Austria no aceptará acuerdos migratorios que le perjudiquen
3 de julio de 2018
Los dos partidos gobernantes conservadores alemanes acordaron una nueva política migratoria que incluye expulsar a Austria a los inmigrantes que hayan pedido asilo en otro país de la UE.
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El canciller federal de Austria, el democristiano Sebastian Kurz, aseguró hoy (03.07.2018) en Viena que su Gobierno no aceptará acuerdos con Alemania en materia migratoria que dañen los intereses de su país.
"Todo indica que Alemania está lista para tomar medidas nacionales. Pero no estamos dispuestos a firmar acuerdos con Alemania que vayan en contra de los intereses de Austria", dijo el jefe de Gobierno austríaco en una declaración ante la prensa.
Los dos partidos gobernantes conservadores alemanes, la CDU de la canciller federal, Angela Merkel, y la CSU del ministros del Interior, Horst Seehofer, pactaron anoche una nueva política migratoria, que incluye expulsar a Austria a los inmigrantes que ya han pedido asilo en otro país de la Unión Europea (UE).
Kurz reconoció hoy que por ahora el Gobierno austríaco no conoce los detalles de los planes alemanes y adelantó que este jueves el propio Seehofer acudirá a Viena para analizar la situación con el ministro del Interior austríaco, Herbert Kickl.
"Esto nos parece muy bien, ya que queremos saber qué tipo de medidas planea Alemania", dijo el canciller, quien preside este semestre la UE.
"Estudiamos cualquier medida para proteger a nuestra población. Para ello, estamos también dispuestos a tomar medidas en las fronteras del sur del país", agregó Kurz en referencia a las fronteras con Italia y Eslovenia.
"Nuestro gran objetivo es reducir la inmigración ilegal, por eso tenemos simpatía para todas medidas en ese sentido, pero no en detrimento de los intereses de Austria", concluyó el canciller federal austríaco.
RRR (Efe/Dpa).
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Merkel y su relación con algunos hombres poderosos
Nadie puede envidiar a Angela Merkel cuando visita la Casa Blanca: aranceles, Irán, etc. La postura del presidente Donald Trump es la confrontación. La relación de Merkel con sus antecesores fue mejor.
Imagen: picture-alliance/dpa/ M. Kappeler
¿Nos damos la mano?
La canciller preguntó amablemente en marzo de 2017 y durante su primera cita al recién estrenado presidente estadounidense, Donald Trump. Su anfitrión no reaccionó y miró claramente hacia otro lado. Más tarde este dijo que no había oído la pregunta.
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Situación desesperante
En la Cumbre del G20 en Hamburgo, el rechazo obstinado de Trump con respecto a la protección climática fue muy agotador para Merkel. Tras intentar convencerlo en vano dándole explicaciones lógicas, solo le quedó una opción: documentar las diferencias con palabras claras.
Imagen: Reuters/P. Wojazer
Al final, ambos estaban muy, muy cerca
En cambio, la canciller y Barack Obama tenían una relación de mucha confianza, como se puede ver en la imagen durante la última visita a Berlín de Obama como presidente. En noviembre de 2016, pocos días tras la victoria de Trump, Obama cedió la responsabilidad de la democracia occidental a Merkel. Los medios de comunicación de EE.UU. dijeron entonces que ella era la nueva líder del mundo libre.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Condecoración para Merkel en la Casa Blanca
En 2011 y elegantemente vestida para la ocasión, Merkel recibió de Obama la Medalla Presidencial de la Libertad en la Casa Blanca, la condecoración civil más importante de Estados Unidos. Obtuvo este premio por su compromiso con la política europea. Los analistas evaluaron dicha condecoración como señal de excelente relación entre ambos países.
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Invitado y casi amigo
En la Cumbre del G7 en los Alpes bávaros en junio de 2015, ya se podía observar una relación casi amistosa entre ambos mandatarios. La canciller podía contar entonces con el apoyo estadounidense para luchar contra el cambio climático. Con el nuevo presidente, Donald Trump, la situación cambió totalmente.
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De visita en Texas
Con su esposo, Joachim Sauer, la canciller alemana visitó George W. Bush en su rancho en Crawford, Texas, en noviembre de 2007. Les mostró un pequeño cañón. Entoces había un tema muy candente, que con Trump vuelve a estarlo: Irán.
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De barbacoa en casa
George W. Bush disfrutó visiblemente en julio de 2006 al servirle a Merkel un lechón recién salido de la barbacoa. Merkel lo invitó a conocer el lugar donde ella reside, cuando no está en Berlín, en la costa de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
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De manos con Bill Clinton
Durante el funeral del excanciller alemán Helmut Kohl en julio de 2017, el expresidente Bill Clinton habló con melaconlía y humor sobre el fallecido. "Yo le tuve mucho cariño", dijo Clinton. Cuando se sentó, le tomó la mano a Merkel y estaba visiblemente muy conmovido.
Imagen: picture alliance/dpa/M. Murat
¿Hablando con la hija para poder relacionarse mejor con el padre?
La canciller alemana también conoció a la hija de Trump, Ivanka Trump, en marzo de 2017 en la Casa Blanca. Para Merkel fue más fácil entablar conversación con la hija que con el padre.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sabido cómo relacionarse con Trump, según los medios de comunicación estadounidenses. Sin embargo, Macron no es capaz de hacer cambiar de opinión a Trump sobre los aranceles y el acuerdo con Irán. Mientras siga siendo así, Alemania y Francia comparten las mismas preocupaciones.