El ex canciller Helmut Kohl, llamado el “canciller de la reunificación”, habló alguna vez de “paisajes florecientes" al referirse a los cinco nuevos Estados alemanes. Pero, en lugar de florecer, en los primeros años que siguieron a la reunificación éstos ofrecían un panorama más bien triste: la infraestructura estaba en franca decadencia, las empresas quebraban y la tasa alta de desempleo hacía que los jóvenes se fueran en busca de mejores horizontes. Algunas ciudades corrían peligro de convertirse en pueblos fantasma. Han pasado 23 años y la división de Alemania ya es historia. ¿Qué sucedió con las promesas de bienestar de Helmut Kohl?

“De algún modo, el pronóstico de Kohl se hizo realidad”, dijo Klaus Heiner Röhl, del Instituto de Economía Alemana de Colonia (IW), en conversación con Deutsche Welle. “El desempleo en el este alemán está bajando, y la infraestructura ha mejorado mucho. A las empresas no les va peor que a las del oeste, es decir, que la reconstrucción del este de Alemania ha concluido”.

En septiembre de 2013 solo un 9,6 por ciento de los alemanes del este estaba sin trabajo, mientras la tasa de desempleo en el oeste del país había aumentado hasta llegar al 5,9 por ciento. Hace algunos de años, sin embargo, el desempleo en los nuevos Estados alemanes era dos veces mayor que en el oeste. Los nuevos Estados alemanes cuentan actualmente con una infraestructura que podría provocar la envidia de muchos en el oeste del país.

Compañías del este de Alemania, a la cabeza

No pocas empresas alemanas han logrado llegar a la cima mundial, entre ellas, varias compañías de larga tradición, como Jenoptik, pero también otras que fueron fundadas luego de la reunificación, como la constructora Roth&Rau y el grupo proveedor de partes del automotor Mitec. Tampoco hay que olvidar las inversiones en Alemania del Este de las grandes empresas, como Volkswagen, BMW o Daimler. “Muchos proveedores se han establecido allí y la industria del automóvil ha creado una gran cantidad de puestos de trabajo”, señala Röhl. También las industria solar y eólica son muy exitosas en el este alemán.

Ese desarrollo provocó que disminuyera el desplazamiento de trabajadores y que Sajonia incluso registre la llegada de nuevos empleados, subraya el experto. Es decir que la reconstrucción es una historia de éxitos. Pero, aclara Röhl, “eso no quiere decir que hayamos alcanzado el mismo rendimiento económico por habitante que el oeste de Alemania, que era uno de los objetivos”. Según sus investigaciones, el rendimiento económico per cápita en los nuevos Estados alemanes sigue siendo de solo dos tercios del nivel en el oeste.

Todavía faltan grandes empresas

Esta discrepancia se debe, según Klaus Heiner Röhl, a diferencias estructurales: “Una diferencia clave es la falta de grandes empresas, grupos empresarios, bancos y compañías de seguros, que producen un gran valor añadido. Todas ellas tienen su sede en Alemania Occidental”.

A pesar del rezago en el rendimiento económico, la igualación del salario sigue avanzando y llega a un 80 por ciento del nivel en el oeste. “El reajuste salarial alcanza hasta un 97 por ciento”, cita Röhl el resultado de un estudio actual, lo que también se debe a la transferencia de dinero al servicio público en Alemania del Este. En total, las transferencias del oeste hacia el este son de un total de dos billones de euros. Después de los acuerdos actuales, los pagos continuarán hasta 2019, cuando por fin los sueldos en el este y en el oeste de Alemania hayan logrado un equilibrio.