AMIA: más de un cuarto de siglo esperando justicia
Andreas Knobloch
22 de diciembre de 2020
26 años tras el atentado con bomba contra la AMIA en Buenos Aires, la opinión pública y los tribunales siguen ocupándose del caso. La Justicia va a dictar ahora veredicto contra un acusado, Carlos Telleldín.
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Carlos Telleldín no goza de la mejor de las reputaciones. A lo largo de su vida se ha visto envuelto en numerosas actividades ilegales: tráfico de mujeres, falsificación de dólares, contrabando de autos o robo… Y además, figura en los papeles como el último propietario del camión utilizado en el terrible atentado del 18 de julio de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que murieron 85 personas y 300 resultaron heridas. En 1996, cuando Telleldín llevaba dos años en la cárcel, declaró ante un tribunal haber hecho entrega del vehículo a un grupo de policías de la provincia de Buenos Aires. Cuatro antiguos funcionarios fueron detenidos y llevados a juicio en 2001.
400.000 dólares por una declaración falsa
Durante el proceso se constató que Telleldín, por instrucción de un juez, recibió a través del ya disuelto servicio secreto SIDE 400.000 dólares para que acusara a los policías de tener relación con los atentados de la AMIA. En consecuencia, el tribunal tuvo que dejar libres a todos los acusados en 2004. El Tribunal Supremo confirmó en 2009 la inocencia de los policías, pero dictaminó que Telleldín debía ir de nuevo a juicio. El actual proceso comenzó en mayo de 2019, pero tuvo que interrumpirse en dos ocasiones por la pandemia y continuó a partir de junio a través de videoconferencia.
Según Miguel Bronfman, abogado de la AMIA, Telledín sabía o al menos conocía la posibilidad de que su camión iba a ser utilizado en un ataque. Tras el atentado, Telleldín huyó a la frontera con Paraguay y después de su detención hizo declaraciones falsas. "Aparentemente, sus mentiras ocultan a quién entregó el camión y no puede decir la verdad, porque la verdad le compromete", asegura Bronfman.
La organización Hezbolá, apoyada por Irán, está considerada como artífice del atentado. Según una comisión de investigación argentina, la decisión de llevar a cabo el atentado fue tomada por las más altas instancias de Teherán, pero aún no está suficientemente esclarecido quiénes fueron los cómplices. A principios de 2013, Irán y Argentina acordaron un Memorándum de entendimiento para investigar de forma conjunta el ataque. Aquello provocó en su momento el rechazo y una dura reacción de la comunidad judía, que dijo que esto era como poner al zorro a cuidar el gallinero.
La muerte de Nisman
A mediados de enero de 2015, fue hallado en su vivienda con un tiro en la cabeza el cadáver de Alberto Nisman, fiscal encargado del atentado contra la AMIA. Todavía no se sabe con absoluta certeza si fue un suicidio o un atentado.Nisman había acusado en un informe a Cristina Fernández de Kirchner de sabotear la investigación de los principales sospechosos del atentado por motivos económicos y diplomáticos. En el trasfondo de todo ello, estabanla intención de la entonces presidenta de superar "la crisis energética argentina mediante un intercambio de petróleo iraní por granos argentinos".
El Gobierno de Mauricio Macri suspendió el Memorándum de entendimiento poco después de acceder a la presidencia de Argentina, en 2015. A finales de febrero de 2019, el antiguo presidente Carlos Menem fue declarado inocente de haber ocultado el atentado durante su mandato. Carlos Telleldín, por su parte, fue condenado por encubrimiento a tres años y medio de prisión y al pago de los 400.000 dólares que había recibido de los servicios secretos. La sentencia todavía no es firme y Telleldín, que ya estuvo en la cárcel entre 1994 y 2004, sigue en la calle. El miércoles, 23 de diciembre de 2020, se dictará el veredicto en el proceso actual. La defensa de Telleldín pide que se declare inocente al acusado, alegando que vendió el pequeño camión sin saber que iba a ser utilizado para un atentado. Por su parte, la AMIA y la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) reclaman 20 años de cárcel para Telledín, mientras que la Fiscalía y las familias de las víctimas reclaman prisión perpetua para el acusado.
(ms/ct)
Base antártica: la vida libre de coronavirus
¿Cómo viven los científicos que pasan el invierno en la Antártida, aislados, pero lejos de la pandemia? El trabajo y las reflexiones de una investigadora argentina desde la base Carlini.
