El mandatario australiano, el liberal Scott Morrison, anunció este lunes (29.03.2021) cambios en su Gobierno, con una mayor cuota de género, tras degradar de sus cargos a dos poderosos ministros que estaban en el centro de dos denuncias de violaciones en el seno del Parlamento.

Estos cambios "sacudirán lo que tengan que sacudir" para lograr "lo que todos queremos para las mujeres australianas", dijo a periodistas en Camberra el primer ministro australiano, cuya popularidad ha bajado en siete puntos porcentuales en dos semanas por las críticas a su posición frente a los derechos de las mujeres.

A pesar de que el hasta ahora fiscal general, Christian Porter, y la titular de Defensa, Linda Reynolds (ambos acusados en dos casos de violaciones), salen del Gabinete, éstos se mantendrán en el Ejecutivo como ministros de Industria, Ciencia y Tecnología, y de Servicios del Gobierno y del Seguro Nacional de Discapacidad.

La permanencia de Porter había sido fuertemente criticada después de conocerse este mes una denuncia de violación que data de hace más de 30 años de una mujer ya fallecida cuando era adolescente, qué él niega, y que la Policía archivó por falta de pruebas.

Por su lado, Reynolds, quien será reemplazada por el extitular del Interior Peter Dutton, fue blanco de intensas críticas por el trato a la exasesora del Partido Liberal Brittany Higgins, quien denunció el mes pasado que fue violada en una de las oficinas de la ministra en el Parlamento de Camberra en 2019 por un antiguo compañero.

Otro de los anuncios hechos por Morrison consiste en que copresidirá, junto a la titular de Exteriores y de la Mujer, Marise Payne, un nuevo grupo de trabajo que abordará asuntos de género y estará conformado por todas las ministras y los encargados de las carteras del Tesoro y Finanzas. La mayor participación de mujeres en el gobierno de Morrison se traduce en la designación de Michaela Cash como fiscal general y titular de Relaciones Industriales y Karen Andrew como titular del Interior.

El primer ministro australiano ha estado bajo una fuerte presión desde que la denuncia de la exasesora Brittany Higgins abrió una caja de Pandora de denuncias de violaciones, acosos sexuales, tocamientos indebidos o la distribución de vídeos de actos sexuales de empleados del Parlamento australiano. Además de la explosiva denuncia contra el ministro Porter, también se reveló esta semana que el legislador liberal Andrew Laming por acosar en las redes sociales a dos mujeres, mientras que una tercera asegura que éste le tomó una fotografía del trasero cuando estaba llenando una nevera con bebidas.

Morrison, quien fue fuertemente criticado por no tomar medidas frente a estas denuncias y se rehusó a dialogar con las mujeres que realizaron una marcha multitudinaria para reclamar por sus derechos a mediados de mes, gozaba hasta hace poco de una fuerte popularidad por su gestión frente a la pandemia.

mn (EFE, DPA)