Austria: un 45% de los enfermeros piensa cambiar de trabajo
8 de junio de 2021
La encuesta llevada a cabo por las autoridades austriacas demuestra el desgaste de los profesionales de la salud con su trabajo. Su situación laboral se ha deteriorado profundamente a causa de la pandemia del COVID-19.
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El 45 por ciento del personal de enfermería de cuidados intensivos en Austria piensa en cambiar de trabajo, y un cinco por ciento tiene planes concretos en esa dirección, según un sondeo llevado a cabo durante la tercera oleada de la pandemia del COVID-19.
En la encuesta, realizada por la enfermera Alexandra Gferer y la socióloga Natali Gferer con el apoyo de la Asociación Austríaca de Salud y Enfermería (ÖGKV), se interrogó a 2.470 enfermeras y enfermeros de hospitales de la república alpina entre el 30 de marzo y el 24 de abril, informó la agencia local APA.
El hecho de que dos de cada tres enfermeras ya haya pensado en renunciar al menos una vez es "alarmante" para las autoras del estudio. Los encuestados se quejaron sobre todo de la situación laboral, que según el 86 % de ellos se ha deteriorado profundamente durante la pandemia.
El 85 % dice sufrir un estrés psicológico entre moderado y elevado, con síntomas como miedos, insomnio, pensamientos obsesivos y dificultad de desconectar, mientras que en el plano físico muchos están agotados y sufren diversas dolencias.
Entre las razones que han contribuido al empeoramiento resaltaron el aumento de la carga de trabajo y una mayor necesidad de organización, así como el uso de equipos de protección durante horas y la imprevisibilidad del desarrollo de la pandemia.
Además, el sondeo apunta a que ha aumentado la violencia manifiesta por parte de los pacientes: un sesenta por ciento tuvo que soportar violencia verbal, como insultos o amenazas, y un diecisiete por ciento sufrió incluso agresiones físicas, como puñetazos, patadas o mordiscos.
"Por primera vez se ha plasmado en cifras lo que siente todo el personal sanitario y de enfermería", declaró Elisabeth Potzmann, presidenta de la ÖGKV, que pidió medidas para mejorar la situación laboral del sector, donde el persona ya era escaso antes de la pandemia.
JU (efe, ots.at, kleinezeitung.at, wienerzeitung.at)
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.