El misterioso caso de los “ataques acústicos” contra diplomáticos ha vuelto a enfriar las relaciones entre Cuba y EE.UU. al mínimo. El caso ha servido más que nada de pretexto, según analistas consultados por DW.
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Nadie sabe qué ocurrió realmente. Las investigaciones no han arrojado ningún resultado; ni siquiera las realizadas por el FBI en la embajada estadounidense en Cuba y en las casas de los diplomáticos afectados por lo que la prensa ha llamado "ataques acústicos”. Y tampoco el gobierno de Washington está en condiciones de explicar lo sucedido o de señalar culpables. Por eso, se limita a reprochar a La Habana no haber garantizado la seguridad de diplomáticos extranjeros en su territorio. Ese fue el motivo esgrimido para retirar a gran parte del personal de la embajada estadounidense en la isla, lo que sirvió de base para la posterior expulsión de 15 diplomáticos cubanos de Estados Unidos. Una medida que, según el secretario de Estado, Rex Tillerson, apunta a restablecer la "equidad en nuestras respectivas operaciones diplomáticas”.
Lo que tiene elementos que parecen sacados de una novela de suspenso político, ha llevado así al punto más bajo las relaciones diplomáticas cubano-estadounidenses, restablecidas bajo la presidencia de Barack Obama.
¿Qué hay detrás?
Bert Hoffmann, del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo, considera que se aprovecharon los incidentes "para dar un mensaje de mano dura hacia Cuba. En ese sentido, creo que son utilizados y no son la razón realmente”. El politólogo reprocha al gobierno de Trump de "hacer de eso un escándalo político”, aunque acota: "sí pasó algo, y la parte cubana tampoco se ve bien en eso. No se sabemos si fueron los cubanos, o si fue otra parte, o si fue un accidente; hay muchas especulaciones, pero algo pasó”.
En eso coincide Profesor Piero Gleijeses, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de ha universidad Johns Hopkins. Pero está convencido de que "el gobierno cubano no tiene nada que ver con esto, porque La Habana tiene interés en mantener relaciones con Estados Unidos”. El académico explica que, si bien en Cuba hay pequeños sectores que temían que la apertura hacia Estados Unidos pudiera llevar a concesiones en el plano ideológico, se trata de una minoría sin fuerza. Atribuirle lo ocurrido a algún grupo dentro del gobierno cubano, "para mí no tiene ningún sentido, porque hay mucha disciplina dentro del gobierno cubano”, afirma.
¿Quién se beneficia?
Cuba, en todo caso, no se ve como un beneficiario del nuevo enfriamiento en las relaciones con Estaos Unidos. Bert Hoffmann lo califica como "una complicación mayor” para La Habana y explica: "la economía está en crisis ya, con el descenso del comercio con Venezuela y los efectos del huracán Irma, incluyendo los efectos que tendrá sobre la temporada turística, que también va a ser muy baja”.
Entre los sectores contrarios al acercamiento, en cambio, hay satisfacción. Según Piero Gleijeses "la gente como el senador Rubio está feliz, la derecha republicana está feliz, y los demócratas no pueden atacar la medida”, porque el gobierno de Trump solo dice reaccionar a una agresión y actuar para proteger a sus diplomáticos.
Ambos académicos, coinciden, sin embargo en que no es probable que se llegue a una nueva ruptura de las relaciones diplomáticas. Hoffmann indica que "tampoco es del interés de muchos en Estados Unidos una ruptura formal. Obviamente algunos cubano-americanos lo desean así, pero también hay muchos que quieren que se mantengan abiertas las posibilidades de hacer negocios con Cuba”. No obstante, prevé que las relaciones se enfriarán. Tampoco Gleijeses ve posibilidades de una mejora en los vínculos. "No va a haber buenas relaciones con Cuba durante el período de Trump, en absoluto. Cuba tampoco es lo bastante importante económicamente como para que haya una presión muy fuerte dentro de Estados Unidos para mejorar las relaciones con La Habana”, afirma. En su opinión, las relaciones se mantendrán a un nivel bajo, como hasta ahora. Pero no cree que el presidente Trump quiera llegar a una ruptura "a menos que pueda encontrar un pretexto” que lo justifique ante la ciudadanía, mayoritariamente favorable a la apertura hacia Cuba. El incidente de los "ataques acústicos” ha bastado, por ahora, como pretexto para endurecer la política con Cuba, sin enfrentar al mismo tempo a la opinión pública estadounidense.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba: 54 años después
Imagen: Rafael Vilches
Renovación
La Embajada de los Estados Unidos estará en el mismo edificio que desde 1977 es sede de la Sección de Intereses de Washington en La Habana. Construido por los arquitectos Harrison-Abramovitz fue inaugurado en 1953, reabierto en 1977 y renovado en 1997. Como ya se anunció, se impone otra renovación para el óptimo funcionamiento de la primera embajada norteamericana en Cuba luego de 54 años.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
Marineros muertos
La Embajada está ubicada en la Avenida del Malecón, en una zona de gran simbolismo para la Revolución: el Monumento a las Víctimas del Maine, construido en 1926 en honor a los marineros muertos en la explosión del buque estadounidense Maine en 1898, pretexto de Estados Unidos para entrar en la "Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana" y apoderarse de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
Imagen: Rafael Vilches
De águilas e intervenciones
El monumento a las víctimas del Maine estaba coronado por un águila americana. Tenía tres bustos de políticos estadounidenses: William McKinley, quien declarara la guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla, y Theodore Roosevelt, presidente en ese momento. Considerado un símbolo intervencionista, el 18 de enero de 1961, Fidel Castro ordena retirar el águila y las estatuas.
