El ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, advirtió sobre el peligro de una desintegración de la UE y una restauración de los controles fronterizos entre los países del bloque comunitario.
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"La Unión Europea puede desintegrarse. Esto puede ocurrir muy pronto si el aislamiento en lugar de la solidaridad hacia dentro y hacia afuera se convierte en norma", dijo Asselborn en una entrevista concedida este lunes (09.11.2015) a la agencia dpa en Luxemburgo.
El ministro de Relaciones Exteriores también ve amenazado el Acuerdo de Schengen, que eliminó en 1985 los controles fronterizos internos de la UE y que hasta el momento ha sido firmado por 26 de los 28 países miembros del bloque comunitario: "A lo mejor nos quedan un par de meses".
“Un falso nacionalismo puede llevar a la guerra”
"Si no hallamos una solución europea a la crisis migratoria, si cada vez más países creen que solo pueden gestionar este asunto a nivel nacional, Schengen estará muerto", aseguró el jefe de la diplomacia de Luxemburgo, país que ejerce en el presente semestre la presidencia rotatoria de la UE.
Según Asselborn, si desaparece el Acuerdo de Schengen, desaparecerá también el "mayor logro de la Unión Europea", con graves consecuencias para la vida cotidiana de los ciudadanos de la UE, porque el restablecimiento de los controles fronterizos afectaría a todos, "a quienes cruzan las fronteras, a la economía y al turismo".
Asimismo, el entrevistado se mostró preocupado ante la falta de humanitarismo de algunos políticos: “Un falso nacionalismo también puede llevar a la guerra”. Asselborn criticó que algunos políticos y partidos manipulen el tema de los refugiados para atizar los miedos.
Schulz critica a gobiernos que se niegan a acoger refugiados
Por otro lado, el presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, acusó este lunes de traicionar los principios de Europa a aquellos gobiernos del bloque comunitario que se niegan a acoger refugiados y abogó por "luchar" por la solidaridad, el respeto y la tolerancia.
El político socialdemócrata alemán alertó del peligro de la "renacionalización" y de la "desolarización a nivel nacional", dos factores que cree que amenazan con acabar con el proyecto europeo.
A su juicio, es inaceptable "decir no tenemos sitio para refugiados musulmanes porque somos un país católico", como ha afirmado algún país del este de Europa, o argumentar que "la migración es un problema alemán con el que no tengo que ver". Este tipo de excusas "no las podemos aceptar, no las debemos aceptar", subrayó Schulz.
En su opinión, quienes así quieren responder al "fenómeno global" de la llegada masiva de refugiados a Europa tratan de "explicar el siglo XXI con la retórica de los años 30 del siglo pasado" y caen en la "simplificación".
VT (dpa, efe)
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.