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Auge de vinos bio

Günther Birkenstock/ Cristina Papaleo28 de marzo de 2012

Crece el sector de productos de cultivo orgánico en el mercado alemán, especialmente el de los vinos biológicos, una tendencia que llegó para quedarse.

Aumenta el consumo de vinos bio en Alemania.
Aumenta el consumo de vinos bio en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb


Las superficies de cultivo de vinos orgánicos se han casi duplicado en Alemania en los últimos cuatro años. Alrededor de 5.000 hectáreas de viñedos de este país se utilizan para cultivos ecológicos. “Eso corresponde a cerca de un cinco por ciento de la superficie total de viñedos”, dice Ernst Büscher, del Instituto Alemán del Vino (DWI) de Maguncia. “La etiqueta bio es, entretanto, un valor agregado que adquiere el consumidor, que relaciona ese concepto con un producto de calidad superior”, explica.

La creciente demanda fortalece a los vitivinicultores y productores de vinos orgánicos, algo que se pudo constatar en la última feria internacional del vino “Prowein”, en la ciudad de Düsseldorf. Allí se reunieron por primera vez con una oferta de vino biológico en un pabellón propio, y llegaron tantos como nunca antes.

Viticultura ecológica produce pingües ganancias

Junto con Italia y Grecia, Alemania va a la cabeza en cuanto a vinos de producción orgánica en lo que a porcentajes se refiere. Sólo Austria los supera, con cerca de un ocho por ciento de superficie dedicada a la vitivinicultura biológica. Si se toman en cuenta el volumen y los viñedos, el resultado es otro. La mayor expansión se puede observar actualmente en España, donde se triplicaron los cultivos en un lapso de dos años. Con 54.000 hectáreas, España posee hoy la mayor superficie dedicada a la vitivinicultura orgánica, seguida de Italia y Francia. Alemania cuenta con aproximadamente la mitad de esa superficie.

Viñedos a orillas del Mosela.Imagen: picture alliance/chromorange

España reaccionó rápidamente a la creciente demanda, y tiene claras ventajas como emplazamiento, explica Matthias Baumann, un comerciante de vinos de Radolfzell que cultiva sus propias vides en una hectárea ubicada en las cercanías de Wurzburgo, todas ellas sobre un terreno con una inclinación de más de un 20 por ciento, lo cual intensifica la radiación solar y el calentamiento del suelo. Para cuidar de esos cultivos se deben invertir, en promedio, unas 1.200 a 1.500 horas de trabajo por año. En la misma cantidad de tiempo se pueden cultivar y cuidar en España 100 hectáreas y más. Al pasar al cultivo orgánico, los vitivinicultores de La Mancha multiplicaron sus ganancias.

Vino sano y auténtico

A pesar del aumento en las ganancias, el precio del litro de vino de La Mancha al por mayor está, en su mayoría, por debajo de un euro. Eso significa que en supermercados de descuento se puede comprar una botella de ese vino por unos 2,50 euros, lo que hace que todos puedan disfrutarlo a pesar de no contar con una billetera abultada. Esto marca un desarrollo que el comerciante especializado y experto en vinos Martin Kössler, de Nuremberg, ve con cierto escepticismo. “El vino de cultivo orgánico se transformó casi en un vino bio de producción industrial. Tenemos que volver a las raíces. Los clientes quieren transparencia, quieren degustar el origen y la autenticidad del vino”, dice. Para Kössler, el cultivo biológico es una condición necesaria para producir vinos de alta calidad. Y eso también lo saben, según él, los viticultores, por lo que muchos trabajan de manera ecológica sin que eso figure en las botellas.

Etiqueta de vinos alemanes ecológicos .Imagen: DW

Bio y Premium, dos categorías cercanas

Durante los años 80, los consumidores consideraban que los vinos biológicos eran una bebida mala para las buenas conciencias, pero eso ha cambiado de raíz. La estrecha relación entre el cultivo ecológico y la calidad queda demostrada, y no en último término, por el rótulo internacional de de la Asociación de Productores de Vino con Predicado (VDP, por sus siglas en alemán), una unión de 200 vitivinicultores de alto rango. Un 25 por ciento de ellos ya cultiva y produce vino con estándares ecológicos, con y sin certificación.

Rótulo de la Asociación alemana de Productores de Vino con Predicado (VDP).Imagen: DW / Herrmann

Las etiquetas de calidad que permiten a los consumidores reconocer a los bio vinos alemanes son otorgadas por organismos de la Unión Europea y por asociaciones como Ecovin, Bioland, Naturland y Demeter. El objetivo principal de los cultivos ecológicos es mantener el equilibrio del ecosistema de los viñedos. Para eso se desiste del uso de pesticidas así como de abonos sintéticos.

Algunas compañías van un paso más allá y emplean los métodos de la vitivinicultura biodinámica basándose en las enseñanzas del antropósofo Rudolph Steiner, como por ejemplo los Viñedos Rheingau, de Peter Jacob Kühn, miembro de la VDP y certificado por Demeter. Sus productos son elogiados a menudo por la prensa especializada. Para Kühn, el cultivo vitivinícola orgánico es un camino inevitable que todo viticultor con conciencia ecológica debe seguir. “Si hubiera sabido lo bien que actúan los remedios naturales, hace tiempo que hubiera comenzado a usarlos”, dice Kühn.

Alemania, a la cabeza de la investigación

En Alemania, el cultivo ecológico cuenta con el apoyo de la ciencia. Desde 2006, la Escuela Técnica Superior de Geisenheim lleva adelante un proyecto de investigación único. Se trata de la comparación de cultivos biológicos-orgánicos con los biológicos-dinámicos. Georg Meißner se ocupa de supervisar el proyecto y pudo verificar que ambos métodos biológicos favorecen el crecimiento armónico de las vides y un desarrollo más sano del suelo cultivable. “Estas características se acentúan aún más con el cultivo biodinámico”, explica el experto, quien, como sus colegas, es muy apreciado por sus conocimientos al respecto e invitado a dar conferencias en todo el mundo.

La investigación aumenta la calidad de la producción biológica de vinos.Imagen: dpa

Para el comerciante Matthias Baumann, de Radolfzell, el auge del vino biológico no es en absoluto una tendencia pasajera. “Hace tiempo que dejó de ser un nicho de mercado para los consumidores de alta gama o para los entendidos. Cada vez más gente consume vino bio”, señala Baumann, y profetiza que “dentro de 20 años se pondrá en las etiquetas que un vino se ha producido en forma convencional y el vino biológico será el estándar.”

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