Los meteorólogos son blanco del odio en internet
2 de diciembre de 2025
Cuando Christopher Gloninger abrió sus correos electrónicos una mañana, encontró un mensaje de un espectador que pedía su dirección privada. El hombre lo amenazaba: le daría una "bienvenida” que nunca olvidaría. "Mi corazón se aceleró y me sentí paralizado”, relata el meteorólogo.
En ese entonces, Chris Gloninger presentaba el pronóstico del tiempo en un canal de televisión estadounidense de Des Moines, Iowa. El correo amenazante mencionaba a un hombre que había aparecido armado frente a la casa de Brett Kavanaugh, juez de la Corte Suprema. Ese hombre fue arrestado posteriormente por intento de asesinato.
Para Gloninger, aquel correo fue la gota que colmó el vaso tras una serie de amenazas. Llamó a la Policía y huyó con su esposa a un hotel.
Cobertura sobre el cambio climático en la mira
Meteorólogos y presentadores del tiempo conocidos a través de los medios se enfrentan cada vez más a la desinformación y a las teorías conspirativas alimentadas por el odio en internet.
Gloninger considera el cambio climático como el tema central de nuestra época. En su trabajo como científico y reportero para distintos canales de televisión insistió en que se informara ampliamente sobre ello.
Al aceptar el puesto en Des Moines, adaptó su cobertura para enfrentar la postura más escéptica con respecto al clima en Iowa, un bastión conservador desde la primera elección de Donald Trump como presidente.
El meteorólogo en jefe trataba de vincular el tema con experiencias cotidianas de los habitantes de Iowa, como el impacto de las sequías para la agricultura. Después de eso, comenzó a recibir más correos: primero, negaciones habituales de que el cambio climático sea causado por el hombre; luego, ya eran amenazas cada vez más agresivas.
En esos mensajes, la ciencia se politizaba, cuenta. "Escribían, por ejemplo, que ya estaban hartos de esta ‘agenda liberal'”. Pero, según Gloninger, la meteorología y la ciencia climática "nunca tratan de política” agrega, "esta ciencia es reconocida por el 99 % de la comunidad académica”.
Cambio climático: una larga historia de desinformación
Hoy en día circulan en internet muchas noticias falsas y teorías conspirativas sobre el clima, pese al consenso científico abrumador de que el cambio climático provoca fenómenos meteorológicos extremos que se intensificarán con el aumento de las temperaturas.
Las raíces de la desinformación se remontan a mediados del siglo pasado. La industria de hidrocarburos ya había descubierto en los años 60 la relación entre la quema de carbón, petróleo y gas y el calentamiento global. Sin embargo, su estrategia fue negar activamente esa relación y minimizar los hallazgos científicos.
Ahora que los glaciares se derriten, el nivel del mar sube y los fenómenos extremos se vuelven más frecuentes, la negación del cambio climático resulta cada vez menos creíble. La nueva táctica, dicen expertos, es la dilación: cuestionar las medidas climáticas o recurrir al llamado greenwashing, con el que las empresas aparentan actuar de manera ecológica sin hacerlo realmente.
Investigaciones de 2024 mostraron que compañías de las industrias de combustibles fósiles y petroquímica gastaron millones en publicidad con afirmaciones engañosas sobre su compromiso con las energías renovables. En realidad, el sector destina solo un 1 % de sus inversiones globales a energía limpia, mientras busca activamente nuevos yacimientos de petróleo y gas.
Redes de desinformación climática
Según Ece Elbeyi, investigadora de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, las redes que difunden falsos datos sobre el cambio climático se han vuelto muy complejas. Incluyen a empresas y políticos interesados en retrasar medidas de protección climática, que colaboran con grupos de presión y centros de investigación.
Elbeyi explica que también medios, troles, granjas de bots rusas e influencers difunden falsedades en las redes sociales, donde los algoritmos favorecen a los mensajes cargados de emoción.
Diversos actores políticos, especialmente nacionalistas o conservadores, usan la desinformación para movilizar a sus bases. "Tal vez no niegan explícitamente el cambio climático, pero presentan a las medidas, como acuerdos internacionales o regulaciones de CO2, como amenazas a la soberanía nacional o a la libertad económica”, señala.
La resistencia a las medidas climáticas se ha convertido en una cuestión de identidad, difícil de combatir. Por eso, dice Elbeyi, la gente comparte falsedades o envía mensajes de odio a meteorólogos como Gloninger.
Catástrofes y teorías conspirativas
Daniel Jolley, profesor honorario de Psicología en la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, explica que la desinformación puede derivar en teorías conspirativas. Según Jolley, estas teorías suelen surgir tras catástrofes, ofreciendo a la gente una sensación de consuelo. El mecanismo: culpar a un grupo "malvado” con cierto poder.
Tras las mortales inundaciones en Texas en el verano de 2025, aparecieron teorías en internet que acusaban a científicos y autoridades de manipular el clima mediante la "siembra de nubes”.
"La gente intenta explicar problemas enormes que nos hacen sentir inseguros, ansiosos y vulnerables”, dice Jolley. Con el avance del cambio climático, agura que aumentarán la desinformación y las teorías de conspiración sobre el clima.
Los meteorólogos, como rostros visibles de la ciencia climática, se convierten en blancos frecuentes de ataques.
Tanto Jolley como Elbeyi consideran que la educación es clave para enfrentar la desinformación. Elbeyi subraya que es necesario incluir a grupos desfavorecidos en los debates, ya que la difusión de hechos falsos prosperan cuando las personas sienten que las decisiones se toman sin ellos, o contra ellos. Esa exclusión puede socavar directamente la confianza pública en la ciencia.
Chris Gloninger renuncia a su trabajo
Tras la amenaza de asesinato, Gloninger no podía dormir, su salud empeoró y desarrolló problemas en la piel. Buscó ayuda de un terapeuta, quien le diagnosticó trastorno de estrés postraumático (TEPT).
La Policía atrapó al autor y le impuso una multa de 150 dólares (129 euros). Aunque Gloninger continuó trabajando en el canal, la dirección recibió una avalancha de correos de una "minoría ruidosa” y le indicó que no hablara más del cambio climático.
En lugar de ignorar el tema, Gloninger renunció. Aún le cuesta hablar de esa decisión, pues considera erróneo reducir la información sobre el cambio climático por miedo a comentarios de odio. "Creo que se informa menos sobre el cambio climático porque se temen represalias. Y animo a los meteorólogos a comprometerse aún más”.
Al menos siente que logró sensibilizar a parte del público conservador sobre el cambio climático. También recibió muchos mensajes positivos, que guarda en un gran archivo, mientras continúa trabajando en el área de comunicación sobre el clima.
(os/cp)