reserva Biosfera de América Central.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
El Tapón del Darién es también territorio de indígenas
La selva entre Colombia y Panamá no es un territorio de nadie. Le pertenece también a diversas etnias indígenas, como los Emberá-Wounaan (en la imagen) y Guna Yala que viven en dos decenas de comunidades. A su lucha por la defensa de su territorio y la deforestación para el cultivo de coca, se agrega la incursión de miles de migrantes y refugiados. Y, detrás de ellos, los traficantes de personas.
Imagen: Sergi Reboredo/picture alliance
El Darién, una joya de la biodiversidad en las Américas
El continente americano duró 60 millones de años separado. El geofísico alemán Alfred Wegener basó su teoría de la deriva continental en el estudio de la unión del Istmo de Panamá que produjo el Gran Intercambio Biótico Americano. Gracias a este, hay llamas y jaguares en Suramérica, colibríes en Centroamérica y pumas en EE.UU. El Darién alberga más de 2.300 especies de árboles. Norteamérica mil.
Imagen: Avalon.red/NHPA/picture alliance
Necoclí: el número de refugiados supera al de habitantes
Una familia haitiana acampa en la terraza de una casa de familia en Necoclí. Los refugiados huyen de sus países y llegan hasta aquí por muchas razones: islamistas en África, terremotos y el asesinato del presidente en Haití, las dictaduras en Cuba y Venezuela y el regreso de los talibanes en Afganistán. Necoclí tiene 20 mil habitantes y más del doble de aspirantes a sobrevivir el paso del Darién.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
Países de tránsito, superados por la crisis y sin solución a la vista
Colombia recibe a los refugiados de Ecuador y el Caribe y les concede un salvoconducto para cruzar el país rumbo a Panamá. El 6 de agosto, la canciller panameña, Erika Mouynes, y su homóloga y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, acordaron que el puerto de Necoclí solo podía vender 500 pasajes diarios hacia Capurganá, la antesala de la selva. Una restricción que ha empeorado el atasco.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
La opción que obliga a huir: "Morir en Haití, o morir fuera de Haití"
Una madre con su bebé en brazos cruza un río, ya rezagada. A los haitianos solo les queda dos opciones: “Morir dentro o morir fuera de Haití”, dice a DW el científico colombo-haitiano, Wooldy Edson Louidor. Además, la pandemia dejó sin sustento a miles de los 200.000 refugiados haitianos en Chile y 80 mil en Brasil. Louidor pone la crisis en una frase: "Esto es una estampida de la desesperación".
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Al límite de tirarse al mar en cualquier objeto que flote
Debido al límite de embarques diarios exigido por Panamá a Bogotá, la situación en Necoclí es cada vez más precaria. El pueblo está desbordado y la mayoría tiene que esperar hasta un mes para conseguir un cupo en un bote. Pero como tienen que cubrir los costos de alojamiento y comida, muchos se quedan varados, o buscan cruzar el golfo en cualquier cosa que flote.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Capurganá, de paraíso caribeño a puerta de entrada al "infierno verde"
Capurganá era un caserío que vivía de sus playas y la brisa del mar Caribe que atraía a los turistas que prefieren un bohío de la etnia kuna a los resorts de cadenas hoteleras. Hoy, Capurganá y su vecina Acandí, conocida por las tortugas Carey, reciben a los migrantes que cruzan el golfo de Urabá en bote, procedentes de Necoclí, camino a internarse en la selva. Con sus bellezas y amenazas.
Imagen: Migración Colombia
Pies secos sobre el primer río, pero falta una veintena
Migrantes pasan con los pies secos el primer río de la travesía iniciada en Acandí. Las carretas tiradas por caballos se devolverán una vez los dejen en la otra orilla. Los refugiados tendrán que cruzar a pie una veintena de ríos más. La travesía dura entre 6 a 10 días. Quienes se internan en la selva, se precian de haber sobrevivido a los numerosos naufragios en el golfo de Urabá.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
El Darién no es una jungla tropical como el Amazonas
El Darién forma parte del istmo de Panamá que divide el océano Pacífico y el mar Caribe. Esta selva no es una llanura como el Amazonas sino una quebrada serranía con alturas de hasta 1.340 metros y decenas de caudalosos ríos que arrastran a mujeres, niños y hombres. La desesperación en Haití, Venezuela, Cuba, Palestina, Afganistán y Somalia es mayor al temor a perecer en el Darién.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
A muchos, lo que les espera al otro lado del Darién es una sepultura
No importa si las víctimas fatales durante la travesía del Tapón del Darién eran musulmanes, budistas o ateos, en todo caso reciben una sepultura católica. Un acto de misericordia del sacerdote de Agua Fría, en Panamá, aquí en el cementerio. La OIM ha reportado 50 muertes este 2021, socorristas parten de 200 víctimas por agotamiento, los ríos, las caídas, las serpientes y los depredadores humanos.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
A los migrantes también los persigue el coronavirus, la malaria, el dengue y el zika
La pandemia sigue expulsando a muchos migrantes de países que los acogían, pero el coronavirus los persigue en su ruta. Tras varios casos de COVID-19 en Necoclí, Colombia lanzó una campaña para vacunar a los migrantes contra el coronavirus. Pero en el Tapón del Darién les esperan los mosquitos que transmiten malaria, dengue, chikungunya y zika. La emergencia es también sanitaria.
Imagen: Migración Colombia
“Ruta humanitaria” a través del continente
Un cubano llega herido a Panamá. El 12 de octubre de 2021, otro naufragio en el golfo de Urabá dejó 8 muertos y otros tantos desaparecidos. Oenegés humanitarias piden crear urgentemente una "ruta humanitaria", porque la crisis es "una bomba de tiempo". Desde que a Necoclí llegó la noticia de que Biden está deportando a haitianos, muchos quieren devolverse, pero el flujo de los que llegan no para.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
¿Cumbre de las Américas para atender la crisis migratoria?
Un joven recupera fuerzas en Meteti, Panamá. La presión en el Tapón del Darién sube y amenaza con cobrar muchas más vidas. Por ello, diversas oenegés proponen una “Cumbre de las Américas para la migración” con todos los países de tránsito y destino, y también con los gobiernos que causan el éxodo. Autor: José Ospina-Valencia