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Veinte refugiados trabajan en este céntrico hotel de Viena. Todos ellos proceden de regiones en crisis o guerra. Ahora reciben a turistas o empresarios en viajes de negocios en el hotel. Los empleados ganan su salario como jefes de recepción, cocineros o personal de limpieza. Al principio, los vecinos del lugar veían con recelo la apertura del hotel. Pero el director del hotel considera que es una buena oportunidad para acabar con los prejuicios.