Aumentan a 122 los muertos por tormenta Usman en Filipinas
3 de enero de 2019
Los equipos de rescate hallan más víctimas fatales a medida que acceden a zonas que seguían aisladas tras la tormenta, que provocó deslizamientos de tierra e inundaciones.
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Las autoridades de Filipinas cifraron este jueves (03.01.2019) en 122 el total de personas fallecidas tras el paso de la tormenta Usman. Además, otras 28 personas siguen desaparecidas por las inundaciones, deslizamientos de tierra y otras catástrofes causadas por el fenómeno climático, cuyas consecuencias se vieron agravadas por el hecho de que no se tomaron los debidos resguardos.
El número de víctimas "está pendiente de verificación", advirtió el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Desastres (NDRRMC, sigla en inglés) en su último comunicado, donde ha registrado un importante aumento en el número de fallecidos con respecto a los datos del miércoles. Usman, una depresión tropical que tocó tierra el sábado pasado, ya se encuentra fuera de Filipinas.
El NDRRMC, el organismo filipino que coordina la información durante las catástrofes, situó la cifra de desplazados en 308.451 personas y en 60 los heridos. Las cifras han ido creciendo a medidas que los equipos de rescate llegan a las zonas que quedaron aisladas tras la tormenta, que dejó varios días de lluvias torrenciales, y comienzan las tareas de remoción de escombros.
Estado de calamidad
La mayoría de las víctimas fatales se registró en la región de Bicol, donde cinco provincias se vieron severamente afectadas por deslizamientos de tierra e inundaciones. Según los datos oficiales, del total de afectados, 30.960 filipinos se encuentran atendidos en centros de acogida instalados en las regiones central y septentrional del país, las más dañadas.
Las autoridades locales han declarado el estado de calamidad en Camarines del Sur, una provincia de la región de Bicol, situada en el sureste de Luzón, cuya capital es Pili y que cuenta con una población de casi dos millones de habitantes. La medida agilizará el desembolso de fondos para atender los afectados y reparar el daño en la red de infraestructuras.
DZC (EFE, dpa)
Después del tifón: estado de emergencia en Filipinas
Tras el paso del tifón Haiyan, Filipinas está sumida en el caos y necesita ayuda. La población no cuenta con lo más necesario para sobrevivir, y las enfermedades acechan por la acumulación de cadáveres y escombros.
Imagen: Imago
Sin escapatoria
El tifón Haiyán azotó Filipinas el viernes con vientos que, según informaciones actuales, alcanzaron los 380 kilómetros por hora. Las Naciones Unidas estiman que cerca de 660.000 personas perdieron sus hogares debido al fenómeno meteorólogico, uno de los más devastadores que alguna vez haya visto el planeta.
Imagen: Reuters
Amenaza de epidemias
En la foto, una madre y sus hijos tratan de protegerse con trozos de tela del olor penetrante, proveniente de los cadáveres, y de las bacterias que éstos dispersan en el aire. El calor empeora aún más la situación.
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Recuperando los cuerpos de las víctimas
Los sobrevivientes conviven en Tacloban con las bolsas en las que se depositan los cadáveres de las víctimas. Casi cada familia de las regiones afectadas ha perdido a algún ser querido. Las autoridades locales ya están preparando fosas comunes para sepultar a los muertos lo antes posible, pues día a día aumenta el peligro de que produzcan brotes epidémicos.
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Aferrarse a lo mínimo
Aquí, un hombre busca materiales en los desechos con la esperanza de poder hallar plástico, comida o ropa que lo ayuden a satisfacer sus necesidades básicas. Pero la devastación es tan grande que no hay casi nada que pueda volver a usarse. Además, muchas de las calles en Tacloban y en otras ciudades están anegadas, y la esperada ayuda no llega.
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Grito de ayuda
En Tacloban, los niños ayudan transportando lo que encuentran a sus refugios provisionales. "Necesitamos comida y agua", se lee en el cartel. La gente es presa de la desesperación, pues justamente esas dos cosas, necesarias para la supervivencia -comida y agua potable- es lo que más les falta.
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Estado de emergencia en varias regiones
En el caos dejado por el tifón, la población intenta conseguir alimentos sea como fuere, incluso saqueando tiendas. También hay quien aprovecha la situación para obtener lo que nunca podría pagar: electrodomésticos. Los soldados velan por el orden en la ciudad más golpeada por Haiyan.
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Alemania envía ayuda
Alemania colaboró en la ayuda a los damnificados, en un primer envío, con 5.400 mantas, 3.000 tiendas de campaña y equipo médico. Además, también llegaron ya a Manila rescatistas y especialistas en catástrofes de la Organización de Ayuda Técnica ante Catástrofes (Technischer Hilfswerk).
Imagen: picture-alliance/dpa
Todo el mundo colabora
Más de 20 países se comprometieron a ayudar a Filipinas. Alemania apoya las acciones de rescate con 1,5 millones de euros. La Unión Europea prometió ayuda por cerca de 10 millones de euros. Además de soldados, EE. UU. envía naves militares, como el portaaviones "USS George Washington", en la foto.
Imagen: picture-alliance/dpa
El trabajo voluntario, más importante que nunca
La Cruz Roja de Filipinas trata de distribuir alimentos y otros bienes entre los sobrevivientes con ayuda de voluntarios. Además, junto con las autoridades locales, apoya las evacuaciones masivas en las regiones afectadas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una nueva tormenta se aproxima
El ciclón "Zoraida" se mueve en dirección a la isla sureña de Mindanao, y ya se decretó el estado de alerta para 28 provincias. Sin embargo, los meteorólogos estiman que no alcanzará la fuerza que tuvo el tifón Haiyan.
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