Ay, ay , ay canta y no llores
21 de enero de 2004Por lo visto el compositor de "Cielito Lindo" sabía lo que decía cuando recomendaba cantar en vez de llorar. Según un reciente estudio publicado conjuntamente por los Institutos de Pedagogía Musical y Psicología de la Universidad de Francfort, cantar hace que la concentración de la inmunoglobulina del tipo A y de cortisol ascienda en la sangre; ambos elementos fortalecen el sistema inmunológico.
En un estudio piloto realizado a los miembros de un coro, los profesores Gunter Kreuz y Günther Bastian midieron la cantidad de anticuerpos antes y después de cantar. Después de un ensayo de una hora del "Requiem" de Mozart, el resultado de los análisis demostró que la cantidad de inmunoglobulina del tipo A era mucho mayor que los niveles registrados antes del ensayo.
Desconocen cómo y por qué
Los científicos del Instituto de Pedagogía Musical descubrieron además que escuchar pasivamente música no tiene el mismo efecto que cantar. Una semana después del ensayo cantado, las mismas personas fueron invitadas, pero esta vez sólo a escuchar el "Requiem". Las pruebas después de que escucharan la obra, demostraron que los niveles de inmunoglobulina se mantuvieron estables. Gunter Kreuz y Günther Bastian llegaron a la conclusión de que "las actividades musicales pueden influir estados de ánimo subjetivos (positivos), y también procesos psicológicos, en el sistema nervioso autónomo". Los científicos sin embargo desconocen aún cómo y a qué se debe el efecto positivo y tampoco cuánto dura. Se trata sólo del principio de una serie de estudios. Esta primera parte será publicada en breve en el "Journal of Behavioral Medicine".
La vida es mejor cantando
En Alemania casi 3,2 millones de personas son miembros de uno de los 60.000 coros existentes. De confirmarse los resultados de este primer estudio, no resultaría difícil pensar en posibles consecuencias para el sistema de salud. Actualmente las agencias de seguros médico alemanes discuten sobre descuentos a aquellos miembros que cuiden activamente su salud, haciendo deportes o alimentándose bien, por ejemplo. El problema que enfrentan es cómo monitorear quién hace qué por su salud. Si encuentran una solución, podrían incluir en su catálogo de descuentos a aquellos que participen en actividades de canto.