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Austria-Alemania: hermanos rivales

Daniel Martínez16 de junio de 2008

Cordoba y Gijón son dos palabras que en materia futbolística dominan la historia común de Alemania y Austria, países con una curiosa relación fraternal que enfrentan ahora un duelo por la supervivencia en la Eurocopa.

"El milagro de Córdoba": Austria derrotó a Alemania en 1978. Los austriacos sueñan con repetir.Imagen: picture-alliance/dpa
1978: Austria no se jugaba nada, Alemania la permanencia en el Mundial de Argentina.Imagen: pa / dpa

En Córdoba, Argentina, durante el Mundial de 1978, Austria, ya sin posibilidades de mantenerse en competencia, derrotó 3-2 a Alemania que se despidió así de la oportunidad de defender el título obtenido en casa cuatro años atrás.

En Gijón, España, durante el Mundial de 1982, la historia fue diferente. En un criticado gesto de hermandad, ambos equipos sacaron adelante un pacto de no agresión beneficioso para las dos partes: tras el gol alemán en el minuto 10 y con un resultado 1-0 que los clasificaba a la siguiente ronda, alemanes y austriacos se dedicaron 80 minutos a no llevar el balón al arco contrario.

David contra Goliat

Alemania confía en la victoria, pero teme la derrota.Imagen: picture alliance/dpa

Hoy sólo uno de ellos obtendrá su paso a la siguiente ronda del torneo europeo, sólo una de las dos naciones podrá en el campo de juego confirmar o desmitificar los prejuicios que caracterizan el trato de estos dos pueblos.

Cuando le preguntamos a las dos aficiones sobre el Alemania-Austria de esta noche y sobre la motivación de obtener un triunfo, el lado austriaco contestó “para darles una lección a los arrogantes alemanes”; el alemán, por su parte, refutó convencido de sí mismo: “los austriacos son demasiado torpes para ganar”.

Si Austria se despide de la Euro 2008, no quedarían anfitriones en torneo.Imagen: AP

El “hermano mayor”, Alemania, tiene, como de costumbre, la sartén por el mango y el viento a su favor: una rica tradición futbolística repleta de títulos internacionales, una de las mejores ligas del mundo, el goleador del Mundial 2006, Miroslav Klose, uno de los goleadores de la Eurocopa y mejor jugador joven del máximo torneo, Lukas Podolski, una lista inacabable de estrellas en su nómina, una afición que cree en su selección, y la certeza de que un empate bastará para alcanzar los cuartos de final.

El “hermano menor” está en desventaja, cobijado por la larga sombra de su rival: su jugador más peligroso, Martin Harnik, se formó en Alemania, donde todavía trabaja, jugando en las divisiones inferiores, su talento más prometedor será parte de la Bundesliga a partir de la próxima temporada, fichado por el Bremen, Sebastián Prödl, su goleador, Ivica Vastic, alcanzó hace ya varios años la edad del retiro en el fútbol, en un par de meses cumplirá 39 años.

Asunto de fe

La derrota de Alemania contra Croacia acabó con una primera vuelta tranquila para los germanos.Imagen: AP

En Viena, escenario del decisivo encuentro, reina un ambiente muy particular: los austriacos esperan un nuevo Córdoba y tienen fe en que pase, sin verdaderamente creer en ello. Un joven aficionado nos dijo que, a pesar de los signos de adversidad, le cruza los dedos a su selección, aunque, agregó: “Austria es demasiado chica para grandes cosas”.

Esas palabras no son suyas, el lema fue parte de una campaña que perseguía que el país renunciara a su condición de anfitrión de la Eurocopa para evitar “una vergüenza internacional”. Curiosamente, en Austria el debate, que nació como una ironía humorística, tomó ribetes serios tras la derrota 3-0 con la que se saldó un encuentro del combinado nacional en febrero en Viena, precisamente ante Alemania.

En aquel partido, los primeros 45 minutos fueron de Austria y sólo la suerte impidió que se aventajase en el marcador. En la segunda parte, Alemania asumió el comando de las acciones y consiguió un triunfo que luce más holgado de lo que en realidad fue.

Incertidumbre

Ese enfrentamiento, el más reciente entre las dos selecciones, aún está en la memoria de los alemanes, una afición llena de optimismo pero lejos de estar ya celebrando en Viena. Cuando se les ve en grupo, se les percibe confiados en obtener una victoria, pero ¿seguros? “no, aquí todo puede pasar, Alemania es más equipo, pero…”, dice un hincha que nos reveló que nació muy cerca de la frontera y que por escasos dos kilómetros no es austriaco, “¡qué suerte!”, añadió.

Si a él le sonrió la fortuna se verá esta noche al final del partido, quizás esos dos kilómetros son la brecha que le separa del ganador, quizás dentro de 30 años ya nadie hable de Córdoba y todos se refieran al “milagro en Viena”. También es posible que una victoria alemana deje las cosas como hasta ahora: el hermano mayor se impone ante el menor.

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