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Atención: trampas turísticas

Nancy Domínguez Cuéllar24 de septiembre de 2006

Alguno que otro turista en Alemania se decepciona después de haber visitado los sitios de interés que le fueron recomendados.

La Fiesta de la Cerveza : ¿diversión o el colmo del mal gusto?Imagen: AP

Las vacaciones de verano se han ido y los turistas han regresado a la vida diaria. Quedan los recuerdos de éstas, buenos pero a veces también no tanto. Ningún buen recuerdo tiene el veraneante cuando fue atraído a un lugar a través de promesas falsas que después lo decepcionan. Trampas turísticas hay por montones y en todas partes. DW-WORLD.DE advierte de cinco trampas turísticas en Alemania:

1. Oktoberfest: La Fiesta de la Cerveza en Múnich

El Festival de la Cerveza en Múnich 2005.Imagen: dpa

La Oktoberfest es mundialmente famosa, aunque por razones difíciles de explicar: realmente se trata de una celebración típica y habitual del pueblo alemán, sólo que más exagerada. Sin embargo, esto hace que la cosa sea menos amable. En lugar de encontrar personas alegres y sobrias, millares de borrachos hacen difícil el ambiente.

Además, el Wiesn, en donde se celebra el festival, es un lugar donde no hay abundantes zonas verdes, como tal vez el turista cree. Sólo un pavimento de cemento espera a los visitantes del Oktoberfest y cerveza puede tomar uno seguramente mejor en otro lugar. (Emilia Rojas)

2. La calle Reeperbahn de Hamburgo

La Reeperbahn, en Hamburgo.Imagen: dpa

Hans Albers la hizo famosa, pero en “la Reeperbahn alrededor de la medianoche...” no se divierte uno realmente. Borrachos de todas partes del mundo se tambalean a lo largo de la calle.

En las vitrinas de los deslumbrantes e iluminados centros nocturnos cuelgan imágenes de mujeres con grandes senos, objeto de lascivas miradas de los turistas. Musculosos porteros intentan atraer clientes a sus establecimientos y quien busca un poco de calma en una calle lateral, debe tener en cuenta que por doquier hay prostitutas ofreciendo sus servicios y eso tampoco es realmente agradable.(Christine Harjes)

3. El Königsee (Lago del Rey)

El Königssee, en Baviera.Imagen: picture-alliance/ dpa

En el muelle del Lago del Rey, en la localidad de Schönau en Baviera, (al pie de la montaña de Watzmann) siempre pasa mucho. Quien llega en auto debe tener en cuenta que debe pagar por él, además del aparcamiento. También se encuentran numerosos establecimientos donde uno puede comprar típicos souvenirs bávaros a precios muy altos y en un restaurante, uno puede gastar también mucho dinero por una comida no tan buena.

En verano siempre está lleno, por lo que un momento de meditación en el lago es impensable. Por un viaje normal en barco a San Bartolomé hay que gastar también mucho dinero, por ir incómodamente con otros pasajeros y recibir el mismo relato del programa que hace 20 años. ¡Mejor no!. (Klaudia Prevezanos)

4. El Drachenfels

Un barco sobre el Rin pasando ante el Drachenfels.Imagen: presse

El peñasco del Drachenfels es cuestión de gusto.

Los costos de viaje en tren uno debería ahorrárselos, especialmente porque arriba en la cima no hay nada, excepto una construcción de cemento que funciona como un costoso restaurante, con una hermosa vista: uno puede tener también esto, de forma gratuita, en Siebengebirge.(Wim Abbink)

5. Die Drosselgasse: la callejuela del tordo

La callejuela Drosselgase, en Rüdesheim.Imagen: dpa

Muchos turistas ven en su viaje a Baviera sólo el Castillo Neuschwanstein, la cervecería real de Hofbäuhaus en Múnich y la callejuela Drosselgasse en Rüdesheim, luego piensan: esto es Alemania.

La Drosselgasse, "la callejuela más jovial del mundo", es una ruidosa y llenísima calle peatonal donde hay un gran número de tabernas que ofrecen vinos de la región por precios muy altos, además de un malhumorado personal y el ensordecedor ruido de la música de instrumentos de viento. Alemania tiene muchas más cosas que ofrecer, que este aparente modo de vida achispado. (Pia Gram)