Imagen: Francisco Pinto
Confinamiento natural
La base Carlini, en la isla 25 de mayo, es la principal base científica de las 13 que administra Argentina en la Antártida y una de las seis permanentes. Aquí se trabaja durante todo el año y el aislamiento en invierno es algo natural. Mientras el resto del mundo está azotado por la pandemia, el continente blanco es el único sin casos de coronavirus.
Imagen: DNA/Maximiliano Rodríguez
Seguros en la Antártica
Jazmín Fógel llegó el pasado 27 de enero y es la segunda mujer en ocupar el rol de jefa científica técnica invernante en la base Carlini. La bioquímica del Instituto Antártico Argentino permanecerá poco más de un año, dedicada a proyectos de ciencias del mar y apoyando otras investigaciones. Argentina continental sigue en cuarentena, pero aquí el trabajo no se detiene.
Imagen: DNA/Maximiliano Rodríguez
Invierno en la base Carlini
Los primeros casos de COVID-19 se presentaron en Argentina cuando el personal de la Base Carlini ya estaba en la Antártida. Una vez que regresaron los miembros de la campaña de verano, quedaron 25 personas cumpliendo labores permanentes en el invierno: cinco del Instituto Antártico Argentino y la Dirección Nacional del Antártico (foto), dos del servicio meteorológico nacional y 18 militares.
Imagen: Francisco Pinto
A pesar del frío
Las temperaturas invernales, que por estos días bordean los -3 grados Celsius, aunque han llegado a -15, no son problema para las tareas científicas. "Hago salidas en bote y sobre tierra caminando, en las que junto muestras y datos. Además del trabajo en terreno, en laboratorio hay que procesar y conservar las muestras que mayoritariamente se analizarán en el continente", dice Jazmín Fógel.
Imagen: IAA/Jazmín Fógel
Buceo científico
En las navegaciones se toman muestras de agua en diferentes puntos y a diferentes profundidades para determinar la cantidad de sedimento y clorofila y evaluar el fito y zooplancton y la cantidad de luz que llega a las diferentes profundidades, entre otros factores. Por medio del buceo también recolectan animales como moluscos y lapas, que serán estudiados.
Imagen: IAA/Jazmín Fógel
Sin temor, pero con precauciones
"Nuestra vida cotidiana no cambió en absoluto con el coronavirus, pues aún no llegó a este continente. Lo único que está restringido y regulado es el contacto con otras bases. La carga debe ser desinfectada en el lugar desde donde sale y también al llegar acá", dice la investigadora argentina, quien cumple su tercera campaña antártica y la primera de invierno.
Imagen: DNA/Maximiliano Rodríguez
Desafío conjunto
Mantener la Antártida libre de coronavirus es un desafío de todos los países que realizan trabajo científico en este continente, donde existe un fuerte clima de cooperación internacional, que en el contexto de la pandemia será clave. Alemania trabaja estrechamente con Argentina en proyectos conjuntos y gracias al laboratorio Dallmann en la base Carlini.
Imagen: DNA/Maximiliano Rodríguez
La importancia de seguir investigando
"En muchos sentidos, Antártida es un lugar desconocido para la humanidad, un gran misterio, y una zona muy importante. Lo que suceda aquí podría llegar a repercutir al resto del mundo. Continuar con estos trabajos implica sostener líneas de investigación, que en muchos casos son históricas, de más de 20 años, y nos permite conocer mejor nuestro Planeta", destaca Fógel.
Imagen: IAA/Jazmín Fógel
Ecosistema en estudio
La mirada del mundo está puesta en la Antártida y el notorio aumento de las temperaturas, lo que ha motivado variados estudios sobre los efectos del calentamiento global. También la ecología costera es un tema de interés. Entre otros proyectos, en la base Carlini se hacen investigaciones sobre macroalgas y se realizan censos de aves y mamíferos marinos.
Imagen: IAA/Jazmín Fógel
Confinados, pero no solos
¿Cómo se sostiene el aislamiento por tanto tiempo lejos de familiares y amigos? El poder seguir trabajando en los proyectos y cumplir las tareas para las que vinieron a la Antártida es la principal motivación. Aquí se disfruta de la vida al aire libre en medio de hermosos paisajes y una nutrida fauna local, en la que destacan elefantes marinos, lobos marinos y focas.
Imagen: IAA/Jazmín Fógel
Abrazos pendientes
Mientras el trabajo en la Antártida continúa, los investigadores siguen atentos el desarrollo de la pandemia en el resto del mundo, que impactará también en la organización de la próxima campaña antártica. Probablemente regresen a un mundo muy distinto al que dejaron cuando arribaron al continente helado. "Yo al menos espero abrazar a la gente a la vuelta", confiesa Jazmín Fógel.