Los británicos no se despiden del todo de Europa. Al menos, no tanto como creían. Sin embargo, la decisión sigue siendo un gran error histórico, opina Bernd Riegert, corresponsal en Bruselas de DW.
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Al parecer, al primer ministro británico del "brexit" y a los negociadores de la Unión Europea les gusta el dramatismo para demostrarle al público, ahora bastante molesto (especialmente en el Reino Unido), que lucharon hasta el final para defender sus intereses. El acuerdo, que se selló la víspera de Navidad, bien podría haberse alcanzado hace tres o incluso seis meses. Salvo algunos cambios marginales en las cuotas de pesca, se corresponde exactamente con lo que la UE ya había ofrecido a Reino Unido en verano.
Con una mezcla de descaro y populismo ingenuo, el primer ministro de aspecto peculiar está ahora vendiendo el acuerdo a sus compatriotas como un gran éxito. Todas las promesas de la campaña electoral para el referéndum del "brexit" en 2016 se implementarán, dice Boris Johnson. Esto es falso. El acuerdo no es más que un típico acuerdo comercial. Ninguna disposición es mejor que la que ya tenían los británicos como miembros de la Unión Europea. El acuerdo global que ahora va a entrar en vigor es un mercado único simplificado, preparado para que ambas partes se puedan ir separando más en el futuro. Desde la protección del clima hasta la ciencia, el transporte o la lucha contra el terrorismo, queremos seguir trabajando juntos con un espíritu de confianza mutua. Queda por ver, por parte europea, si esta confianza sigue estando justificada en vista de las vueltas y maniobras británicas durante el proceso de negociación.
Víctima del neonacionalismo
Como ejemplo de los perdedores del "brexit", tomemos a los estudiantes británicos que ya no pueden participar en el programa de intercambio Erasmus dentro de la UE. Eso le resultaba demasiado caro al gobierno británico. También será más difícil para los jóvenes académicos extranjeros estudiar en las costosas universidades británicas. Esto le va a suponer a la sociedad británica una pérdida mayor que lo que se adeudaría de otro modo por las becas Erasmus.
Como muchas otras cosas, este importante programa fue sacrificado en el altar del neonacionalismo aburrido de los partidarios del "brexit". El astuto populista Boris Johnson tocó las teclas de la soberanía, que todavía hace resonar la fibra para los británicos. Afirma haber recuperado el control que Gran Bretaña, en realidad, nunca había cedido a Bruselas. Ningún estado miembro de la UE está gobernado por una potencia ocupante difusa desde la lejana Bélgica. Todos están involucrados en la legislación. Todos se someten igualmente a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia. Nadie está obligado a afiliarse.
Confusa idea de soberanía
Johnson ahora incluso habla de que su Reino Unido se ha vuelto independiente nuevamente. ¿Independiente de quién? El primer ministro y sus compinches del "brexit" se aferran a un concepto de soberanía del siglo XIX, cuando los mares eran dominados por barcos británicos en un imperio casi infinito. Hoy en día, todo Estado que se dedica al comercio y las relaciones internacionales tiene que ceder pequeñas porciones de su soberanía para disfrutar de los beneficios de la cooperación. La pertenencia a la Organización Mundial del Comercio, la ONU, la OTAN y también la UE van de la mano de pequeñas o grandes obligaciones. Y también derechos. Nadie tiene que renunciar a la independencia y la condición de ser un Estado por esto.
Por el mismo derrotero que los 'brexiteers' se deslizan los populistas de Polonia y Hungría, países receptores, que también se sienten tutelados, ocupados o esclavizados por la Unión Europea, a la que pertenecen voluntariamente.
En medio de la pandemia que golpea duramente a Reino Unido por segunda vez, Boris Johnson debería haberse dado cuenta de que hay cosas más importantes que perseguir fantasías nacionalistas. Los lazos son demasiado estrechos. Solo dos días de cierre del Túnel del Canal de la Mancha le mostraron cuán vulnerable es Reino Unido. Esta experiencia puede haber estimulado la voluntad de llegar a un acuerdo en Londres. La economía británica, bastante maltrecha, difícilmente habría sobrevivido a una fuerte caída del mercado interno en un mundo de reglas de la Organización Mundial de Comercio.
