La liga profesional china, establecida en 1995, se encuentra en una fase crucial de desarrollo. Las masas de aficionados que llenan los estadios, han cimentado el fútbol como lucrativo negocio.

El año pasado dejaron beneficios equivalentes a 3.500 millones de dólares. Los equipos no han tenido ninguna dificultad en atraer patrocinadores y en conseguir contratos televisivos. La calificación de la selección china en la copa mundial ha despertado en los chinos una gran pasión.

La sombra de la masacre

Pero mientras que los aficionados se preparan con emoción para presenciar el debut de su selección frente a Costa Rica en el partido del martes, en Pekín se percibe cierto nerviosismo en la cúpula de poder. Justo el mismo día se conmemora la masacre de Tiananmen, ocurrida hace trece años.

Fuerzas de seguridad, uniformados y vestidos de civil se encargarán de reprimir todo recuerdo del sangriento episodio. Sólo en Sudcorea, aficionados y activistas políticos podrían mostrar su repudio en pancartas que filmarían las cámaras de televisión del mundo entero.

Según expertos, de sufrir un fuerte descalabro la selección china en su debut, los aficionados expresarían su desilusión protestando contra todo aquello con lo que están en desacuerdo en su país.

La Universidad de Pekín, que jugó un papel líder en el movimiento estudiantil de 1989, recibe una atención meticulosa por parte de las autoridades. Cada televisor en el que los estudiantes siguen los partidos es vigilado por un inspector del estado.

Bora Milutinovic hará historia

Sudcorea experimenta estos días una avalancha de aficionados. 25,000 hinchas chinos apoyarán a su selección cuando se enfrente a los magos del balón de centroamérica. El director técnico de la selección china, Bora Milutinovic, disfruta visiblemente el tumulto proveniente del gigante rojo.

"El sentir el apoyo de un pueblo de más de mil millones de habitantes, es algo que nos motiva mucho", dice Milutinovic, serbio de origen, mexicano de corazón y trotamundos de profesión. El estratega ha sido entrenador de cuatro selecciones, México, Costa Rica, Estados Unidos y Nigeria y éste es su quinto mundial consecutivo.

"Los quiero mucho"

En 1990 llevó a Costa Rica a los octavos de final, y resulta una extraña ironía que ahora la selección centroamericana juegue su primer partido de un Mundial sin el popular Bora en su banquillo, sino como entrenador del equipo contrario.

"No es una nueva experiencia porque los enfrenté muchas veces cuando dirigía a Estados Unidos y México Los quiero mucho," dijo, refiriéndose a los costarricenses. Desde que se hizo cargo de la selección china en el 2000, Milutinovic trató de hacer que China practicara un fútbol más alegre, que los jugadores disfruten los partidos.

Pero con el fervor de toda una nación sobre sus hombros, los nervios del conjunto chino comenzaron a hacerse notar, cuando el equipo publicó una carta en internet en la cual pidió a los aficionados que no tengan demasiadas esperanzas para la Copa del Mundo.

Mientras tanto, Bora está listo para cualquier sorpresa; incluso para ver si se hacen realidad las palabras de Pelé, quien aseguró que China avanzará a la segunda ronda en su grupo C, donde también están Brasil y Turquía.