"Nunca hubiera pensado que podríamos llegar a esto, y que no aprendamos de la historia”, dijo la estudiante Hanna Fanninger el lunes, luego de las elecciones, cerca del edificio del Parlamento austríaco, en Viena. Precisamente porque estudia historia, los resultados le resultan alarmantes.

En Austria sucedió lo que los encuestadores habían pronosticado durante meses: según los resultados finales preliminares, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), populista de ultraderecha, ganó las elecciones al Consejo Nacional -el Parlamento austríaco- con un 29,2 por ciento. Le siguen el conservador Partido Popular (ÖVP), del actual canciller Karl Nehammer, con un 26,5 por ciento, y los socialdemócratas del SPÖ, con un 21,1 por ciento. El liberal Neos, con un 9 por ciento, y los Verdes con un 8,2 por ciento, también tendrán bancas en el Parlamento.

Kickl quiere convertirse en canciller

El presidente del FPÖ, Herbert Kickl, ya ha registrado su candidatura a la cancillería. Su partido promete construir una "Fortaleza Austria" y no permitir más solicitudes de asilo de determinados países, incluidos Afganistán y Siria. Para los extranjeros que no cumplen la ley, el FPÖ quiere "remigración”, un término controvertido que la Oficina Austríaca para la Protección de la Constitución 2023 considera de extrema derecha.

En una parada de tranvía cerca del Parlamento, Mohsen Hosseini fríe salchichas en un puesto típicamente vienés. Es afgano y lleva trece años en el país, cuenta. Según él, el resultado electoral "no es malo”. No teme que la situación de los inmigrantes empeore, porque él "siguió todas las reglas".

Una persona que pasa por allí elogia el resultado de los comicios. Fue "muy bueno”, dice Richard Wachter, quien no está de acuerdo con la política económica de los grandes partidos en las últimas décadas. Pero este hombre jubilado no cree que Herbert Kickl vaya a ser canciller. Los demás partidos harán todo lo posible para excluirlo, afirma.

Se considera improbable que Herbert Kickl sea canciller

Para convertirse en canciller, Kickl tendría que encontrar un socio de coalición. Mientras que tanto los socialdemócratas como los Neos han rechazado entrar en coalición con el Partido de la Libertad, el ÖVP no lo ha hecho de forma categórica. Sin embargo, el jefe del ÖVP, Karl Nehammer, descartó una cooperación gubernamental con el populista de ultraderecha Kickl. Nehammer lo describió anteriormente como un "riesgo de seguridad” para el país y como un político radicalizado. Dentro del ÖVP, también otros actores habrían descartado que Kickl fuera canciller, dice la politóloga Kathrin Stainer-Hämmerle. Desde la perspectiva actual, la experta no puede imaginarlo convirtiéndose en canciller de Austria.

Pero es posible que Kickl obtenga el puesto de presidente del Consejo Nacional, o que el ÖVP y el FPÖ formen una coalición, con un canciller del ÖVP, explica el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Carintia, en entrevista con DW.

Sería perfectamente posible formar una coalición sin el FPÖ, por ejemplo en forma de una alianza bipartidaria entre el ÖVP y el SPÖ. La incorporación del Neos también se considera una variante. En cualquier caso, es probable que las negociaciones de coalición sean complicadas.

El presidente de Austria quiere hablar con todos los partidos

Al presidente austríaco, Alexander van der Bellen, le corresponde, entre otras, la tarea de nombrar al próximo canciller. El domingo (29.09.2024) por la noche, van der Bellen, exdiputado de Los Verdes, explicó que primero quiere sostener conversaciones con todos los partidos. En la formación de Gobierno dijo que garantizará que se respeten los "pilares fundamentales de nuestra democracia liberal”, y enumeró, entre otras cosas, el Estado de derecho, la separación de poderes, y también la pertenencia a la Unión Europea. Van der Bellen había criticado en el pasado al FPÖ por su postura hacia la UE.

Los populistas de derecha y la UE

El FPÖ, como muchos otros partidos populistas, sigue un rumbo euroescéptico. Cuando ese partido gobernó en coalición con el ÖVP, en el año 2000, entonces bajo Jörg Haider, provocó indignación y sanciones por parte de los demás Estados de la UE.

Los dos partidos gobernaron juntos nuevamente de 2017 a 2019. La coalición se quebró luego del "escándalo de Ibiza”, en el cual el entonces vicecanciller del FPÖ prometió a la hija de un supuesto oligarca contratos estatales a cambio de ayuda electoral.

También en Italia, Hungría y Países Bajos, los partidos del ala extrema de la derecha forman parte del gobierno. Ante ese trasfondo, el politólogo Peter Filzmaier no espera reacciones como las del año 2000, según explicó a DW antes de las elecciones en Austria. Para el analista de la Universidad del Danubio Krems, sin embargo, el problema es que la UE se ve confrontada con gobiernos que rechazan cada vez más al bloque comunitario.

Algunos de esos partidos, también el FPÖ, quieren dejar de ayudar a Ucrania en su lucha contra la agresión bélica rusa, por ejemplo. Herbert Kickl también quiere suprimir las sanciones contra Rusia, que deben decidirse por unanimidad en la UE, ya que piensa que estas dañan más a Austria que a Rusia.

Posible influencia del FPÖ en la política de la UE

Si Herbert Kickl, contra todo pronóstico, llegara a ser canciller de Austria, podría en ese rol bloquear decisiones en el Consejo Europeo. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, bloqueó en el pasado las ayudas a Ucrania temporalmente. Y podría encontrar un aliado en Herbert Kickl en las reuniones del Consejo Europeo.

En su fracción en el Parlamento de la UE, que creó con el ex primer ministro checo Andrej Babis, los partidos de ambos ya trabajan juntos. Los "Patriotas por Europa”, de ultraderecha, forman la tercera mayor bancada en el Parlamento Europeo.

Sin embargo, aunque Herbert Kickl no fuera canciller, un FPÖ fuerte influye en la política austríaca en la UE, dice Stainer-Hämmerle. El ÖVP ya está tomando un rumbo menos proeuropeo que en los años 1990. La analista sospecha que esto se acentuará aún más en una posible coalición con el FPÖ.

(cp/ers)