Vendiendo humo
Un año después del auténtico "brexit", es decir, de que Reino Unido dejara legalmente de ser miembro de la Unión Europea, Boris Johnson había contado que el país se habría conseguido deshacer de los grilletes europeos y estaría negociando lucrativos contratos comerciales por todo el mundo. ¿Qué ha sido de esa promesa? Nada. Con los principales socios comerciales británicos más allá de UE, es decir, con Estados Unidos y China, ni siquiera se plantea la idea de un acuerdo. Londres ha firmado contratos con Japón y Singapur. Sin embargo, estos son casi idénticos a los que la UE ya había negociado con ambos socios. Los británicos simplemente lo copiaron. El volumen de estos dos acuerdos comerciales también representa solo un pequeño porcentaje del volumen anual del comercio británico.
La conclusión es que el "brexit" es y seguirá siendo un fraude. Los británicos estarían mejor en la UE. Y todavía mejor sin el efectista Boris Johnson. (lgc/dz)
Cronología del "brexit": el turbulento camino para dejar la UE
Los británicos impactaron al mundo cuando decidieron abandonar la Unión Europea, el 23 de junio de 2016. Acá revisamos los hitos más relevantes que han marcado este proceso.
Imagen: picture-alliance/empics/Y. Mok
Junio de 2016: "La voluntad del pueblo"
Tras una estridente campaña, cerca del 52 por ciento de los británicos aprobó la opción de abandonar la Unión Europea en el referéndum por el "brexit". Las encuestas habían adelantado que la lucha sería estrecha, pero daban una ligera ventaja a quienes apoyaban la permanencia. El premier conservador David Cameron, que rechazaba el "brexit", reconoció la "voluntad del pueblo" y renunció.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Rain
Julio de 2016: "'Brexit' significa 'brexit'"
Theresa May, exsecretaria de Interior, reemplazó a David Cameron como premier el 11 de julio y prometió al país que "'brexit' significa 'brexit'". May había apoyado en las sombras la campaña para permanecer en la UE, y al comienzo no dijo cuándo su gobierno activaría el Artículo 50 del Tratado de la UE para dar inicio a las conversaciones que llevarían a la salida formal.
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Marzo de 2017: "Ya los extrañamos"
El 29 de marzo de 2017, May finalmente firmó una carta diplomática para activar el Artículo 50. Horas después, el embajador británico ante la UE, Tim Barrow, le entregó la nota al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El "brexit" quedó oficialmente establecido para el 29 de marzo de 2019. Tusk terminó su breve declaración diciendo "ya los extrañamos; gracias y adiós".
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Junio de 2017: "¡Y se van!"
El secretario británico para el Brexit, David Davis, y el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, iniciaron las conversaciones el 19 de junio. La primera ronda terminó con Reino Unido aceptando, a regañadientes, el cronograma para las negociaciones. En éste las conversaciones se dividían en dos fases: la primera resolvería los términos de la salida y, la segunda, la relación entre ambas partes.
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Diciembre de 2017: Fase 2
Los líderes de los 27 países que siguen en la UE decidieron que ya había "progresos suficientes" en las negociaciones y que era momento de pasar a la fase 2: el período de transición posbrexit y el futuro de las relaciones comerciales. Theresa May se declaró satisfecha con la decisión, pero Donald Tusk advirtió que las negociaciones serían "dramáticamente difíciles".
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Julio de 2018: renuncian Johnson y Davis
Los ministros británicos respaldan el plan del "brexit" de Theresa May presentado en Chequers el 6 de julio. La propuesta mantenía a Reino Unido en un territorio aduanero con la UE y sellaba un libro de normas en común para todos los bienes. Pero eso fue demasiado para el ministro de Exteriores, Boris Johnson, y el secretario para el Brexit, David Davis, que renunciaron.
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Noviembre de 2018: avances en Bruselas
Los líderes de la UE aprobaron un borrador del acuerdo de divorcio de 585 páginas a fines de noviembre. El documento había sido criticado apenas semanas antes por parlamentarios británicos de todos los sectores. El secretario para el Brexit, Dominic Raab, renunció junto a otros ministros y docenas de miembros del Partido Conservador, intentando desencadenar un voto de rechazo a Theresa May.
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Diciembre de 2018: May sobrevive a la rebelión
Frente a una oposición implacable, May pospuso la votación parlamentaria del acuerdo. Al día siguiente, se reunió con la canciller Angela Merkel para buscar garantías que convencieran a los legisladores rebeldes para que respaldaran el acuerdo. Pero en su ausencia, los conservadores más duros dieron pie a un voto de rechazo. May salió airosa 24 horas más tarde.
