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¿Cuán probable es que Suecia y Finlandia entren a la OTAN?

Robert Mudge | Teri Schultz
7 de marzo de 2022

Suecia y Finlandia se han mantenido fuera de la OTAN debido a su política de no alineamiento militar. Eso fue apoyado en el pasado por la mayoría de finlandeses y suecos. Pero la guerra en Ucrania ha cambiado las cosas.

Las aspiraciones de Suecia y Finlandia de ingresar a la OTAN crecen como consecuencia de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Las aspiraciones de Suecia y Finlandia de ingresar a la OTAN crecen como consecuencia de la guerra de Rusia contra Ucrania.Imagen: Karl Melander/TT/picture alliance

El escepticismo sobre la aceptación de unirse a la OTAN está disminuyendo rápidamente en Suecia y Finlandia tras la invasión de Ucrania iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin. 

Un reciente sondeo de opinión realizado en Suecia muestra que la percepción pública ha cambiado drásticamente: el 41 por ciento dijo estar a favor de adherirse a la OTAN; el 35 por ciento, en contra, mientras que el 24 por ciento afirmó no estar seguro. Por primera vez, un mayor número de encuestados estaba a favor de la adhesión que en contra de ella. Y una nueva encuesta, encargada por el periódico más vendido de Suecia, Aftonbladet, muestra que la mayoría de los suecos quieren ahora ingresar a la OTAN.

Este cambio de opinión es aún más drástico en Finlandia. Por primera vez en su historia, la mayoría de los finlandeses está a favor de unirse a la alianza defensiva. "Para dar un poco de contexto, en los últimos tiempos, solo entre el 24 y el 28 por ciento estaba a favor. Es asombroso tener ahora una mayoría del 53 por ciento", explica a DW Henri Vanhanen, analista finlandés de política exterior y asesor del partido opositor Coalición Nacional.

Aunque el cambio en la opinión pública es asombroso -dado que durante años no ha habido prácticamente ningún movimiento en las cifras-, la política interna, especialmente en Suecia, podría seguir impidiendo que el gobierno busque la adhesión, según Anna Wieslander, presidenta del Instituto de Política de Seguridad y Desarrollo de Estocolmo.

"Hay una situación bastante polarizada entre los partidos. Están los partidos de derecha, que están a favor de la OTAN; los rojiverdes, que están en contra de la adhesión, y el partido de extrema derecha, los Demócratas Suecos -el tercer partido más importante-, que también está en contra", sostiene Wieslander, quien, además, es directora para el norte de Europa en el Consejo Atlántico y secretaria general de la Asociación Sueca de Defensa. Para tener una mayoría parlamentaria, tendría que producirse "un cambio rápido, y no siempre es tan fácil cambiar de partido político", agrega.

El ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto (izquierda), y su par sueca, Ann Linde. Imagen: Anders Wiklund/AP Photo/picture alliance

Fuertes lazos militares

Suecia tiene una tradición de neutralidad de más larga data que Finlandia, ya que la última vez que libró una guerra fue en 1814. Es ese legado histórico, especialmente las guerras con Rusia en los siglos XVIII y XIX, el que ha dejado una marca indeleble en su postura. Mientras que el concepto de neutralidad ha sido clave en la política exterior de Finlandia desde que se independizó de Rusia, en 1917. Se declaró neutral tras la Guerra de Invierno de 1939 y la llamada Guerra de Continuación de 1941, ambas contra la Unión Soviética.

La política de neutralidad de los países nórdicos quedó descartada después de la Guerra Fría, cuando se incorporaron a la Unión Europea. Pero el no alineamiento militar se ha mantenido a pesar de la creciente cooperación e interoperabilidad de ambos países con la OTAN durante la última década.

"Existe una relación bilateral muy profunda con Estados Unidos. También existe un acuerdo trilateral entre Suecia, Estados Unidos y Finlandia. Suecia también es un ‘socio de oportunidades mejoradas' de la OTAN desde 2014", recuerda a DW Zebulon Carlander, analista de defensa y coautor del libro "Opciones estratégicas: el futuro de la seguridad sueca".

Esa cooperación permite a Suecia colaborar y participar en ejercicios militares con la OTAN. Según el analista Vanhanen, si tanto Suecia como Finlandia se han beneficiado de este tipo de asociaciones en materia de defensa, puede ser el momento de dar el siguiente paso. "Creo que ahora tenemos que ver esto desde otra perspectiva y quizá llevarlo al siguiente nivel", cree Vanhanen.

Entretanto, Rusia ha criticado los acercamientos de las naciones nórdicas hacia la OTAN y ha amenazado con "graves consecuencias”. Tanto Suecia como Finlandia reaccionaron con indignación.

Banderas de los países miembros de la OTAN.Imagen: Olivier Matthys/AP/dpa/picture alliance

Unión estratégica

La guerra en Ucrania significa que ahora las cartas se están barajando por completo. Suecia y Finlandia llevan mucho tiempo unidas estratégicamente en materia de defensa y seguridad. Si cualquiera de los dos diera el paso a la OTAN, el otro probablemente seguiría su ejemplo, creen tanto Vanhanen como Carlander.

El ataque flagrante y no provocado a Ucrania ha obligado a Finlandia a replantearse su posición. "Tenemos que reevaluar y valorar de nuevo la amenaza rusa a Finlandia. Creo que es justo decir en este momento que Rusia también es una amenaza militar para Finlandia", señala Vanhanen.

Un ejemplo de la nueva forma de pensar es la decisión de Suecia de suministrar a las fuerzas armadas ucranianas ayuda militar, incluidas 5.000 armas antitanque, lo que, según Carlander, es significativo y no tiene precedentes en los últimos tiempos. "No habíamos dado ayuda militar en esos volúmenes desde la Guerra de Invierno entre Finlandia y la Unión Soviética en 1939", explicó.

Finlandia, por su parte, está proporcionando a Ucrania 2.500 fusiles de asalto, 150.000 cartuchos para los fusiles, 1.500 armas antitanque y 70.000 paquetes de raciones de combate.

Entonces, ¿cuánto tardarán en incorporarse a la OTAN? La guerra en Ucrania podría acelerar ese proceso en Suecia. Sin embargo, sus próximas elecciones parlamentarias podrían generar cambios que "favorecerían una mayor polarización" y provocarían retrasos, opina  Wieslander. Por su parte, el analista Vanhanen se muestra optimista de que pueda suceder más rápido en el caso de Finlandia: "Creo que se llevaría a cabo en cuestión de un par de meses, o, como mucho, en un año".

(ct/cp)

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