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"Assad no perdona a nadie"

Diana Hodali (CP/DZC)18 de febrero de 2016

Los médicos de Siria arriesgan su vida al tratar de curar a los heridos de guerra. Osama al Ezz es uno de ellos. En entrevista con DW cuenta cómo es la situación de los habitantes de Alepo en pleno conflicto.

Imagen: picture-alliance/dpa/M.Sultan

El sirio Osama al Ezz es cirujano y trabaja para la Sociedad Médica Sirio-Estadounidense (SAMS, por sus siglas en inglés). Viaja con frecuencia desde Turquía hacia su ciudad natal, Alepo, para brindar cuidados médicos a la gente. Ahora se encuentra allí, en uno de los distritos de esa ciudad que desde el verano de 2012 controlan los rebeldes que luchan contra el régimen del presidente Bashar al Assad. Los combates se incrementaron en Alepo desde que Rusia apoya a Al Assad con sus bombardeos aéreos. Dado que no es posible establecer una conexión telefónica con Alepo, esta entrevista fue realizada a través de mensajes de audio.

Deutsche Welle: ¿Cómo es la situación en el distrito de Alepo en el que usted se encuentra ahora?

Osama al Ezz: La vida en este lugar se hace realmente difícil. Falta todo lo que es necesario para sobrevivir. La gente no tiene electricidad desde hace más de seis meses, y hay problemas con el abastecimiento de agua potable. Apenas sale agua de los grifos, y la que sale no es potable. La situación económica es pésima. La gente tiene muy poco dinero. Y ya casi perdieron toda esperanza. Muy pocos tienen empleo, y muchos tienen familiares heridos que deben atender. A eso se suma que en muchas familias los padres cabeza de familia ya no viven. Murieron debido a los combates y bombardeos, y algunos hombres fueron secuestrados por el régimen de Assad.

El Dr. Osama al Ezz, cirujano.Imagen: Syrian American Medical Society

¿La gente está intentando huir de Alepo por esos motivos?

No todos tienen esa posibilidad. Hay pocas reservas de gasolina y no todos cuentan con un automóvil. Pero lo más importante es que las tropas del Gobierno tomaron rutas clave y es muy complicado cruzar los bloqueos de las calles. Uno se arriesga a morir en un bombardeo. Pero hay personas que están huyendo.

¿Cómo cambió la situación en Alepo desde que comenzaron los ataques del Ejército ruso?

Se viven duros ataques con bombas de todo tipo a diario, y desde que comenzó la intervención rusa, eso ha empeorado aún más. Las tropas del Gobierno siempre apuntaron a lugares en los que hay muchas personas, como plazas, escuelas y mezquitas. Pero ahora lo hacen con más frecuencia y el número de víctimas aumentó masivamente. Los médicos también vemos cómo cambia el tipo de heridas de los combatientes y civiles porque, evidentemente, los rusos usan otro tipo de armamento. Lamentablemente no se emiten alarmas antes de los ataques, por lo cual la gente no puede esconderse ni protegerse. Además, no todos tienen un sótano en su casa.

¿Cómo afecta todo eso a la gente?

La gente ya casi no se atreve a salir de su casa. Están traumatizados y necesitan apoyo psicológico y psiquiátrico. Los niños se despiertan gritando por la noche, y las mujeres embarazadas sufren abortos espontáneos. También los hombres sufren, ya que cargan con la responsabilidad de ganar dinero y tienen que salir a la calle. Allí ven toda la destrucción y los muertos en la ciudad.

¿Cómo es la situación en cuanto a los cuidados y al abastecimiento médicos?

Hay muy pocos medicamentos y muy pocos aparatos. Pero lo que realmente es un problema mayor es que no podemos atender a los enfermos graves, de cáncer, por ejemplo, porque no tenemos suficientes equipos.

¿Qué es lo que más teme la gente en Alepo ahora?

Tienen mucho miedo de que las tropas gubernamentales ocupen los puntos de ingreso a la ciudad y que los dejen morir de hambre. Si los soldados del régimen tomaran también esta parte de la ciudad, entonces matarían a más personas. Sabemos que Assad no perdona a nadie. Ese es el escenario de horror al que más temen los habitantes de Alepo.


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