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Enero de 2019: Acuerdo rechazado
El 16 de enero, el Parlamento británico se pronunció, por 432 contra 202 votos, por rechazar el acuerdo alcanzado por May con la UE. Como respuesta a ello, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sugirió que la única solución era que Reino Unido permaneciera en la UE. Mientras, el Partido Laborista pidió un voto de confianza, el segundo desafío al liderazgo de May en pocas semanas.
Imagen: Reuters
Marzo de 2019: May sufre una segunda derrota
May obtuvo mejoras, en especial en el "backstop", la idea de no imponer una frontera "dura" entre ambas Irlandas. De hecho, logró garantías de que Londres podría suspender esta salvaguarda bajo ciertas condiciones. Pero el 12 de marzo, el Parlamento nuevamente votó en contra. La UE advirtió: crecía el riesgo de un "brexit" sin acuerdo. Dos días después, el Parlamento volvió a retrasar la salida.
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Marzo de 2019: tercer rechazo
El 29 de marzo, día en que Reino Unido supuestamente abandonaría la UE, los parlamentarios volvieron a rechazar el acuerdo de Theresa May, esta vez por 344 a 286. En un intento por superar el bloqueo, May negoció con el líder opositor Jeremy Corbyn, lo que enfureció a los conservadores más duros.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/House of Commons/M. Duffy
Abril de 2019: "Brexit" retrasado hasta Halloween
Con la fecha límite del 12 de abril acercándose tras la tercera derrota de May, los líderes de la UE se reunieron nuevamente en Bruselas para discutir una segunda prórroga. La única duda era cuán larga debía ser. Al final, Londres y la UE acordaron una extensión "flexible" hasta el 31 de octubre. Reino Unido tuvo que participar en las elecciones de la UE en mayo por no haber salido a tiempo.
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Mayo de 2019: May renuncia
Semanas de conversaciones entre la premier y el Partido Laborista no condujeron a un acuerdo y terminaron erosionando el capital político de May. Ésta, de hecho, generó un terremoto en su propio partido al intentar poner sobre la mesa la opción de un nuevo referéndum. Esta serie de errores derivó en la renuncia de la primera ministra, que se hizo efectiva el 7 de junio.
Imagen: Reuters/H. McKay
Julio de 2019: Boris Johnson es primer ministro
A fines de julio de 2019, Boris Johnson fue oficialmente nombrado primer ministro, como sucesor de la renunciada Theresa May. "Vamos a dinamizar el país, vamos a concretar el 'brexit' el 31 de octubre", dijo tras ser elegido líder del Partido Conservador.
Imagen: Imago Images/Zuma/G. C. Wright
Septiembre de 2019: la amenaza electoral de Johnson
La oposición y algunos conservadores rebeldes apoyaron postergar el "brexit", temerosos de que se produjera una salida sin acuerdo. Como respuesta, Johnson pidió elecciones generales, diciendo que no podía gobernar tras expulsar de su partido a 21 parlamentarios. El Partido Laborista dijo que no apoyaría nuevas elecciones hasta que no entrara en vigor una ley que impidiera un "brexit" sin acuerdo.
Johnson logró un acuerdo con los negociadores europeos para permitir que Reino Unido abandonara la UE de manera ordenada. El pacto recibió el respaldo unánime de los líderes de los otros 27 estados miembro. Pero el premier fracasó al intentar obtener el apoyo del Parlamento. En cambio, los legisladores presionaron para extender la fecha de salida hasta fines de enero de 2020.
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Diciembre de 2019: los legisladores apoyan a Johnson
El 22 de diciembre, tras unas elecciones legislativas que ganó con comodidad, Johnson finalmente consiguió que el Parlamento aprobara el proyecto para salir de la UE, que deja la fecha del 31 de enero de 2020 consagrada por ley. Ahora, por fin, terminó la teleserie del "brexit". Aunque empieza otra: la del período de transición.
Imagen: picture-alliance/empics/House of Commons
Fiesta de despedida
Partidarios del "brexit" celebran en Londres, en la noche del 31 de enero de 2020. El Reino Unido dejó la Unión Europea 188 semanas después del referéndum en que se impuso la opción euroescéptica, celebrado en junio de 2016.