El primer ataque tuvo lugar en un sector rural del municipio de Chaparral, en el departamento de Tolima (oeste), donde una carga de dinamita ocasionó graves daños en una torre de transmisión eléctrica.

Según autoridades de esa provincia, unos 200.000 habitantes de Chaparral y los vecinos municipios de Ataco, Roncesvalles, Rioblanco, San Antonio y Planadas se quedaron sin el servicio de electricidad.

"Es un atentado con explosivos cometido por terroristas del frente 21 de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)", afirmó el general Jorge Maldonado, comandante de la Fuerza de Tarea Zeus del Ejército.

Dañan principal oleoducto del país

El gobernador de Tolima, Luis Carlos Delgado, repudió el atentado y dijo que le parece "inconcebible e inadmisible" que las FARC cometan ese tipo de ataques mientras protagonizan en Cuba un proceso de paz con el gobierno colombiano.

Por otra parte, una carga de dinamita rompió un tramo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, el principal del país, en un sector rural del municipio de Cubará, en el departamento de Boyacá (este), en la frontera con Venezuela. El ataque fue atribuido al ELN (Ejército de Liberación Nacional), acusado de cometer en lo que va del año 34 atentados con explosivos contra el oleoducto. El atentado ocasionó un derrame de crudo, por lo que el alcalde de Cubará expresó su temor de que pudiera contaminar los ríos de la región.

El bombeo de crudo por ese oleoducto está suspendido desde el pasado 25 de marzo a raíz de un atentado que ocasionó daños que aún no han podido ser reparados por la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol).

Quince vehículos que llevaban maquinaria necesaria para reparar los daños por ese atentado fueron interceptados e incinerados el pasado fin de semana por presuntos miembros del ELN en una carretera del departamento de Arauca, también cerca de la frontera con Venezuela.

VC (dpa, EFE)