Autos eléctricos que nadie quiere en Alemania
2 de febrero de 2016 Los alemanes no muestran mucho interés por los coches eléctricos, por lo que están aparcados en los concesionarios. Podría haber pronto subvenciones estatales por la compra de dichos autos para paliar la débil demanda incluyendo la participación de la industria automotriz. El jefe del CSU, Horst Seehofer, mostró también su apoyo a esta medida tras haberlo hecho Sigmar Gabriel, presidente del SPD. Seehofer dijo que el Gobierno tendría que negociar la magnitud y participación de la industria.
El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en cambio la rechaza. “No es tarea del Estado ayudar en la venta de coches”, reza su credo. El ministro y amigo de Seehofer, Alexander Dobrindt del CSU, hasta ahora ha declinado también esta ayuda, pero presumiblemente recibió otras indicaciones de su jefe de partido.
¿5.000 euros de subvención?
Según la revista Der Spiegel se está planteando la introducción de un fondo, concretamente una financiación de 5.000 euros por coche eléctrico e híbrido conectable a la red: 1.500 euros procederían de la industria automotriz. El Gobierno además planea la construcción de 16.000 estaciones de carga.
La canciller alemana, Angela Merkel, se reunirá mañana martes (3.2.2016) con los presidentes de Volkswagen, Daimler y BMW para asesorarse sobre el tema.
La demanda flojea
La demanda de autos eléctricos en Alemania es baja. En 2015 se matricularon solo 12.363 coches eléctricos en comparación con los 3,2 millones de autos tradicionales con motor de combustión. El Gobierno quiere que un millón de autos eléctricos circulen hasta 2020, pero esta meta es inalcanzable, ya que son en comparación más caros, las baterías son demasiado costosas y pesadas, y el alcance de desplazamiento sigue siendo reducido. Además la infraestructura de las estaciones de carga está estancada.
“Hay muy pocas estaciones de carga públicas, solo 5.500”, reclama Matthias Wissmann, presidente de la Asociación de la Industria del Automóvil (VDA). Él exige un impulso masivo a la expansión de los vehículos eléctricos y apoyo terminante con subvenciones estatales. El consumidor necesita “ventajas notables” para que se decida por la compra de un auto eléctrico, dice Wissmann.
Baterías muy caras
El jefe de Porsche, Oliver Blume, sostiene que la tecnología de las baterías supone el peor problema, porque perjudica la rápida expansión de dichos autos. Él exige un nuevo arranque para la producción nacional de células de baterías. Alemania necesita una fábrica de baterías y el Gobierno debería “apoyar con fuerza la ubicación en Alemania de la producción de las células de baterías”, según Blume. Para fomentar la expansión de los autos eléctricos debería invertirse más en redes de carga que en un fondo de compra. Las redes de puntos de carga rápida de alto rendimiento son de gran importancia.
El jefe de la organización Greenpeace, Anton Hofreiter, dice en cambio que “un bono de compra de 5.000 euros es adecuado si se financia de manera razonable”. Además, añade, “proponen una refinanciación de los autos que consumen mucha gasolina. Sería desde luego un verdadero cambio para la circulación vial. El objetivo sería premiar a los que contribuyen a mejorar la calidad del aire y hacer que, aquellos que contaminan mucho el aire, contribuyan”.