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De ahora en adelante, van a cuidar más a los caballos y ya no pueden trabajar todos los días. Además se tienen que respetar más los horarios de la comida. El descontento es muy grande, sobre todo entre las pequeñas empresas: aquellas que únicamente tienen un tiro, deben hacer pausas repetidas, lo que conlleva una pérdida de dinero. A la larga, el número de coches debe ser reducido. Sus conductores luchan contra la tendencia de ser percibidos por la opinion pública como maltratadores de animales.