Aunque nadie reivindicó de momento el atentado, las sospechas recaen sobre Estado Islámico, autor de ataques similares.
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Al menos cuatro personas murieron este viernes (29.01.2016) en un atentado contra una mezquita chií en Al Mahasen, localidad de la provincia de Al Ahsá (Isha) en el sureste de Arabia Saudí. Un hombre armado con explosivos trató de entrar en la mezquita del Imán Al Reda, desatando un tiroteo con la policía en el que resultaron muertos tres fieles que salían del tradicional rezo de los viernes.
Según el Ministerio saudí del Interior, la explosión causó heridas a dieciocho personas, entre ellas dos policías, algunas de las cuales se encuentran en estado grave. Activistas locales elevan el número de fallecidos a seis o siete, afirmando que algunos de los cuerpos quedaron desmembrados.
Otro atacante logró detonar el cinturón explosivo que llevaba adosado al cuerpo en el interior del templo, mientras que el segundo fue arrestado por los servicios de seguridad ayudados por los fieles. Sólo hay un detenido, según informó la televisión saudí Al Arabiya sin ofrecer más detalles. El detenido también portaba un cinturón explosivo, pero fue capturado antes de que pudiera detonar la carga.
Por el momento nadie ha reclamado la autoría del ataque. En los últimos meses han aumentado los ataques en Arabia Saudí a las mezquitas de minoría chiita, por parte de la milicia Estado Islámico, integrada por radicales sunitas.
LGC (dpa / EFE)
Así se vive bajo el dominio del Estado Islámico
Raqqa y otras ciudades están bajo el control de la milicia islamista. Allí imponen su régimen de terror.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
La bandera del terror
Allá, al fondo, se ve la bandera del terror. El Estado Islámico domina un tercio del territorio de Siria. En ese tercio, justo en el límite con Turquía, se encuentra Tel Abyad, que forma una sola ciudad junto a la localidad turca de Akcakale. Activistas aseguran que desde que el EI controla Tel Abyad, la frontera se encuentra cerrada.
Imagen: Reuters
Raqqa, la capital del EI
En Raqqa impera el negro: los edificios públicos tienen la bandera del EI, que es de ese color. Hasta los pasaportes emitidos por la guerrilla son oscuros. Las mujeres no pueden salir solas a la calle y siempre deben ir cubiertas por completo con vestimentas... negras. En los antiguos edificios públicos ahora operan los "ministerios" del EI.
Imagen: Reuters
Rezar o morir
Todos los días se hace un llamado a realizar plegarias. Entonces, los comerciantes deben cerrar sus tiendas y las personas deben salir de sus casas para ir a las mezquitas. De lo contrario, podrían ser detenidos y eso, bajo el dominio del EI, puede significar derechamente la muerte.
Imagen: Reuters
Todo es de Alá, todo es del EI
Pese a la aparente normalidad que podría deducirse al observar estas fotografías, la realidad es bien distinta. Los más jóvenes deben entrenarse en campos militares del EI, los comerciantes deben pagarles un tributo y si los combatientes quieren, pueden llegar a una casa, desalojarla y hacerla propia... Ellos dicen que todo es de Alá, entonces todo es de ellos.
Imagen: Reuters
Jugando con la guerra
Los niños de la foto cargan restos de basura y de un avión de la Fuerza Aérea de Siria abatido en las afueras de Raqqa el pasado 16 de septiembre. Fue la primera vez que los milicianos, usando armas antiaéreas, derribaron a una aeronave de las fuerzas de Bashar al Assad.
Imagen: Reuters
Beneficios para los combatientes
En las localidades controladas por el EI no se puede fumar, escuchar música ni vestir de forma poco recatada. CNN mostraba cómo un hombre increpaba a una mujer en Raqqa, porque podía ver sus facciones a través de su burka. Los combatientes, en cambio, disfrutan de privilegios: cobran un salario, pueden visitar bares y portar armas, imponiendo el terror. "Son una mafia", dice un residente.
Imagen: Reuters
Exhibición de músculo militar
En todas las ciudades conquistadas, los combatientes del EI realizan paradas militares para exhibir su músculo guerrero. Ahí abundan los fusiles de asalto y armas cortas, pero también se les ha visto vanagloriarse de tanques capturados a los Ejércitos de Siria e Irak, así como vehículos blindados e incluso misiles Scud robados de los arsenales iraquíes, país donde incluso han atacado usando cloro.