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Avión Solar Impulse II aterriza en Hawái y rompe dos récords

3 de julio de 2015

La nave se convirtió en la que ha recorrido la mayor distancia para una máquina aérea propulsada por energía solar.

Imagen: Reuters/H. Gentry

Tras haber partido desde Nagoya, Japón, hace cinco días, el avión Solar Impulse II aterrizó este viernes (03.07.2015) en Hawái, Estados Unidos, rompiendo dos récords: el de distancia para una aeronave propulsada por energía solar y el de distancia para un avión de ese tipo tripulado por una sola persona. Dentro de la vuelta al mundo que inició el avión en marzo, la travesía por el Pacífico se consideraba la más difícil, debido a la enorme distancia que debía cubrir y a la inestabilidad meteorológica.

El piloto suizo André Borschberg, quien estuvo al mando de la máquina en el tramo (tan largo que supera la suma de los seis trayectos anteriores, en los que se turnó pilotando el Solar Impulse II con su compatriota Bertrand Piccard), señaló en la página web del proyecto que estaba “entusiasmado por este extraordinario viaje. He escalado una altitud equivalente al monte Everest cinco veces sin descanso”. La batería solar del avión tenía un 27 por ciento de carga tras recorrer 8.253 kilómetros al aterrizar en Honolulu.

“Lo que ha conseguido Borschberg es extraordinario para un piloto”, aseguró Piccard en la página web del proyecto. “Este vuelo oceánico a Hawái demuestra que si existen las soluciones tecnológicas para volar un avión día y noche sin combustible, hay potencial para usar esas mismas tecnologías eficientes en nuestras vidas diarias y ahorrar energía para reducir las emisiones de CO2”, añadió Piccard.

Yoga en la cabina

El avión solar, que se alimenta con más de 17.000 células solares, pretende marcar un hito histórico: recorrer 35.000 kilómetros sin emplear una sola gota de combustible, para concienciar sobre el uso de energías limpias frente a los contaminantes combustibles tradicionales. Tras aterrizar en Honolulu, Borschberg fue recibido con un fuerte aplauso y el típico collar de flores hawaiano. También hubo expresiones de júbilo en el centro de control de vuelos en Mónaco.

Durante su cansador viaje en la pequeña cabina del avión de fibra de carbón, Borschberg apenas pudo moverse y tuvo pocas pausas. Como máximo, podía dormir 20 minutos por tramo. Sin embargo, el piloto se mostró de buen humor al aterrizar. Interrogado por un periodista, Borschberg dijo que no estaba agotado. “Hice mucho yoga y meditación”, contó. “Cuando estaba estresado, me distanciaba de mí mismo y modificaba mis reacciones para estar menos estresado”.

El próximo tramo del avión lo pilotará Piccard, que se dirigirá a la ciudad de Phoenix (Arizona), en el sur estadounidense, en un momento que se determinará en función de las condiciones meteorológicas. La siguiente parada será una ciudad aún por determinar del centro de Estados Unidos, y el undécimo tramo del vuelo del Solar Impulse II se dirigirá a Nueva York. A continuación, la aeronave viajará a un destino aún no determinado en Europa o el Norte de África, un trayecto que también se espera que dure unas 120 horas, como el finalizado este viernes.

DZC (dpa, EFE)

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