Der Standard, de Viena: “Alemania no acaba de recuperarse de la discusión sobre las tesis de migración del ex miembro de la Junta Directiva del Bundesbank Thilo Sarrazin, cuando ya tiene otra vez ganas de jugar con fuego. El método es el mismo que en el caso de Sarrazin: por preocupación del futuro del país uno puede expresar su opinión. Que con ello todo un grupo de la población sea denigrado le da lo mismo a Seehofer, como tampoco le importó a Sarrazin. Tampoco es comprensible la reacción de la canciller Angela Merkel. Contra las tesis de Sarrazin actuó decididamente. El fin de semana pasado recibió en Berlín al primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Asistieron juntos al estado de fútbol y se prometieron mutuamente más esfuerzos en pro de la integración. Al parecer Merkel ya lo ha olvidado.”

Señales de crisis en el partido CSU

Tagesspiegel, de Berlín: “Hace dos años, luego de su histórica derrota electoral, el CSU llamó a Horst Seehofer como su salvador. Pero el brillo se ha desvanecido rápidamente. En las recientes encuestas del país el antaño partido estatal se encuentra por debajo del 40%. Quien pregunta en el CSU específicamente por Seehofer se encuentra -incluso entre las personas que esperaban más de él- siempre con el mismo gesto: el pulgar hacia abajo. Inconstante, poco fiable, tres opiniones en dos días. Aquí no se trata de política en concreto, la cual se podría cambiar. No. Son juicios de carácter poco amigables los que hace la base sobre su jefe. Pero el corazón se siente más ligero cuando el siguiente salvador está cerca. En un año se elegirá la presidencia del partido. Allí se decidirá quién guiará al CSU 2013 a las elecciones parlamentarias regionales, que prácticamente se realizan de forma simultánea a las elecciones al Bundestag. En tal situación angustiosa Seehofer acude a una receta similar a la de la Canciller en su CDU. Sólo que la variante bávara, la de buscar el corazón de su propio partido, tiene un talante rudo.”

Sigue protesta a reforma de pensiones en Francia

Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “Los sindicatos amenazan con ampliar la protesta, lo que amenaza, entre otros aspectos, el suministro del país. Mientras que la reforma de las pensiones es defendida por el Gobierno Fillon y por el presidente Sarkozy como el más importante plan de reformas de su legislatura, los sindicatos también apuestan todo a una carta. Pero a la vez no es nada seguro si el presupuesto del movimiento de protesta podrá aguantar, el cual hasta el momento ha movilizado en la calle entre uno y dos millones de personas. Se verá si los trabajadores franceses están dispuestos a renunciar de aquí en adelante a sus ingresos por más días de protesta. Una movilización masiva en las grandes ciudades es, como antes, poco probable.”

Concesiones son necesarias

Libération, de París: “ Cualquiera puede entender que los sacrificios son necesarios. Pero aceptar que los sacrificios están repartidos de forma desigual es más difícil. (...) Por esta razón, aquellos que quieren un radicalización de las protestas encuentran una cierta resonancia. Sin embargo, ellos deben tener en cuenta otro aspecto de este conflicto social. La mayoría de los franceses están evidentemente convencidos de que la necesidad de una reforma a las pensiones, ésta u otra, no se puede quedar en el statu quo. (...) En una frase: el Gobierno debe entender que las concesiones son necesarias. Pero los dirigentes sindicales (...) también saben que no pueden convertirse en negociantes que ponen a la venta las ilusiones de las personas.”

Autora: CMW / dpa / AFP

Editor: José Ospina Valencia