¿Ayudará el satélite GOCE a entender mejor el cambio climático?
19 de marzo de 2009Después de varios problemas técnicos, el cohete portador Rockot despegó el 17 de marzo con el satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) llamado GOCE (Gravity Field and Steady-State Ocean Circulation Explorer). Una hora después del despegue se recibieron las primeras señales. GOCE está equipado con varios acelerómetros sensibles que responden a los mínimos cambios en el campo gravitatorio, como se puede leer en la página Web de la ESA. El satélite orbita cada 90 minutos alrededor de la tierra, transmitiendo datos que nunca habían sido tan exactos y de resolución tan buena, según el Dr. Ulrich Marsch de la Universidad Técnica de Munich en un informe de prensa.
Misión posible
Durante 20 meses, el satélite GOCE medirá detalladamente el campo gravitatorio y las variaciones globales. Permitirá obtener datos más concretos sobre los campos oceanográficos, la geofísica, geodesia y la investigación del nivel del mar. Esos datos finalmente contribuirán a la comprensión del sistema terrestre y el cambio climático. Actualmente es la misión científica más exigente para investigar el campo gravitatorio y revelar cartográficamente el geoide, la superficie equipotencial del nivel del mar de nuestro planeta.
GOCE entrega datos para estudios climáticos
La gravitación que GOCE medirá es una interacción física que influye en muchos procesos dinámicos, tanto en el interior de la tierra como en su superficie. El conocimiento del campo gravitatorio de la tierra puede ayudar a entender aquellos procesos. Pero también la física y dinámica de los terremotos y las actividades volcánicas. Mucha gente supone que la fuerza gravitatoria de la superficie terrestre tiene un valor constante pero éste realmente va cambiando casi imperceptiblemente según la zona.
Hay muchos factores que influyen en los valores, como la rotación de la tierra o la posición de montañas y fosas oceánicas. GOCE entregará datos más exactos para los estudios climáticos, incluyendo los cambios del nivel del mar, las corrientes del mar e investigaciones de la dinámica de los casquetes glaciales. Hasta ahora, esas medidas se habían sacado mayormente con cálculos matemáticos. Es importante recibir datos detallados y crear un sistema de referencia porque las corrientes oceánicas contribuyen un 50% al balance climático de la tierra. Si la corriente del Golfo cambiara la temperatura en Europa también lo haría.
El catedrático de la Universidad Técnica de Múnich Prof. Reiner Rummel, uno de los iniciadores de GOCE y portavoz de GOCE Mission Advisory Group, está seguro de que los datos obtenidos del satélite serán una base importante para la geofísica y contribuirán al entendimiento del clima.
El combustible del satélite alcanzará para los próximos 20 meses.
Autor: Laura Labarga
Editora: Claudia Herrera Pahl