Imagen: Rafael Vilches
La Habana - Washington vía Praga y Berna
Luego de años sin relaciones directas desde 1961, en 1977 James Carter anunció la apertura de oficinas de intereses en La Habana y Washington. La cubana funcionaría como parte de la embajada de Checoslovaquia y la norteamericana, de la misión suiza en La Habana, radicando en el edificio donde había estado la embajada de Estados Unidos hasta 1961. El 1 de septiembre se inauguraban ambas oficinas.
Imagen: Alina-Sardina
Legales e ilegales
Cubanos esperan por su turno para visas: Desde 1961 hasta el 2012 han emigrado 1,38 millones de personas a Estados Unidos, aunque las entradas ilegales acercan esta cifra a los dos millones. Cifras recientes indican que el 74% de estos emigrantes posee ciudadanía norteamericana y el 48% vive en Miami Dade.
Imagen: Alina-Sardina
Entradas: éxitos y fracasos
Ante el lento flujo migratorio de las visas concedidas por la actual Sección de Intereses en La Habana, más de 20.300 cubanos arribaron a los Estados Unidos durante el año fiscal 2014, ya sea atravesando el mar hacia las costas de la Florida o a través de la frontera con México. La segunda cifra más alta en la última década fue en el 2007, cuando 18.200 entraron a los EEUU o intentaron hacerlo.
Imagen: Alina-Sardina
Avenida de seis carriles...
La Embajada está ubicada en el famoso Malecón, amplia avenida de seis carriles y un larguísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte de la ciudad a lo largo de ocho kilómetros, que comenzó a construirse en 1901, durante el primer gobierno provisional norteamericano en la isla, y se concluyó en 1952, con el tramo hasta la desembocadura del río Almendares.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
El Muro de la Vida
Niños lanzándose al mar desde el muro, vendedores de maní, músicos callejeros, viejos pidiendo dinero a los turistas de paso, muchachas que prostituyen su cuerpo (las conocidas "jineteras"), amantes furtivos, pescadores que intentan sacar a la profunda costa algún pescado con el que saciar la carencia de sus mesas, o simples caminantes, acuden al muro cada día.
Imagen: Rafael Vilches
Un niño en medio de dos mundos
En 1999 el niño Elián González sobrevivió al naufragio de una embarcación en la que su madre lo sacaba ilegalmente de Cuba rumbo a los Estados Unidos. Su padre, que desconocía la salida de su hijo, solicitó de inmediato su repatriación, con el apoyo de Fidel Castro. El presidente William Clinton aceptó devolver al niño, pero los parientes y los grupos anticubanos de Miami apelaron la decisión.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
"Tribuna antiimperialista"
Un pionero cubano ideó organizar una protesta frente a la Sección de Intereses para pedir la devolución de Elián el 5 de diciembre de 1999. Al siguiente día, fecha del cumpleaños de Elián, se levantó una tribuna allí y Fidel Castro planteó la idea de construir una tribuna abierta permanente. El 13 de abril del 2000 quedó inaugurada frente al edificio la Tribuna Antimperialista José Martí.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
Al Malecón lo llaman "El gran sofá"
Generaciones enteras de cubanos se han sentado allí noche y día para contarse sus sueños, sus esperanzas, sus penas, o simplemente para mirar la belleza de ese mar que baña los arrecifes, al otro lado del muro. El único tramo donde es raro encontrar a alguien sentado es justamente allí, frente al edificio de la Sección de Intereses de Estados Unidos.
Imagen: Rafael Vilches
"Símbolo de la lucha contra el terrrorismo"
Tras 80 días de trabajo con jornadas de 24 horas y del esfuerzo de cerca de dos mil obreros, técnicos, arquitectos e ingenieros, el majestuoso monumento quedó listo. Desde el 6 de febrero del 2006 incluyó varios arcos de acero y un monte de 138 banderas negras con una estrella blanca que son un símbolo de la lucha de Cuba contra el terrorismo.
Imagen: Alina-Sardina
Martí y otras esculturas
José Martí, Héroe Nacional de Cuba, apunta su dedo de condena hacia el edificio donde estará la Embajada: El 19 de mayo de 2000, en el 105 aniversario de la caída en combate de Martí, se colocó en la Tribuna Antimperialista esta escultura, que carga en un brazo a un niño. El autor es Andrés González, artista cubano que también esculpiera el busto al Ché del Palacio de Gobierno en Brasilia.
Imagen: Alina Sardina
La caída de un mito
Aunque aún hoy los cubanos se quejan de la lentitud de los cambios económicos y sociales que supone la nueva era, la apertura de la embajada es uno de los hitos más importantes en la política exterior estadounidense y la caída del mito de Estados Unidos como posible invasor de la isla. Quizás por eso los cubanos miran hacia el edificio, esta vez sin ver al enemigo, por primera vez en décadas.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
El anuncio de la apertura de las embajadas ocurre cuando aun quedan asuntos importantes que discutir: los derechos humanos, la compensación por la confiscación de propiedades norteamericanas en Cuba y por los daños que a la isla causa el embargo, más el levantamiento del embargo. ¿Recuperará este edificio el protagonismo político que tuvo para los cubanos y los norteamericanos antes de 1961?